Capítulo 44 Partiendo a lo desconocido

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Una flota de 500 naves se estaba reuniendo cerca de Jericó, el segundo planeta más importante del sistema Terra, esta flota estaba integrada por 100 naves militares destinadas para la defensa de los colonos

Originalmente los primeros pasos en la colonización de Arcadia fueron lo bastante modestos permitiendo mantener un perfil bajo pero esta vez no sería así, las 400 naves restantes estaba compuestas por residentes del sistema Terra

Esta tarea era demasiado importante como para asignársela a los migrantes recién llegados, después de una vida vagando de un lado al otro o sin un lugar al que llamar hogar era difícil decir que su lealtad estaría garantizada

El equipo y recursos que llevarían consigo sería un cargamento increíblemente valioso haciendo a más de uno dudar en caer en la tentación de robarlo, pero no había de que preocuparse con los aquí reunidos

Los elegidos para formar parte de esa flota no eran otros que residentes con un nivel de lealtad garantizado, aquellos que deseaban poner de su parte y participar en este proyecto que sentaría las bases de su tierra

Antiguamente muchos de ellos eran indigentes o en situaciones precarias, en el momento de arribar al sistema no sabían cuál sería su destino, estaban preparándose para que los enviaran a trabajar al lugar más oscuro y lúgubre que uno pudiera imaginara sin embargo nada de eso paso

Las familias pasaron por el registro de inmigración en donde los agentes les cuestionaron sobre su vida hasta ahora

Para aquellos que tenían experiencia laboral los enviaban a otros departamentos donde les asignarían un trabajo en base a su experiencia en alguna de las fábricas de Hefestos, o a alguna de las muchas estaciones mineras ubicadas en los anillos de Pandora, el nombre de los "extrañamente" ricos depósitos de minerales del sistema

Mientras que si alguien mostraba interés o deseo en aprender un oficio se le realizaba una prueba y de pasarla se le enviaría a Alejandría para desarrollarse

Entre estos últimos un fuerte deseo de retribución surgió, ningún noble había depositado tanta confianza en ellos al permitirles crecer tanto, deseaban usar esas nuevas habilidades y conocimientos al servicio de su lord

Algunos se quedarían en Alejandría desarrollando o "redescubriendo" tecnologías nuevas, mientras que otros partirían a Hefestos en fábricas más avanzadas que produjeran compuestos de los que actualmente carecían o como estos fundarían una nueva ciudad o mejor dicho un nuevo sistema

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El "enclave" estaba destinado a convertirse en una de las regiones más importantes del Margraviato Terra, esto traía muchas cosas buenas pero también malas como atraer la atención de grupos piratas que al notar lo lejos que se encontraban de las rutas principales no dudarían en atacar

La flota de 100 naves actuaría como un fuerte disuasorio contra bandas de piratas, pero no debían dormirse en sus laureles y no lo hicieron, de hecho su nivel de preparación fue tal que más de uno se quedó asombrado ante el despliegue logístico de esta operación

A los ojos de esta galaxia un dominio de esas dimensiones no podría llevar a cabo todas esas tareas al mismo tiempo, les parecía imposible que no colapsara por el exceso de tareas, creían que solo grandes dominios con recursos humanos abundantes podrían hacerlo

Estaban hablando de coordinar una operación de colonización, creación de rutas de navegación seguras y el establecimiento de un enclave todo al mismo tiempo sin tener idea de a que se enfrentarían, era como si Cristóbal colon partiera con una flota llena de migrantes

Normalmente lo primero sería elegir el lugar del enclave, después enviar un grupo de exploración y de ser necesario una flota para limpiar la zona o estacionarla en su lugar, para finalmente establecer el enclave, la fortaleza encargada de defender la entrada

Mi nueva vida como lord espacialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora