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Querida Danielle,

Me resulta difícil encontrar las palabras adecuadas para comenzar esta carta. Antes que nada, quiero pedirte disculpas sinceras por todo lo que te hice pasar. Me doy cuenta de que te involucré en situaciones complicadas, y no puedo dejar de sentirme culpable por ello.

Danielle, siempre has sido una persona increíble. Fue inevitable enamorarme de ti, aunque al principio pensé que eso no sucedería. Éramos tan diferentes, prácticamente desconocidos, y, para ser honesta, te mentí cuando dije que no me enamoraría. Desde el primer día que te vi entrar al salón de clases, supe que estaba enamorada de ti. Aunque sabía que pertenecías a un curso superior y eras una de las chicas más populares de la escuela, mientras que yo era la chica peculiar a la que le gustan los gatos. ¿No es gracioso? Eso fue lo que pensé en ese momento.

Nunca me sentí a la altura para ser tu pareja, y al principio me apenó, especialmente por no tener el valor de acercarme y hablar contigo. Podríamos haber sido buenas amigas. No escribo esto para que sientas lástima por mí; nada de lo que me ocurrió tiene que ver contigo, créeme, es así.

Me hubiera gustado tener la valentía de hablarte y, quizás, haberte enamorado yo en lugar de ese idiota al que llamas novio. Sinceramente, no me agrada. En mi opinión, solo son la pareja envidiable porque ambos son los más populares de la secundaria.

Recuerdo claramente aquella competencia en la que fui ayudante de la entrenadora de las porristas. Estabas allí, tan hermosa y radiante hasta que te lesionaste debido a un error de una de tus compañeras. Estuve a tu lado, brindándote la asistencia necesaria. Fue en ese momento cuando empezamos a hablar, y me sentí tan nerviosa que las cosas no paraban de caerse de mis manos. Aunque estabas lesionada, seguías sonriendo para no preocupar a los demás. Tu voz ese día fue tan dulce y armoniosa que la recuerdo hasta el día de hoy.

Esa fue la primera de muchas conversaciones que tuvimos, y la felicidad se reflejaba en mis ojos. Esos ojos que decías que te gustaban porque me parecía a un gatito. Fue la primera vez que esa comparación con los felinos no me molestó, fue simplemente hermoso.

Con cariño, tu Baby Cat

Kang Haerin

𝙁𝙖𝙧𝙚𝙬𝙚𝙡𝙡 𝙈𝙚𝙡𝙤𝙙𝙞𝙚𝙨 || Candyz/DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora