Capítulo 8

24 5 12
                                    

No sabía si aceptar a Isaak en el Facebook, estaba dudando. Decidí dejar el móvil a un lado y coger un libro, quería leer, así que cogí el de "El cementerio de los libros olvidados" adoraba ese libro, no quería pensar en Isaak.

Pasó un rato y mientras leía, recibí un mensaje en el Facebook, era de Isaak.

-¿No me vas a aceptar, gatita?-.

Cuando lo leí, sonreí y decidí contestar.

-¿Por qué tengo que aceptar a un capullo como tú?-.

Al rato recibí otro mensaje.

-Lo estás deseando, gatita-.

Y respondí.

-Mira bonico, te voy a aceptar para que te calles, sino, estoy segura que me vas a dar por saco-.

Entonces acepté su solicitud de amistad, no me volvió a contestar, pero empezó a darle me gusta a todas mis fotos.

Al rato me acosté a dormir.

...

Por fin sábado, por la noche había quedado con José para ir a la discoteca donde nos conocimos, queríamos ir solos para continuar conociéndonos más y descubrir hacia donde nos llevaría esto.

Me duché y me vestí, me puse el vestido que me compré la anterior semana con Carmen, en el pelo me hice ondas y maquillaje de noche. Quedé con José en que vendría a por mí a casa de Carmen, iríamos con su coche. Mientras acababa de arreglarme, entró Carmen a mi habitación.

–¿A qué hora viene José?-. Preguntó Carmen.

–Ahora en media hora-. Contesté.

–No sé, Elena, no te veo emocionada-. Me dijo sentándose en la cama.

–Es complicado, Carmen, hace poco lo dejé con Rubén, creía que era el amor de mi vida, pero me equivoqué, José es buen chico, pero creo que ha entrado en un momento difícil, de todos modos, me gustaría seguir conociéndolo-. Le dije sentándome a su lado.

–A tí te gusta Isaak ¿Verdad?-.

–No, bueno, no sé, no lo conozco, pero lo que me provoca él, creo que ni Rubén me lo provocó-. Le respondí.

–Bueno, amiga, de momento, hoy pásatelo bien con José, conócelo y el tiempo dirá-.

Asentí con la cabeza y Carmen se fue.

Al rato José me mandó un mensaje diciéndome que ya estaba fuera y salí.

Estaba apoyado en su coche, era un Renault Clio de tres puertas, color gris.
Él iba vestido con una camiseta de manga corta color azul y unos vaqueros.

–Hola, bonita-. Dijo José dándome dos besos, aún no nos habíamos besado.

–Hola, José ¿Qué tal?-. Pregunté.

–Muy bien, estás guapísima-.

–¡Gracias! Tú también estás muy guapo-. Respondí algo ruborizada.

–¡Gracias! Vamos a pasarlo bien-.

Nos subimos a su coche y pusimos rumbo a la discoteca.

Cuando llegamos, entramos y ya estaba la música en marcha, bailamos, reímos y bebimos, no había ni rastro de Isaak, eso ya era un logro.

Sobre las 2:00h, mientras bailábamos, a José le sonó el móvil, lo miró, pude ver el nombre de una tal Amanda, lo cual me resultó raro, no me habló de novia alguna.

–Discúlpame, debo cogerlo ¿Te esperas aquí?-. Preguntó.

Asentí con la cabeza y me senté en un banquito que había bajo una palmera gigante.
Fueron pasando los minutos y cuando me di cuenta, ya pasó media hora, quise llamar a José para ver dónde estaba y me salía el contestador.

Solo yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora