ℌ𝔬𝔰𝔢𝔬𝔨 𝔡𝔢𝔟𝔢 𝔪𝔬𝔯𝔦𝔯▪︎
Nueve años después de la trágica muerte de su hermano menor, HyungWon sigue atormentado por el dolor y la rabia. Incapaz de superar la pérdida y con el peso de la venganza en su corazón, decide emprender un peligros...
La mochila aterrizó sobre el pupitre haciendo sobresaltar al chico que estaba dormitando sobre él. Este abrió los ojos y resopló evidenciando lo molesto que estaba.
-Hoseok, haz eso una vez más y te romperé los dedos.
Hubo algunas risitas y de a poco el aula se fue llenando. Las clases habían empezado hacía pocos meses y las mañanas todavía eran duras para los estudiantes que se habían acostumbrado a trasnochar en las vacaciones.
-¿Qué haremos esta tarde? Jooheon quiere ir al parque. Ya habilitaron la nueva cancha de básquet. ¿Qué dices?
El muchacho que había estado dormitando se desperezó estirando los brazos y bostezando.
-Solo quiero ir a casa y dormir cinco años...
Hoseok sacudió la cabeza y golpeó la nuca de su amigo al mismo tiempo que el profesor entraba al salón.
-Shin, el día recién comienza, ¿quiere pasarlo en la dirección?
Hoseok rodó los ojos y se recostó en su silla, mirando de manera desafiante al hombre de mediana edad que le devolvió la mirada casi con pena detrás de sus lentes.
-Saquen los libros, empezaremos con...
Unos golpecitos en la puerta y una de las secretarias del director asomó la cabeza por la abertura.
La muchacha entró seguida de un jovencito delgado y de lentes gruesos.
-Profesor, él es Chae Hee Sung. Recién llegó a la ciudad y lo transfirieron a esta escuela.
El profesor lo hizo pasar y le pidió que se presentara. El muchacho así lo hizo y luego tomó asiento bajo la atenta mirada de sus nuevos compañeros.
-Parece una mantis -le susurró Chang a Hoseok entre risas.
-Pues parece que tenemos una nueva mascota...
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Hee Sung llegó extático a su casa. Había sido un día estupendo. Quizá su suerte había empezado a cambiar. Cruzó la puerta con una gran sonrisa para alivio de su madre que ya temía volver a pasar por la misma experiencia de buscar un nuevo colegio para su hijo menor. Los Chae se habían mudado a aquella parte de la ciudad apenas unos días antes. Su hijo mayor, HyungWon, se había quedado con sus abuelos porque estaba tomando algunos cursos avanzados y no quería abandonar sus clases a las que ya se había acostumbrado.
-¿Cómo te fue, cielo? -preguntó su madre con una gran sonrisa.
-Muy bien, mamá. Creo que podré adaptarme a este colegio. Mis compañeros han sido muy amables -respondió con una gran sonrisa mientras tomaba una galleta de chocolate del plato que ella siempre dejaba sobre la mesa.
El peso que sentía su madre pareció desaparecer con las palabras de su hijo. Hee Sung siempre había sido un chico tímido. Era más delgado y más bajo que la mayoría de los chicos de su edad debido a una enfermedad renal que había tenido cuando era un bebé. Sumado a eso, su vista se había visto comprometida gracias a algunos tratamientos y ahora usaba unos anteojos que eran gruesos y poco estéticos. Hee Sung siempre se había sentido acomplejado por su apariencia. Todos en su familia eran muy atractivos y su único hermano, que le llevaba dos años, era considerado una belleza por todos. HyungWon era su héroe. No solo era atractivo e inteligente sino que también era su mejor amigo. El hecho de que no se hubiera mudado con ellos a su nuevo hogar era algo que lo tenía al borde de la tristeza y se consolaba pensando en que lo vería los fines de semana. Pero odiaba tener a su hermano lejos. Era la única persona en el mundo que lo entendía y que no sentía lástima por él.