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Pasarón semanas, semanas en los que el pequeño rubio enfermo, no sabían que tenía, el doctor solo dijo que necesitaba reposo, obviamente tuvo que mentir ya que igual que Jimin, Jungkook le pidió al doctor que dijera eso, ya que diría el verdadero estado del más bajo, su pequeño cuerpo tenía algunos moretones, aquel brillo en él desaparecía y su tono de cabello lo demostraba, su madre estaba demasiado preocupada que llegó un momento en lo que llamo a Sungwoon para una explicación de cómo fueron los días en donde su hijo estaba en buen estado y se le escapó si el rubio había mencionado sobre terminar su relación con él, el castaño respondió de que sí pero pudieron salir adelante, tuvo que meter una excusa de que unos días antes Jimin a estado distante y que no comía, su madre ingenuamente le creyó.

[Mansión Kim]

Jennie habría la puerta del sótano de su habitación encontrando a Min Lisa, amarrada a una silla junto a un chaleco de fuerza, la pelinegra le sonrió y cerró la puerta detrás de ella.

- ¿Como vas amaneciendo estos días? -preguntó para molestar a la castaña quien solo la observaba.

- Buenos, porque siempre vienes a verme, preciosa -dijó de una manera media coqueta junto a una sonrisa.

Aquella respuesta hizo quedar a Jennie sorprendida.

- Ja, que gracioso de tu parte, Lisa, deja el juego o te mato -sacó el arma del escritorio mientras caminaba acercándose más a la cabeza de Lisa hasta pegarla en su frente- ¿Quieres continuar?

- Obviamente prefieres la cabeza porque mi corazón ya te lo llevaste, vamos preciosa, ¿Matarme? -rió- ¿Sabes lo loca que me pones cuando te pones así de amenazante?, que mujer tan exquisita.

Jennie iba hablar hasta que su celular empezó a sonar, rodeó los ojos y contestó para luego temblar de miedo al saber que su hermano estaba en la mismísima puerta de la mansión, rápidamente agarró a Lisa y la golpeó en la nuca dejándola inconsciente, salió del sótano, cerró todo con llave, guardo su arma para luego salir corriendo a las escaleras y ver a su hermano quién tenía su maleta.

— ¡Hermanito! —corrió a abrazarlo.

Su hermano le sonrió y acepto el abrazo, después le dió un beso en la cabeza.

— ¿Me extrañas te JenJen?

Un brillo en los ojos se prendió en ella al igual que paz al escuchar ese apodo "JenJen" no había más palabras ni persona que le hacían sentir más feliz.

— Taehyunguie... —la pelinegra no sabía que tenía pero la necesidad de llorar la invadían.

— Eso es un sí —rió abrazándola más fuerte— te traje un regalo, ¿Lo quieres?

La más baja limpió sus lágrimas y asintió con una sonrisa, caminaron al sofá donde su hermano abrió su maleta y saco una pequeña cajita, Jennie quedó sorprendida al ver que eran anillos.

— Son anillos para compartir, tienen un bello significado, "siempre contigo" tienen escrito, es como nuestro lema entre los Kim, siempre debemos estar juntos sin importar las consecuencias, mi linda hermanita, quiero compartirlos contigo —su sonrisa cuadrada y encantadora no tardó en aparecer, Jennie solo lloraba, hasta se lanzó a los brazos de su hermano— llorona.

— Te odio —seguia llorando— Te odio por ser el mejor hermano

— Siempre serás mi consentida —beso su frente— ahora tengo hambre

— Yo te hago el almuerzo, te cocinare lo que me pidas, después podemos salir de compras, yo pagó todo —dijo con emoción.

— Si tú lo dices —acarició su cabello lacio.

[...]

— Jungkookie... Mejor vete —dijo débilmente.

— Prometo que todo esto cambiará —agarró aquella delicada mano de su amado y la besó como símbolo a esa promesa, beso su frente al igual que a esos labios esponjosos y se fue de la habitación.

El rubio al ver a Jungkook irse cerró los ojos con fuerza, el solo quería ser feliz con él sin quien alguien joda tanto pero todo se arruinó.

Fue al centro comercial para encontrarse con su madre, ya que ella le insistió un día en familia entre ellos dos, al estacionarse vio ni nada menos que a Jennie junto a Kim Taehyung el hermano mayor y heredero de la riqueza Kim, bueno lo que quedaba. Tenía su arma justo ahí podía matar a Jennie de una manera rápida pero algo lo detenía, solo se imaginaba como si Jimin sosteniera su mano para que no lo haga, suspiro pesadamente y esperó a que se vallan y el salir, pensaba inventar algo para su madre y ir a otra parte con ella.

[...]

— Me acabo de enterar que Sungwoon y Jiminnie son novios —dijo Taehyung caminando junto a Jennie en el centro comercial mientras miraban aquellas tiendas caras.

— Ah... Sí —se había olvidado por completo de eso— Son buena pareja —trató de sonreír.

— Me alegra, también no te conté la gran noticia que tengo para nuestra familia —dijo de una manera diferente y feliz.

— ¿Cual es esa noticia?

— Digamos que al fin podremos salir de esto, podremos salir adelante, al fin regresaremos hacer importantes.

— ¿En- enserio? —no podía creerlo.

— Sí, ¿No estás feliz? —dijo preocupado.

— Sí lo estoy —cambió su tono de voz.

Taehyung abrazo a su hermana pero sentía que ella ocultaba algo, se le hacía raro pues nunca se ocultaban algo siempre ella era honesta con él, pero ese presentimiento era demasiado intenso.

— Verdad, acaban de abrir una nueva tienda de dulces deliciosos —agarró su mano— vamos, se que te van a encantar.

Pasaron unas horas, Jennie y Taehyung se encontraban tomando un licuado de fresa el favorito de ambos junto a unas galletas con chispas de chocolate. La pelinegra recordaba esos momentos cuando eran niños, sentía culpa y dolor pues quería lo mejor para su hermano, él nunca se rendía cuando su padre los dejo con la deuda y el peso en su madre, Taehyung paso por estrés, no podía ni dormir, estudiaba pero con todo lo demás no podía, renunció a todo solo para sacar a Jennie adelante en una buena universidad, la empresa casi iba hacer destruida, las ventas eran bajas, las deudas no bajaban, ahora resulta que lo logró, tal vez no debió subestimar a su hermano pero le dolía verlo así que cuando vio a Jeon Jungkook el futuro dueño de una mafia completamente estable decidió arriesgar se, hasta que todo se jodió en un segundo.

— Jennie —volvió a llamarla, Taehyung.

La pelinegra regresó al presente sin darse cuenta que sus ojos estaban llorosos.

— Perdón... —seguia llorando— perdoname hermanito —se tapó la cara llorando, sintió como su hermano le acariciaba su cabello— soy una mala persona... Lo soy

— No lo eres, Jennie, eres una buena persona, una buena mujer, una buena hermana y hija, eres la mejor persona en este mundo, estoy orgulloso de tener una hermana como tú en mi vida —sonrió de manera cálida.

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*°Just My Uncle°*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora