BORN TO DIE [TROY OTTO]

CAPÍTULO 2: YA NO HAY QUE FINGIR

Dormí al menos dos días; mi cuerpo estaba agotado de estar durmiendo en el suelo o en mi auto pocas horas, durante semanas. No pensé que podría dormir tanto, no era de las chicas que podían dormir hasta tarde incluso antes del apocalipsis; adoraba mi café matutino, el ruido tranquilo de Texas.  Me desperté y frote mis ojos tratando de recomponerme, sentía mi cuerpo adormecido, mi cabeza daba vueltas... sentía como aquella resaca que tuve la primera vez que bebí con mis amigos. Ladee mi cabeza y estaba Troy a mi lado, su vendaje estaba intacto, se veía mucho más vivo, mucho más limpio así que supuse que se dió un baño, él definitivamente se veía diferente a pesar de ser la misma persona.

—Buenos dias— murmura— perdón si me encuentro aquí, se que es algo raro pero estuve cuidando de ti, te escuché temblando y hervias en fiebre...

—¿De verdad? No me di cuenta, pero...— pause— gracias Troy— esbocé una leve sonrisa.

—No tienes que agradecerme— niega y lleva su mano hacia a mi frente— definitivamente la fiebre bajo— quita la mano— tuviste insolación, el calor sofocante creo que te afectó— va hacia una mesa y trae el desayuno para dos— ahora tienes que alimentarte, me alegra que hayas despertado, porque aquí no hay suero.

—¿Eras médico Troy?— cuestioné al ver lo bien que estaba su vendaje— y gracias por el desayuno, se ve delicioso— mire la bandeja con el café y algunas galletas y luego a él.

—Algo así— comenta— podría decirte que era militar con conocimientos médicos, muchos de hecho— me observa— ¿Tu eras policía? ¿O mejor dicho “Ranger”? Es raro ver una ranger mujer— me da mi insignia y la dejé a mi lado— estaba tirada junto a tus cosas, supuse que era tuya....

—Se nota muchísimo— comento con una sonrisa— yo estaba estudiando para ser Ranger, solo tengo entrenamiento policial, no llegue a mucho— negué— antes de esto, solo use el uniforme una sola vez, para tomar impulso y lograrlo y esa insignia era la que estaba en él— señalé la insignia.

—No te quedes pensando en que no lo lograste, quédate en que al menos lo intentaste y estoy seguro que si el mundo no se hubiera ido a la mierda, lo hubieras logrado— bebe un poco del café, se notaba que le gustaba quemarse con el café— pero ¿Qué me delató?— esbozo una leve sonrisa.

—El vendaje, dónde tienes tus armas y como caminas— reí al decirlo.

—No pensé que serías tan detallista.... princesa— al decir “princesa” lo dijo con el mismo tono que use en la represa e hizo que casi me atore con el café.

—Juro que no quería llamarte así, no pensé que lo recordarías...— hundí la cabeza en mis manos sintiéndome avergonzada y lo escuché reír.

—Es divertido verte reír Tessa— me observo— pero ahora debemos hablar— murmura observando directamente a mis ojos mientras se sienta en una silla frente a mi cama.