Capítulo 5

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Por fin llegué al trabajo, por los pelos, entré por la puerta justo a las 10:00h.

–Tía, casi llegas tarde-. Dijo Carmen.

–Lo sé, luego te lo cuento todo, mi día no ha podido empezar peor-. Dije poniéndome las manos en la cara.

–El cursillo se ha tenido que atrasar, empieza a las 10:15h-.

–Entonces llegó bien-.

Carmen asintió con la cabeza.

–Cuéntame entonces, tenemos aún diez minutos-. Me dijo.

Me giré mi cuerpo hacia ella para mirarla de frente.

–Bueno, resulta que no se por qué, pero el despertador no me ha sonado esta mañana, me he levantado a las 9:15h y me ves corriendo a la ducha y sin desayunar y salía de casa a las 9:40h-.

Carmen se reía.

–Madre mía, si que te ha cundido-. Decía riéndose.

–Pero eso no es todo, ahora viene lo peor-.

–¡Ah!¿Qué hay más?-. Preguntó sorprendida.

–De camino a aquí, iba por la carretera convencional a 120 por hora, sino no llegaba a tiempo, Carmen-. Respondí.

Carmen me miraba escuchándome.

–Y de repente, miró por el espejo y me veo por detrás a la policía con las sirenas puestas-. Le dije.

–¿Qué me dices? ¿Entonces, te han parado?-. Preguntó escuchándome con atención.

–Si, pero es que el policía que ha venido a mi coche, no te vas a creer quién era-.

–¿Quién?¿Quién? Dilo ya que me tienes en tensión, tía-. Decía Carmen cogiéndose las manos.

–El rubio alemán, engreído y capullo del sábado, el que me tiró la bebida encima-. Le dije.

Carmen me miró seria y de repente echó una carcajada que no podía dejar de reírse, le veía los ojos y le lloraban de la misma risa.

–No tiene gracia, Carmen ¿Sabes lo violento que ha sido para mí? No paraba de llamarme gatita furiosa-. Dije enfadada.

Carmen continuaba riéndose.

–Gatita furiosa, dice-. Se reía aún.
–¿Entonces, te ha multado?-. Preguntó.

–No, dice que a la siguiente lo hará, pero es un capullo, me ha echo salir del coche para pedirme el carnet de conducir y he tenido que volver a meterme para cogerlo porque lo tenía en el asiento del copiloto, que asco me da, no quiero verlo nunca más-. Le dije.

–Bueno, demasiada casualidad sería que lo vieras más veces, Valencia es muy grande, no creo que vuelvas a verlo-. Dijo Carmen.

Nos metimos en la sala y empezamos el cursillo, nos explicaron todo lo relacionado con las ventas, las comisiones y el como vender. Yo estaría en la zona de televisores, reproductores, música,... La verdad que no me podía haber tocado mejor zona.

Cuando acabamos el cursillo, me fui para casa, mañana a las 9:00h empezaría mi jornada laboral y tendría que poner en práctica todo lo aprendido en el cursillo.

Llegué a casa y al rato me sonó el móvil, me estaba llamando José.

–Hola, José ¿Qué tal?-.

–Hola, Elena, bien ¿Quieres que vayamos el martes al centro a tomar algo?-. Preguntó.

–Tendrá que ser por la tarde, por la mañana trabajo hasta las 15:00h-. Respondí.

–Si, perfecto, nos vemos el viernes en la plaza de toros a las 18:00h y de ahí vamos a mirar a ver dónde tomarnos algo-.

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