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Era una linda y cálida tarde. La joven pareja platicaba animadamente bajo el árbol más grande de la residencia Tokitou, la misma en la cual se habían confesado sus sentimientos.

El peliburdeos adoraba a su novio, no pudo haber pedido alguien mejor para amar. Besaba tiernamente sus mejillas y frente, le agradaba ver el rostro sonrojado de Muichirou.

Aquella tarde en la cual el ocaso se hacia presente fue especial ya que, Tanjirou juró ser leal y fiel a su amado pelimenta.

Las palabras no me alcanzan para expresarte mi gran amor por ti, te amo y eres la única persona de la cual me he enamorado. Por eso, quiero prometer aquí y ahora lo siguiente: "A partir de este momento, yo, Tanjirou Kamado, prometo ser te fiel y leal solo a ti, Muichirou Tokitou, el más maravilloso y extraordinario pilar del cual me enamoré desde el primer momento en que te vi. Y si llegase a romper esta promesa, juro que preferiría morir en tus brazos. No podría seguir adelante si llegase a lastimarte por mis errores, mil veces escogería ser un miserable, uno el cual ha perdido su voluntad y no le queda más que seguir órdenes para así demostrarte que, a pesar de no ha de desfallecer a causa de tus hermosas manos, poder pagar el más atroz y terrible crimen: Hacerte llorar y sufrir por mi culpa, mi gran y maldita culpa".

Aquellas palabras no solo quedaron grabadas en la mente del protagonista, sino que también lo hicieron en la memoria del Hashira.

Una inocente promesa de enamorados que acabaría en la peor de las calamidades.

[ . . . ]

El de ojos rojos se estaba preparando para su gran noche. Resulta que el Patrón había organizado una cena en la cual no solo estarían los pilares sino que, además, podrían asistir sus parejas y presentarse a los demás.

Al Kamado le agradó esto, quiso ir lo mejor y más elegante posible, no obstante, el de ojos menta le prohibió ser tan llamativo, no quería que alguien se lo quitara. Así que ahora se estaba terminando de vestir; su vestimenta era técnicamente lo mismo pero, había decidido arreglarse el cabello. Cuando terminó sintió que no estaba tan mal, en eso, su amado entró a la habitación para cambiarse.

Muichirou miró con asombro el nuevo look de Tanjiro, le dio un halago por ello y luego procedió a realizar lo suyo.

El de pendientes Hanafuda se marchó de la habitación, dándole privacidad a Tokitou. Una vez que salió se encontró a su hermana, quiso abrazarla pero esta se fue corriendo lejos de él.

Habían pasado unos dias desde aquel íntimo suceso, aun no pidió perdón a Nezuko porque ella siempre lo evitaba. Kamado pensó que quizás, una vez terminada la cena, se disculparia y todo regresaria a la normalidad.

[ . . . ]

Se sentía nervioso. Estaba sentado junto a su pareja quien le tomaba de una de sus manos bajo la mesa.

Rengoku y Mitsuri conversaban animadamente al igual que Uzui y Shinobu. Mientras que Obanai, Sanemi y Tomioka solo comían en silencio. Kagaya y Himejima hablaban en voz baja para no inerrumpir a los demás.

Por otra parte, Tanjirou se unió a la charla entre Kyojuro y la pelirosa. Reia suavemente en lo que el Hashira más joven le daba una mirada de pocos amigos a aquellos que miraban al Kamado. Sin duda, era muy celoso con lo suyo.

— Tanjirou, seria bueno que nos acompañaras este fin de semana al pueblo, irán Iguro, Rengoku, Tenguen y sus esposas, Shinobu, Tomioka y yo. ¿No quisieras sumarte?

Preguntó Mitsuri, la de hermosas trenzas.

El joven Kamado quiso aceptar, mas fue interrumpido por el menor.

"Me perteneces, eres mi propiedad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora