7

4.7K 422 43
                                    

Anteriormente....

Rhaenyra miro a su padre, sabiendo perfectamente lo que pasaba por la cabeza de su padre, quería que los hijos de Daemon fueran suyos y como no hacerlo, todos eran alfas (eso creía) y la mayoría tenían el aspecto Targaryen, no como sus propios hijos

Se mordió el labio mirando a sus hijos, dándose cuenta de que las miradas iban desde los hijos de su tío hasta los suyos propios, empezando a juzgar su coloración, que Sir Harwin estuviera detrás de sus asientos, no hacía de mucha ayuda

Se mordió el labio mirando a sus hijos, dándose cuenta de que las miradas iban desde los hijos de su tío hasta los suyos propios, empezando a juzgar su coloración, que Sir Harwin estuviera detrás de sus asientos, no hacía de mucha ayuda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— parece que la corte se lo tomo muy bien - Cregan le sonrió a su esposo y Daemon solo rodó los ojos, su señor esposo siempre sería un crío en el cuerpo de un hombre, un hombre muy grande

Realmente la corte no paraba de cuchichear acerca del señor del norte y su familia, jamás habían recibido noticias de su matrimonio y mucho menos de la concepción de sus hijos, si bien sabían que el señor del norte se había casado jamás esperaron que fuera con un jinete de dragón y mucho menos que tal jinete fuera el príncipe Daemon Targaryen el único Omega de la casa Targaryen (según creían)

— ¿Madre, crees que podríamos bailar? - pregunto el hijo mayor del señor del norte y Daemon se encontró asintiendo de manera distraída, más ocupado escuchando a Lord Mormont contar una de sus historias de caza

Aegon no perdió tiempo y se puso de pie, se acercó hacia su hermana, la única Omega de la familia y pregunta si deseaba bailar, Gilliane gustosa acepto y ambos se encaminaron a la pista de baile, cosa contraria a Aemond quien era arrastrado por la gemela restante

El joven heredero del norte sostuvo de manera delicada a su hermana y la hizo girar de manera elegante al ritmo de la música, Aegon disfruto la sonrisa que estaba pintada en el rostro de su hermana, realmente si Daemon escogiera a Gilliane para casarse con su primogénito, Aegon no estaría para nada molesto

— Todos nos ven - susurro la joven de cabello castaño oscuro con una sonrisita, quizás no muchos lo vieran, pero había mucho del príncipe pícaro en su única hija de apariencia Stark -

— Déjalos ver, están maravillados con tu belleza - Y la joven se sonrojó notablemente, su pálida piel no hacía nada para ocultar el sonrojo y los susurros solo aumentaron -

— ¿por qué tengo que bailar? - Aemond pregunto moleste, pero de todas maneras sosteniendo la cintura de su hermana de manera delicada

— Por qué no pienso dejar que un tonto sureño me invite a bailar - Se burló Baela — Ya sabes lo que dice madre, la sangre del dragón es demasiado preciada para mezclarse con las ovejas, aunque claro, mamá hizo una excepción con un lobo - está vez fue el turno de Aemond de sonrojarse al entender las palabras de su hermana

Daemon pronto se unió a la danza con el resto de parejas, su lord esposo a su lado creando una vista imponente, Cregan era más alto que Daemon al menos por dos cabezas y ni que decir en el ancho, Daemon a su lado se veía pequeño, pero la espada atada en su cintura les recordaba que no era cualquier Omega al que podían intimidar

HartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora