Esta historia comienza poco despues de que Edward Cullen abandonara a Isabella en el interior del bosque frio al borde de la muerte a causa de la hipotermnia.
Ella conocera a una joven que la sumergira en un mundo vampirico mucho màs complejo de lo...
Todos los mienbros de cada una de las familias ahi reunidas han tomado asiento en la sala de estar.
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-Antes de comenzar. ¿Puedo usar su cocina?-Pregunto Angeldoll.
-Por supuesto.-Contesto la matriarca de la familia Cullen.
-Gracias.-La cazadora se puso de pie y fue en dirección a dicho lugar.
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Nada más entrar a esa estancia se quedo helada. Nunca antes habia estado rodeada de tanto color blanco. Ese color a diferencia de otros colores le alteraba demasiado los nervios. A gran velocidad preaparo algo de té y unos cauntos bocadillos. A sus creaciones le agrego unas cuantos gotitas de una poción que les ayudaria los vampiros del clan olimpico.
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Con ayuda de alguno de sus hechizos llevo todo a la mesa de centro de la sala.
-No quiero ser grosera pero somo vampiros, no comemos desde el dia en que fuimos transformados.-Dijo Rosalie.
-Solo denle una oportunidad. De seguro más adelante lo agradeceran.-Contesto Angeldoll a las palabras de la rubia.
La cazadora-bruja sirvio cinco tasas de té y las entrego. Tres de ellas para sus compañeros, la otra para Isabella y la última para ella misma.
-Sirvance con toda confianza. Les aseguramos que no tiene ninguna clase de veneno.-Hablo Mircea. Quien luego tomo un sorbo de su té.
Alice, la vampiresa de chispeante personalidad fue la primera en aceptar lo ofrecido por la desconocida mujer que es muy amiga de Bella. Y para sorpresa de todos dio un sorba a la tasa de té. Una vez que sus papilas gustativas saborearón el sabor del té de frutos rojos sus ojos se llenarón de lágrimas, las cuales a los pocos segundos fuerón acompañadas por unas suaves risas llenas de felicidad.
