—Bakugo, ¿por qué vamos aquí? —preguntó el chico mientras era jalado por el rubio.
Bakugo no lo miró, simplemente apretó más su agarre en la muñeca del héroe alado.
—Eso duele... —susurró Tokoyami, intentando mantener el equilibrio mientras el héroe explosivo se movía rápido. Quería repetir su nombre, pero solo exhaló frustrado al darse cuenta de que Bakugo no iba a decir una palabra. Cerró los ojos y dejó que el mayor lo llevara al lugar que tanto le había insistido.
Caminaron por toda la casa hasta llegar al exterior. Tokoyami frunció el ceño cuando el viento frío tocó sus plumas. Al abrir un ojo, vio que se dirigían hacia un árbol cerca de Heights Alliance. Observó al rubio y notó que tenía el ceño fruncido.
—Bakugo, ¿estás bien? —preguntó. El rubio asintió y, al llegar al árbol, lo soltó, se giró y se sentó bajo las hojas secas.
—¿Qué pasa? —preguntó Tokoyami, imitando el movimiento de Bakugo. Katsuki miró al suelo y una mueca apareció en su rostro.
—Yo... Lo... —intentó hablar, pero las palabras se ahogaban en su garganta. Tokoyami lo miró preocupado y, de repente, Dark Shadow apareció.
—Hola, Bakugo. ¿Qué tan mal estás? —dijo la sombra sarcásticamente, con una sonrisa divertida. El joven emplumado frunció el ceño y señaló a su compañero de cuerpo.
—Está bien. Me disculpo, Bakugo Katsuki... —declaró Dark Shadow, la falsedad en su disculpa se noto mientras se de volvía al interior del cuerpo de su dueño. Bakugo tembló y una sonrisa silenciosa se le escapó.
Fumikage se giró y lo observó sorprendido, preguntado ante la duda que le había ganado:
—Bakugo, ¿para qué querías que viniera?
El chico rubio se quedó cabizbajo m, apretando sus pantalones con demasiada fuerza.
—Yo solo... Lo... Siento —balbuceó mientras lágrimas agrias caían por sus mejillas. El azabache abrió sus ojos y se acercó un poco más al héroe explosivo.
—¿Por qué? —preguntó con cierta confusión, acercándose suavemente a Katsuki, quien solo podía cerrar los ojos con fuerza.
—Porque... —tartamudeó, apretando más sus manos, haciendo que sus nudillos se pusieran blancos.
—No pude protegerte —afirmó cuando se animó a mirar al emplumado. Tokoyami abrió los cojos ante el shock, pero se limitó a sonreír cuando entendió a lo que se refería su compañero.
—Sé que no pudiste, pero lo intentaste —comentó el héroe alado. Bakugo profundizó un suspiro quebrado y continuó, su voz amarga ante algún recuerdo que lo invadía.
—Pero pude haberlo hecho mejor.
Fumikage cerro sus ojos, tomando con su cuidado la mano del otro chico, dejando que su voz áspera reinará en el lugar:
—Pero no sabías lo que iba a pasar. Tu intento fue suficiente.
Bakugo giró su mano, apretando su agarre con la de Tomioka, entrelazado sus manos ante el temor que tenía de saber que todo podía terminar.
—Pero si lo hubiera sabido... —contesto, casi en un susurró Bakugo.
—Hubiera pasado otro desastre —dijo Tokoyami, dejando que sus ojos vagaran por todo el alrededor—. Pero te hubiera tenido, ¡y eso basta! —exclamo cuando Bakugo intento controlar su voz—. No te culpes por algo que no hiciste.
El cenizo frunció más el ceño, pero rápidamente se desvaneció, dejando solo el dolor en el rostro de Bakugo.
—Si no hubieras muerto... Hubieras sido un héroe excepcional —declaró Katsuki, algo en su mente invadiendolo ante sus palabras.
El héroe alado se tensó, sus ojos viajando hacia el héroe profesional, quién aún seguía con la cabeza gacha.
—¿En serio? ¿Crees que hubiese sido un buen héroe? —pregunto, la alegría reflejada en su rostro. Katsuki asintió y sonrió al ver que todo el lugar comenzaba a volverse borroso.
—Nunca lo dije, pero me gustas —recitó el rubio mientras soltaba un poco su agarre. El chico suavizó su rostro y apretó la mano de Bakugo.
—Tú también me gustas —respondió Tokoyami. Bakugo cerró los ojos y dejó que el chico se acomodara entre sus brazos.
Abrió los ojos lentamente, secándose las lágrimas mientras una sonrisa se extendía en sus labios y la brisa del otoño se adentran por la ventana que había dejado abierta.
680 Palabras.
