CAPÍTULO 1: PROPÓSITOS

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«¿Qué más puedo perder?» pensé para mi cuando ví aquellas tres personas ingresar a la represa, supuse que ahí deberían existir algún tipo suministro o provisiones que me escaseaban

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«¿Qué más puedo perder?» pensé para mi cuando ví aquellas tres personas ingresar a la represa, supuse que ahí deberían existir algún tipo suministro o provisiones que me escaseaban. Estaba sola, trate de buscar a mi gente por la frontera pero fue en vano así que decidí salir adelante, buscar mi camino. Cuando ingresé pude escuchar detrás de una puerta una discusión y luego un completo y sobrio silencio. El trío salió incompleto, solo fueron dos, una mujer rubia y un chico que se asemejaba  a ella. Me escondí lo más que pude hasta estar lo suficientemente segura de que nadie podría encontrarme. Cuando sentí que el peligro había cesado,ingresé y mi sorpresa fue grande; había un cuerpo con la cabeza ensangrentada y un martillo en el suelo a su lado, lo que debía ser gris en el martillo, era rojo de tanta sangre que contenía.  Dudé mucho si acercarme o no, pero lo escuché gemir de dolor, así que él cuerpo muerto ya no era un cuerpo muerto, sino un hombre agonizando que parecía pedir ayuda.

—No quiero morir— apenas pudo vociferar.

«Mierda, mierda,mierda» pensé para mí. «¿Y si es peligroso? ¿Y si me hace daño?» mi cabeza daba mi vueltas hasta que por el radio escuché “La represa va explotar en menos de cinco minutos”  ahí fue cuando mi corazón se aceleró y sin pensarlo me arrodille a su lado, rompí parte mi camisa y lo envolví como si fuera una venda en su cabeza. Se que está no era la forma correcta, pero el tiempo era escencial y demasiado escaso.

—Debes ayudarme, debes levantarte, no podré salvarte si no caminas, no soy tan fuerte como para cargarte princeso— lleve uno de sus brazos hasta mis hombros.

—¿Princeso? Me llamaron de muchas formas menos asi— ví una leve sonrisa en él, noté como tomo fuerzas y comenzó a caminar apoyado en mi—por favor toma eso— señala el martillo

—Hasta que no sepa tu nombre, así te llamaré....— observe el martillo—te quedas ahí, no te caigas porqué saldré corriendo; no volveré por ti y dejaré que explotes con la represa— lo deje apoyado contra la puerta y tome el martillo con rapidez guarde el mismo en mi mochila para luego volver a él.

Ambos caminamos hasta fuera de la represa, hasta cerca de donde mi auto estaba, bueno “mi auto” hoy en día todo era de todos sino lo proteges.

—No se te ocurra morirte en mi auto, no quiero tener que ensuciarlo— le advertí.

—No, pero no puedo evitar querer dormír—abre apenas la puerta del copiloto y entra como puede, pero termine ayudándolo.

—Tu herida....sangra de más—suspire con preocupación y entre al auto también pero ví mi reloj y pasaron tres minutos desde que salimos de la represa— lo siento, pero deberás aguantar porque moriremos los dos— comencé a conducir lo más lejos que pude de ahí.

BORN TO DIE [TROY OTTO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora