Capítulo 21

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No me lo podía creer, después de varios días, Rubén apareció de repente en mi trabajo.

Él estaba desaliñado, olía mal, parecía que no se había duchado en varios días, su pelo estaba revuelto y tenías las manos negras. Los clientes nos miraban y el de seguridad estaba cerca.

—¿Qué te ha pasado, Rubén?—. Pregunté echándome para atrás en mi silla.

—¿Por qué me has hecho esto, Elena? MIRA QUE ME HAS HECHO—. Me gritó.

—Rubén...yo...—. Empecé a decir, estaba en shock, no me salían más palabras.

Escuché a alguien venir hacia a mí. Era Carmen, se puso a mí lado.

—¿Qué haces aquí, Rubén? Lárgate de aquí o el seguridad te llevará—. Le dijo Carmen.

Rubén sonrió y vino hacia nosotras.

—Me has quitado la vida Elena, yo te quiero, vuelve conmigo, vámonos a Alemania y olvídate de Isaak, él está con Marta, no te quiere, solo te utiliza a su antojo—. Dijo cerca de nosotras.

—Vete de aquí, Rubén—. Le dijo Carmen.

—Tú decidiste dejarme, no yo ¿Ahora me reclamas?, no tengo la culpa de haberme enamorado de otra persona, Rubén—. Le dije emocionada, realmente estaba asustada, nunca lo había visto con ese aspecto.

Él echó una pequeña sonrisa y cogió a Carmen y la apartó de mí tirándola al suelo. Me dió una torta en la cara. Los de seguridad vinieron a por él, lo cogieron entre dos.

—SI NO ERES MÍA NO SERÁS DE NADIE ¿ENTIENDES? ESTO NO VA A QUEDAR ASÍ—. Dijo gritando mientras los seguridades se lo llevaban.

Yo me levanté de la silla tocándome la cara y llorando viendo cómo se lo llevaban. Carmen se acercó a mí.

—¿Estás bien? Vamos al cuarto de baño—. Dijo Carmen abrazándome, ella era un gran apoyo para mí.

Entramos al baño y me apoyé en la pila mirándome al espejo mientras las lágrimas caían por mi rostro.

—¿En qué se ha convertido Rubén? Él no era así—. Le pregunté a Carmen.

—Elena, tú sabes que Rubén nunca ha sido santo de mi devoción, pero lo acepté porque tú eres mi mejor amiga y lo querías, yo sabía que él no era bueno para tí—. Me dijo poniéndose a mi lado.

—¿Cómo sabías que él no era bueno para mí?—. Pregunté.

Echó una media sonrisa.

—Sabes que tengo un sexto sentido y el detector de capullos depravados activado desde que Juan me engañó con media Valencia, amiga—. Me dijo Carmen.

Yo sonreí.

—Gracias Carmen—. La abracé.

En ese momento entró nuestra jefa.

Nos reincorporamos hacia ella enseguida

—Siento mucho el espectáculo, jefa, no entiendo el cable que se le ha cruzado a mi ex novio, yo...—. Le dije mientras me caían lágrimas en los ojos.

Mi jefa se acercó y me acarició a m brazo.

—Tranquila Elena, eres una de nuestras mejores vendedoras, me aseguraré que ese chico no vuelva a aparecer por aquí a molestarte, te has librado de semejante capullo por lo que veo—. Dijo mi jefa bastante tranquila.

Asentí con la cabeza y sonreí.

Mi jefa se dio la vuelta ya dispuesta a irse y cuando llegó a la puerta del baño se giró hacia nosotras.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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