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Los Kim.

Los Kim era una familia Surcoreana que se mudo a Francia desde que su hijo nació.

Y también por cuestiones laborales.

Llevaban ya 17 años ahí, eso quería decir que, Sunoo, su hijo ya tenía 17 años.

Estudiaba, claro, a pesar de vivir en Francia, sus padres le hablaban en coreano, y el había aprendido de ellos, su lengua nativa y el francés por sus amistades o personas que lo rodeaban.

Su casa era grande, tenían dinero suficiente, parecía una mansión.

Constaba de cuatro habitaciones, las cuatro con baño propio, de un buen espacio.

La principal, que era de sus padres, con walking closet enorme y su baño con regadera, tina de baño, y un sauna relativamente mediano.

Así era también la habitación de Sunoo, lo mismo, la otra habitación estaba ocupada por como un tipo estudio.

Dónde Sunoo, hacia sus tareas, tenía cientos de libros, novelas, enciclopedias, libros antiguos, de ciencia, física, en especial de arte.

Amueblada con un escritorio de trabajo, un Caballete para pintar, enormes estanterías con libros, muchísimas plantas.

Era el lugar favorito de Sunoo.

Y la última habitación, era secundaria, era igual grande, contaba con lo mismo que las otras habitaciones, solo que no tenía tina de baño.

Pero esa habitación iba a ser ocupada el día de hoy, en unas próximas tres horas.

Su madre había tomado la decisión de arrendar la habitación, su padre había aceptado, no les importaba el dinero, pero sería un poco de su agrado tener a una persona ahí, solo por un tiempo.

Sunoo no se oponía, pero no le agradaba la idea tanto como a los otros dos.

-Necesito que te comportes y no seas grosero con el Inquilino, es 8 años mayor que tu, tenle respeto.- el menor asintio, clavado en su lectura. -Es coreano, acaba de llegar hace tres días a Francia por motivos laborales, estará aquí parcialmente, solo en verano.- Sunoo miro a su madre.

-Si madre, espero y el también respete la casa, quiero decir, que no deje desorden en la cocina, lave su ropa, limpie su habitación.- cerro su libro después de haber doblado una esquina de la página que leía para no perderla. -Ah, y que no entre a mi habitación ni a mí estudio.- sonrió levemente.

Sunoo no era egoísta, ni egocéntrico, ni presumido.

Era un chico educado, empático, amable y sumamente quisquilloso.

Es decir, le gustaba el orden, no le gustaba el ruido.

-El lo sabe hijo, no creo que sea un mal educado.- la Sra. Kim sonrió, saliendo de la habitación de su hijo.

...

Estaban los tres en la sala, viendo la televisión esperando al inquilino.

-Señor, señora y joven Kim, el inquilino ha llegado.- aviso el mayordomo, con sumo respeto.

-Gracias Jerry, puedes ir a abrirle la puerta.- dijo su padre, poniéndose de pie.

Su madre se puso de pie al igual que Sunoo, acomodaron los cojines y salieron a recibir a la persona.

Un taxi se estacionó frente a la fuente que tenían en la entrada, lo sabía porque era un auto color amarillo con detalles negros y un pequeño letrero que decía "Taxi".

Su madre fue la primera que se acercó en cuanto se abrió la puerta del auto.

De ahí bajo un hombre alto, con pantalones y camisa negra, fajada a los pantalones de vestir, algo curioso, llevaba tenis blancos.

"Le locataire"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora