Estoy sentada en mi sitio, apoyando la cabeza en el escritorio y escondiendola entre mis brazos como si fueran una gran manta que me oculta, es última hora, faltan 15 minutos para que las clases acaben y que llegue el fin de semana, ¿deberia estar contenta? No se porque debería estarlo, todos estarán saliendo por ahí con sus amigos, saliendo de fiesta y posiblemente emborrachandose, pero yo... Estaré en mi habitación, jugando videojuegos y seguramente "dibujando", siempre es lo que hago. Deseo durante toda la semana que llegue el finde, pero en cuento llega deseo que sea lunes de nuevo, no me entiendo.
Es hora libre, así que todos están hablando entre ellos, aunque más bien están gritando, son muy ruidosos, no me gusta eso, aunque algunas veces están en completo silencio, eso tampoco me gusta.
De repente siento a alguien tocándome el hombro desde el asiento de atrás, levanto la cabeza y me giro para que mis ojos de encuentren con los de la chica del lunar bajo el ojo, su flequillo casi le tapa los ojos como si fueran cortinas de color castaño de un teatro al final de una actuación. Me está sonriendo, no se porque pero esa sonrisa... Me transmite una emoción, no se describir exactamente cual.
-Perdona -me dice con una pequeña sonrisa nerviosa- ¿Me puedes prestar un bolígrafo?
Sin contestar agarro mi bolígrafo y se lo presto.
-¡Gracias! -dice ella mientras agarra con delicadeza el bolígrafo, la chica me mira por un momento dudando en decirme algo en lo que estaba pensando- Oye ¿Cuál es tu nombre? Yo me llamo Noemí.
La miro por un momento.
-Me llamó Aurora -contesto finalmente.
-¡Como la cantante! -puedo notar un poco de emoción en su tono- ¿la conoces? ¡Es muy buena! Y... -derrepente deja de hablar emocionada y agacha la cabeza, parece avergonzada.
La miro sorprendida por su repentino cambio.
-Si, la conozco -digo mientras Noemí levanta la cabeza para mirarme- A la cantante, escucho muchas de sus canciones -estoy hablando en un tono monótono aunque hago todo lo posible para parecer amable.
La miro a los ojos por un momento, por alguna extraña razón esos ojos verdes y dorados me llenan de curiosidad.
El timbre me sorprende y parece que a ella también. Todos comienzan a recoger sus cosas y a salir del aula, Noemí y yo hacemos lo mismo. Me dirijo al pasillo donde ocurre una avalancha de personas deseando de salir de esta cárcel juvenil.
Oficialmente a empezado el fin de semana, me dirijo a casa escuchando música antes de sentir una mirada sobre mi, me giro para ver a mi alrededor pero no consigo encontrar a nadie, acelero el paso para llegar a lo que se supone que es mi casa, no me gusta sentirme observada. Después de unos minutos andando, casi corriendo, aparece frente a mi, el horrible monstruo, su altura me impide mirarlo cara a cara, tan rápido como mis reflejos reaccionan me giro y comienzo a correr en dirección contraria, mi respiración de nuevo se está volviendo agitada y mi pecho se siente pesado, sigo corriendo lo más rápido que puedo, miro atrás para asegurarme de que no me sigue hasta que chocó con algo, bueno, más bien con alguien.
-¡Ey! -la persona exclama antes de que me de cuenta de quién es- ¿Aurora?
Mi mirada se posa en él
-¡Thomas! -exclamo de felicidad al ver de quien de trata.
¡Es Thomas! Mi mejor amigo, hacia bastante tiempo que no lo veía porque estaba de intercambio en el extranjero, parece que hoy ha vuelto.
-Cuanto tiempo sin verte ¿Cuándo has vuelto? -le pregunto mirándole con una pequeña sonrisa.
-Esta mañana, quería darte una sorpresa pero mi avión se atraso y llegue más tarde, se supone que anoche ya debería haber estado aqui.
-¿El vuelo se atrasó o te quedaste dormido y tuviste que esperar al siguiente? -digo mientras me río- Cuando estas dormido es imposible despertarte, pareces un oso invernando -lo miro con una pequeña sonrisa bromista antes de despeinar su pelo de color carbón.
-¡Oye! -exclama apartando mi mano de su pelo mientras trata de no reir y parecer serio- Ya no soy un niño pequeño para que me hagas eso -me mira con una expresión seria antes de que ambos riamos.
-Para mi si lo eres, al fin y al cabo soy medio año mayor que tu.
-Si, pero por la altura que tienes pareces un año menor que yo -dice poniendo su mano en su frente comparando su altura con la mía.
Dios, no me había dado cuenta de que es tan alto, en serio este chico a dado un buen estirón.
-Si que has crecido, ¿que os dan de comer en las escuelas alemanas? Debería probar yo un poco también, tal vez soy un estirón mágico -bromeo tratando de calcular su altura.
Cuando Thomas se fue a Alemania él medía 1,75 ahora debe de media sobre 1,80.
-En serio Aurora, casi vamos a entrar a la universidad y tú aún pareces una niña de octavo -ríe de manera ruidosa.
La rise de Thomas siempre ha sido muy ruidosa o al menos desde que nos hicimos amigos a los ocho años, es extraño, su risa es una de las pocas cosas ruidosas que no me molestan, de hecho, es con el único con el que he tenido una conversación que dura más de un minuto y medio, sobretodo por su parte, yo soy más de escuchar, aunque yo creo que debe de ser brujo o algo, con él es con el único que participo en una conversación sin sentirme incomoda.
Él y yo continuamos hablando un rato más antes de darnos cuenta de la hora que es, son sobre las 19:23.
-Ha sido un placer poder volver hablarte en persona después de un año, nos vemos el lunes en la escuela -me dice despidiéndose de mí con la mano mientras se aleja.
Yo también me despido dando media vuelta, dirigiéndose a casa. Es tarde, posiblemente mi madre me eché la bronca, pero la verdad ya no importa, de todos modos siempre lo hace.
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RandomMuchas veces los monstruos que vemos a nuestro alrededor nublan nuestra visión como le pasó a Aurora, al menos eso era hasta que llegó Noemi. Aunque ocurriran acontecimientos que muchas veces parecerá que esos monstruos se apoderaran de su mundo no...