Capítulo 1

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Mi historia es complicada a la vez que emocionante, me llamo Elena, tengo 27 años y tengo el pelo castaño y ondulado, mido 1'65 y delgada. Era feliz en Alemania, me encantaba mi vida aquí, vivía con mi novio Rubén, llevábamos juntos 8 años y la verdad es que no los cambiaba por nada, era un chico de pelo moreno y rizado, cuerpo un poco atlético y medía 1,70. Somos naturales de Valencia (España) pero hace 6 años nos vinimos a vivir a Hamburgo, mi novio encontró trabajo de médico en uno de los mejores hospitales de la ciudad, cobraba muy bien, yo aprendí bien el idioma y me puse a trabajar en un centro comercial que habían cerca de mi casa.

Tenía amigos, logré hacerme una vida aquí, hasta aquel día...

...

Llegó Rubén a casa, yo acababa de hacer la comida. Lo vi un poco serio, hacía días que lo veía raro.

–Hola cariño ¿Cómo estás?-. Pregunté acercándome a él. Quería darle un beso, pero de forma seca, me dio un pico.

–Hola Elena, bien ¿Te importa que hablemos?-. Me respondió.

–Emm s-si claro, vamos al salón-. Le dije un poco nerviosa.

Fuimos hacia el salón y nos sentamos en el sofá.

Él miró hacia el suelo mientras se tocaba la cara.

–¿Qué ocurre, Rubén?-. Pregunté ya deseosa de saber.

–Verás, me he dado cuenta que necesito un tiempo solo, te quiero, pero no quiero estar ahora en una relación, quiero centrarme en mi trabajo-. Musitó Rubén.

En ese momento, por mis ojos empezaron a rodar lágrimas, no podía creerme lo que acababa de escuchar.

–Rubén, vas a tirar 8 años a la basura ¿Acaso te agobio?-. Pregunté ya nerviosa.

–Para nada, Elena, soy yo el que está agobiado, no porque tú lo hagas, sino porque me da la sensación que tengo que tirar demasiado del carro, el trabajo y tú, las dos cosas no son compatibles ahora mismo en mi vida, por eso, sintiéndolo mucho, necesito quedarme con el trabajo, estoy seguro que encontrarás a alguien que te ponga de prioridad a tí-.

Me levanté del sofá.

–Eres un capullo, Rubén, he dejado toda mi vida en Valencia por tí, dejé mi trabajo en el Corte Inglés, que estaba de maravilla ¿y ahora esto?-. Intentaba hablar lo más tranquila posible.

–Lo siento, Elena, la decisión está tomada, si quieres volver a España, lo entenderé, te ayudaré en lo que haga falta-. Respondió Rubén.

–¡Que te den! No necesito tu ayuda, me voy a volver a España y algún día te darás cuenta de lo que has perdido y cuando lo hagas, será tarde, no te pienso esperar-. Me fui directa a mi habitación ha pensar mientras me caían las lágrimas.

<<No me puedo creer que haya tirado por la borda 8 años de relación>>

Rubén no me siguió, escuché la puerta y me di cuenta que se fue.

Cogí el teléfono y llamé a una de mis mejores amigas, Carmen, ella era una de las encargadas de la sección de electrodomésticos del Corte Inglés.

–Dime Elena-.

–Rubén me ha dejado-. Le dije llorando.

–¿Cómo? ¿Y eso por qué?-. Se sorprendió.

–Está agobiado con el trabajo y conmigo-.

–Menudo capullo, si tú no le agobias, ¿Qué está hablando?-.

–No lo sé, Carmen, no sé qué se le ha pasado por la cabeza-. Le dije aún llorando.

–Que le den tía, tú vales mucho más que él, por muy médico que sea-.

–Me vuelvo a España ¿Podrías mover hilos y meterme en el corte?-. Le pregunté mientras me limpiaba las lágrimas.

–Sin problema, intentaré decirte algo mañana, amiga-.

–Gracias, arreglaré todo, intentaré estar ahí en una semana ¿Podría quedarme contigo hasta que encuentre algo?-. Le pregunté.

–Si claro, te prepararé la cama para cuando vuelvas y en cuanto vengas, nos vamos de fiesta con el resto de las chicas-. Dijo Carmen intentando motivarme.

–No estoy para fiestas, Carmen-. Contesté cabizbaja.

–Cállate, aquí mando yo, nos vamos de fiesta-.

–Ya lo hablaremos, amiga, ya te llamaré cuando lo tenga todo en orden-.

–Vale, amiga, cualquier cosa que necesites, avisa-. Dijo Carmen.

Colgamos el teléfono y yo me puse a investigar cómo darme de baja en Alemania.

Al cabo de las horas me acosté y escuché la puerta, era Rubén, vino a la habitación.

–Elena ¿Estás despierta?-. Preguntó Rubén.

–¿Qué quieres, Rubén?-. Estaba enfadada, no podía creer que me hubiera dejado así.

Rubén se acercó a la cama y se sentó a mi lado.

–Lo siento, no ha sido fácil tomar esta decisión, no pienses que no te quiero, tú sabes que mi sueño siempre ha sido ser médico y ahora tengo que centrarme al máximo para seguir avanzando-. Me dijo Rubén acariciándome la cara.

–Lo entiendo, no te preocupes, somos amigos, me vuelvo a España, Carmen me va a conseguir trabajo en el Corte Inglés-. Le dije.

Rubén asintió con la cabeza mientras me acariciaba la cara, nos miramos fijamente a los ojos, se acercó a mí lentamente y me besó, yo le seguí el beso, poco a poco nos fuimos desnudando y acabamos haciendo el amor.

Cuando acabamos yo estaba apoyada en su pecho.

–Este ha sido el polvo de despedida, Rubén, ya no va a pasar más, no quiero que nos hagamos más daño-. Dije acariciándole el pecho.

–Lo sé y ha sido espectacular-. Contestó sonriendo.

Asentí.

–Me voy a dormir al sofá-. Susurró levantándose de la cama. Yo mientras, le miraba.
–Hasta mañana, pequeña-.

–Hasta mañana-.

Rubén se fue al sofá y yo me quedé llorando, apenas dormí por la noche, solo pensaba en Rubén y como iría mi vida a partir de ahora, solo me quedaba intentar avanzar y esperar...






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