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—¡Ya estamos en casa!— gritó la rubia mientras entraba junto a su hermana a la mansión.
—Hola, queridas. ¿Que tal en clases?— preguntó la mayor saliendo de la cocina. Había terminado de hacer unos deliciosos pastelitos caseros para sus hijas.
—¡Fatal! ¡Hay un chico en mi clase que no para de molestarme!— se quejó Eun-ri.
—¿Te molesta? ¿Cómo qué?—
—Se burla de mí todo el rato, me dice fea y se ríe de mí. Lo único bueno de él es que me defiende cuando otra persona me molesta. ¡Pero sigue siendo un idiota! Además, si pido ayuda le tengo que pagar con dinero. ¡No lo soporto!—
Hyo-ri se rió a carcajadas. No es que le causara gracia que le molestaran a su hermana pequeña, pero si le hacía gracia que solo el pudiera molestarla.
—Vaya ¿Puedo saber su nombre?—
—Se llama Kouji Park. Pero yo le llamo 'Tonto Park'.—
La mayor de las hermanas solo pudo suspirar al escuchar ese nombre. Claro que lo conocía, no demasiado pero lo hacía, trabajaba para su amiga Crystal, con tal de ganar dinero. Lo había visto en algunas reuniones con la chica.
—Mamá, deberíamos invitarlo alguna vez ¿No crees?— le dijo con obvia burla.
—¡No! ¡Eso jamás!— respondió de parte de su madre.
—Tranquila, Eun-ri. Es solo para asegurarme de que sea verdad lo que dices. Créeme, se va a espantar tanto con mis preguntas que va ha querer irse y no volverte a tocar un pelo. Me da igual que te defienda de otros. Ya tienes guardaespaldas para eso.— habló.
—Pues decidido, mañana invitarás a ese tal Kouji para conocerlo ¿Sí? Ahora iros a duchar. Les pondré sirope de chocolate a las galletas.— Mi-Suk volvió a entrar a la cocina.
Y justo cuando la rubia estaba por subir, su madre volvió a salir de la cocina.
—Por cierto, cariño. ¿Vas a participar en el festival de tu escuela?—
—No lo se, puede que si. Pero ya veremos. No quiero llamar tanto la atención.—
—Pero Hyo, quedará estupendo en tu currículum para el futuro.—
—Esta bien, pero por ahora con lo que tengo estoy estupendamente.— y ahora si, subió a su habitación.
Entro y cerró la puerta, claro esta que con pestillo. Conocía a su hermana, y sabia que era una chismosa de primera.
Tiró su mochila a saber donde y se empezó a quitar la ropa para tirarla a la cesta de la ropa sucia.
Agarró su teléfono y con lentitud caminó hacia su baño privado. Solo tardó un par de segundos en que la bañera se llenara de agua. Por lo que ya llena, se sumergió. Planeaba echarse el gel por el cuerpo, pero una llamada la interrumpió.
