Seis

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Everyone wants him
That was my crime
The wrong place at the right time
And I break down, then he's pullin' me in
In a world of boys, he's a gentleman


...


Te habías levantado temprano tal y como lo habías planeado. Tobio se había despedido de ti con un beso corto en los labios antes de salir un rato al gimnasio, debía estar allí gran parte del día al dar por comenzado el torneo, así que no volverían a verse hasta el domingo por la noche, cuando presuntamente volverías a Tokyo.

Llevabas puesta una falda larga con flores que se ajustaba en tu cintura y tenía una abertura a lo largo de tu pierna, una camiseta negra y tu clásica chaqueta biker. También habías optado por utilizar una gorra y anteojos de sol al salir de la habitación y dirigirte al estacionamiento subterráneo.

Con mucha suerte podrías lograr que nadie te viera, existía en ti un grado de vergüenza propio de quien sabe que está cometiendo un acto inmoral.

Llevabas una mochila con ropa de cambio, no necesitabas muchas cosas, y Tōru tampoco te había dicho donde irían.

—¿Dónde estás? —preguntaste en un mensaje cuando bajaste del elevador en el subterráneo, buscando el BMW en el que te había llevado la primera vez.

El sonido de una motocicleta casi te ensordeció pero no esperabas verlo a él montado sobre ella para recogerte en el pasillo que daba al elevador.

—Un casco para la princesa —soltó una risita al quitarse el suyo para que pudieras reconocerlo.

—¡No, no! —dijiste sorprendida—. ¿Me vas a hacer subir a una moto?

—Dijiste que querías perderle el miedo —respondió él, bajando de la moto para cargarte en su espalda y ayudarte a subir—. No me digas que eres una gallina.

—¡No pensé que ibas a traer una moto! —te reíste cuando él te cargó—. Además, es peligroso... ¿Qué pasa si nos caemos y le pasa algo a tus piernas?

—¡Silencio, Rosie! —te regañó y se aseguró de que te pusieras el casco—. Eso no pasará, así que afírmate fuerte porque el viaje nos tomará cerca de dos horas.

—¿A dónde iremos?

—¡Es una sorpresa!

Te aferraste a su espalda mientras el viento elevaba tu falda. El tiempo pasó y se alejaron lo suficiente del centro de Tokyo como para llegar a las cercanías del monte Fuji. Los paisajes se volvían cada vez más hermosos, nunca habías viajado hacia esa parte de Japón y sonreíste al pensar que conocerías un nuevo lugar, donde nadie sabía quién eras y no debías fingir al estar con Tōru.

Cuando llegaron se detuvo frente a una casa alejada del resto de la ciudad, era de estilo clásico japonés. El apellido Oikawa estaba escrito en kanjis sobre el buzón.

—¿Dónde estamos? —preguntaste luego de quitarte el casco.

—Bienvenida a Hakone —te dijo bajándose de la moto y ayudándote a bajar enseguida—. ¿Quieres pasar por una taza de té? La compañía es muy buena, te lo aseguro.

Tomaste su mano y ambos entraron sin mayor problema en la residencia. Seguías sin comprender del todo por qué estabas allí.

—¡Abuela! —saltaste en tu sitio, sorprendida por donde te había llevado—. ¡Ya estoy aquí!

—No me habías dicho que conocería a tu abuela —lo regañaste en un susurro.

—Lo siento, olvidé mencionarlo —se encogió de hombros con el mismo volumen de voz, obviamente estaba mintiendo.

Illicit Affairs; Tōru OikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora