Esta vez no volvemos a la habitación, sino que continuamos el pasillo hasta llegar a una gran puerta de cristal tras la que se puede ver la sala en la que estamos a punto de entrar: la sala del ocio.
Miro a Zeus durante unos segundos, buscando en su rostro un indicio de lo que está pensando, pero de nuevo un semblante frío y una mirada perdida se apoderan de su rostro.
Me sorprende la capacidad de Zeus para pasar del todo a la nada en 5 minutos. Hace unos segundos, una conexión arrolladora se acumulaba en el ambiente, cada vez más pesado por la proximidad de nuestros cuerpos, y ahora, parece como si nada hubiera pasado, como si no acabáramos de destapar la gran mentira de la cúpula de La Selección.
Decidida, entro a la sala.
La atmósfera bulliciosa de la sala, donde la mayoría de los participantes se divierte con juegos como el futbolín, el billar y los dardos, contrasta fuertemente con la expresión pensativa de Zeus. Mientras otros riendo y disfrutando, él parece estar sumido en sus propios pensamientos.
Me fijo en los participantes, hay unos 40, lo que significa que aún quedan unos 10 participantes por despertarse.
¿Y si no se despiertan?
Harry y Cloe, por otro lado, están inmersos en una competencia de bebida. La competencia parece amigable, pero hay una tensión sutil en el aire mientras miden sus habilidades para consumir más alcohol. No puedo evitar notar a Cloe, somos del mismo pueblo. Su padre trabaja en el mercado, y hemos compartido historias de nuestras vidas en más de una ocasión.
Ambas crecimos en una zona pobre y con falta de recursos, donde las revoluciones eran frecuentes.
Observo a Zeus por un momento, preguntándome qué le preocupa tanto. La sala está llena de risas y actividad, pero su actitud parece distante. Tal vez, entre las risas y la competencia de bebida, hay algo más en juego que escapa a mi comprensión en este momento. Decido acercarme a Cloe para saludarla y, de alguna manera, desconectar un poco.
-¿Cloe?- le digo acercándome para darle un abrazo.
-¡¡¡¡Ritaaaaa!!! - me responde entusiasmada mientras me rodea fuertemente con sus brazos.
Se nota que está borracha, y mucho.
Con toda la tensión de La Selección, ya se me había olvidado que esta niñita me llama Rita.
Sé que no tiene sentido, pero, cuando tenía 10 años, mis habilidades para robar levadura no eran muy buenas, y, como era de esperar, un día ella se dio cuenta.
''Estás robando la levadurita, ¿eh?, esta vez no le diré nada a papi, pero más te vale mejorar, Rita''
Y desde entonces, soy Rita para ella. Realmente no me molesta, es una buena chica.
-Pero bueno, por fin te has molestado por socializar un poco- Dice Harry vacilante mientras bebe otro trago de vodka.
-Realmente no estoy demasiado interesada en socializar con gente como tú.
-¿Gente como yo? ¿Es que a las chicas que han nacido en pueblos como el tuyo, de pobreza máxima y recursos inexistentes tienden a odiarnos? Siento mucho que tu familia gane el dinero que se merece.
''Ganan el dinero que se merecen''
Esas palabras hacen que la ira ascienda por todo mi cuerpo.
Recuerdo lo duro que tuvieron que trabajar mis padres cuando yo era pequeña, sacrificando su tiempo y energía para mantenernos a todos. La zapatería era nuestro universo, el olor a cuero y el sonido constante de la maquinaria resonando en mis oídos. A veces, era difícil para ellos llegar a fin de mes, y la idea de pasar hambre nunca estaba lejos de sus mentes.
No, mis padres no ganan lo que se merecen.
Ellos dan su vida por y para el trabajo, pero vivir en una zona no privilegiada también significa enfrentar la negligencia del gobierno.
Los recuerdos nublan mi mente, mientras las palabras de Harry resuenan por cada centímetro de mi cuerpo.
Durante los inviernos, las temperaturas bajaban a niveles críticos, y la falta de recursos en nuestra área se volvía aún más evidente. Las promesas vacías del gobierno resonaban como un eco hiriente en nuestras vidas diarias. No éramos una prioridad para ellos, y tuvimos que soportar no solo la escasez de oportunidades, sino también la falta de apoyo cuando más lo necesitábamos.
En esos inviernos crudos, la sensación de hambre y frío se volvía insoportable. Ver a mis padres luchando no solo contra la carga de trabajo en la zapatería, sino también contra la indiferencia gubernamental, dejaba una marca profunda en nuestro espíritu. Nos convertimos en víctimas de un sistema que no reconocía nuestras necesidades básicas y que parecía darnos la espalda cuando más lo requeríamos.
Vuelvo la vista hacia él, en su cara se refleja su sensación de superioridad, mis ojos se llenan de lágrimas, de repente, no me importa parecer débil.
-Harry, a veces parece que olvidas que el privilegio no es solo medido en risas y competiciones de bebida. Hay quienes han trabajado duro, no solo por diversión, sino por sobrevivir. ¿Alguna vez te has detenido a pensar en eso, o la vida fácil te ha cegado completamente?
La sala se queda en silencio, y, desde mi posición, veo a Zeus.
Apoyado en el alféizar de la ventana, con un cigarro.
Sus ojos color verde me miran con delicadeza, y veo que esboza una pequeña sonrisa.
No se cuánto tiempo me pierdo en su mirada, pero, de repente, del silencio, un murmullo crece y, en poco tiempo, la sala entera parece abuchearme. La intensidad del descontento fluye hacia mí, una ola de desaprobación palpable.
Me siento avergonzada, mis pómulos se tiñen de rojo, comienzo a sentir el calor subir hacia mi cara, entre todo el descontrol logro identificar una pequeña cantidad de personas que no se unen al coro de abucheos. Cloe, con una sonrisa de complicidad, me envía un gesto de apoyo. En el rincón, Zeus mantiene su semblante serio, pero veo un destello de reconocimiento en sus ojos. También hay otro grupo cerca, inmerso en su juego de cartas, que me lanza sonrisas alentadoras.
No puedo aguantarlo, siempre he odiado llamar la atención, no pasar desapercibida.
Sin mirar atrás, me voy de la sala del ocio.
Ni siquiera han empezado las pruebas y ya me quiero ir.
![](https://img.wattpad.com/cover/356511456-288-k354602.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Orden en caos
AçãoEn el oscuro teatro de La Selección, Zoe desafía el control del gobierno. Entre numerosas pruebas y la lucha por la supervivencia, su corazón se enreda en una red de emociones que desafían las reglas impuestas por una sociedad implacable. En este mu...