Otra vez, soló te quedaste al darte cuenta de que al llegar el amanecer todo vuelve a caer y reconoces que lo perdiste.
Entre la madrugada dónde nace el sol y el aire que se escapa de tus pulmones hace que sueltes suspiros inquietos, sintiendo como el helado tacto del viento de la primavera te sacude con temblor, haciendote recordar sus manos frías cuando tocaban tu rostro y las estrellaban contra tu cabello revuelto.
Tú te me mereces esto y lo sabes cómo la palma de tu mano.
Él te vio, Tokoyami te descubrió con aquella chica de la gravedad, con lágrimas en los ojos y el sentimiento de tristeza, escapó de la escena y tú no hiciste nada.
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Cada día y noche sin descanso siente como algo cálido te toca y despacio el viento que entra por la ventana entre abierta te susurra al oído. -Te quiero -
Aunque sabes algo más, aún que él se fue tu aún lo quieres y él a vos... ¿Que raro, no?
170 Palabras
