Breakfast (Choso)

Capítulo 6. Graduaciones y felaciones

Aclaraciones: contenido sexual explícito. Lean bajo su responsabilidad. Sí sí, otro más, aquí estamos en celo.

。・。・ちょうそう・。・。

-¡No encuentro la dichosa horquilla! -grité, tanteando el mueble del baño esperando un milagro.

La puerta a mi espalda se abrió, dando paso a una figura alta y trajeada.

-¿Seguro que has buscado bien, cariño?

Choso me observaba desde el reflejo del espejo con cierto aire cansado, algo que lo caracterizaba en exceso. Giré medio cuerpo para observar el traje que llevaba y lo terriblemente guapo que estaba con el cabello suelto y peinado hacia atrás. Pese a su habitual gesto fatigado, no perdía la pequeña sonrisa que asomaba entre sus labios.

-Esta ropa te queda demasiado bien -dije, mordiéndome el labio.

Mi querido novio se pegó a mi lo suficiente para llevar su mano hasta mi trasero y acariciar desde la nalga hasta mi espalda descubierta por el vestido rojo que llevaba.

-Puedo decir lo mismo...

No tuve que ponerme de puntillas pues los tacones ayudaban bastante a igualar mi altura, igualmente se inclinó un poco para rozar nuestros labios.

-Pero estarás mucho mejor cuando te quite todo.

Suspiré antes de que nos fundiéramos en un íntimo beso con cuidado de no estropear mi maquillaje. No necesitó acariciar ninguna parte más de mi cuerpo para terminar de encenderme. Pero había un pequeño problema...

Choso terminó de pegarse a mi, ahora teníamos un gran problema. Solté una pequeña risita antes de separarme y reprochar que ya estuviera jugando conmigo.

-Tenemos una larga tarde por delante antes de nada.

Le vi suspirar y bajar los hombros, cansado. Él odiaba relacionarse, su pila social apenas duraba unas horas. Sin embargo, yo estaba entusiasmada. Y no era menos, porque...

-¡Aquí estáis! -gritó mi madre abriendo de golpe la puerta del baño- ¿¡A qué estáis esperando!?

-¡Ay, mamá! -reproché el pequeño susto que nos había dado, provocando que nos separaremos un poco- Aún estoy acabando mi peinado.

Mi progenitora rodó los ojos y me tomó del brazo, casi sacándome a rastras bajo la mirada de burla de Choso, me entregó el dichoso objeto que había estado buscando tanto tiempo, un pequeño broche dorado para el cabello. Me lo coloqué sin perder el tiempo, no quería más malas miradas de su parte.

-Hija, si no quieres llegar tarde, más vale que vayas bajando al coche con Choso.

-Si, señora -dijo mi novio a nuestras espaldas, yendo hacia la salida de mi casa- Pero antes, ¿nos podría hacer una foto juntos?

Choso rodeó mi cintura y posamos mientras ella sacaba el teléfono y sonaba un par de veces el obturador. Mi madre se quedó un momento en medio del pasillo, mirándonos a ambos con lágrimas en los ojos.

-¿Estás bien..? -pregunté, levantando una ceja.

-Ay... -dijo, sacando un pañuelo de su blusa tras guardar el teléfono- Es que... no todos los días te gradúas, hija.

-¿Ya estamos preparados? -preguntó Yuji, que acababa de aparecer en el umbral del salón.

-Cariño, ¡qué guapo estás! -lo halagó mi madre, yendo a abrazar al adolescente, arrancando un sonrojo bastante visible.

-Gr-gracias -murmuró él, mientras la mujer le ayudaba a colocarse la chaqueta y ajustar la corbata.

Dos años después de que todo comenzase una tarde haciendo un trabajo de clase y parecíamos una pequeña familia. Algo extraña, pero feliz.