CAPÍTULO 4: UNA PEQUEÑA GRAN CONFESIÓN

112 13 1
                                    

TROY

Al otro día.

Tener esta casa me hacía sentir un poco más seguro y más aún con la presencia de Russell. Se que si lo hubiera conocido en el rancho, probablemente hubiera sido de la milicia.  Recorrí cada centímetro de este hogar; si solo era una casa pero quería pensar que sería mi hogar permanente durante algún tiempo ya que luego del Rancho solo he vagado de un día para el otro.  No me llevo más de dos horas aprender donde estaba cada cosa en este sitio. Baños, habitaciones, lugar con libros, la armería, dónde se encontraban los suministros... absolutamente todo estaba en mi cabeza, como también la idea de hacer un inventario, debíamos tener claro que teníamos y como racionarlo.

Fui hacia las escaleras, pues quería ayuda de Serena para el inventario ya que eran demasiadas cosas para hacerlo yo solo, además que simplemente quería estar cerca de ella porque desde que llegamos a esta casa, parecía evitarme o mantenerse ocupada en otras cosas y eso provocaba algo extraño en mí.  Apenas llegué a la barra superior y baje mi mirada hacia el sofá de la planta baja y ella estaba allí tan serena como su nombre le indica, recostaba con un libro en sus manos y juro por dios que no había nada más lindo que eso.
Baje con cuidado de no hacer que pierda su concentración ante la historia de fantasía que leía.

Me senté el sofá a su lado y tome con delicadeza sus piernas para apoyarlas sobre mis muslos, no quería quitarle su comodidad y note una pequeña sonrisa en su rostro.

—Podria acostumbrarme a ello—sonrio sin quitarle la vista al libro.

—Hazlo— respondí mientras acariciaba con suavidad su pantorrilla— ¿Así que un vampiro está enamorando a mi chica?— cuestione bromeando.

«Mi chica, quiero que sea mi chica» pensé.

—No, es el hombre lobo que está “enamorando”— suelta el libro y hace comillas— a tu chica— note un leve sonrojó en su piel morena— es el hombre lobo— respondió con una risa.

—¿Así que compito con un hombre lobo por tu atención?— cuestioné bromeando.

Ni siquiera sabía que tenía la capacidad de bromear sanamente con alguien.

—Quizas— respondió burlona.

—¿Por eso estuviste tan alejada de mí desde que llegamos?— pregunte buscando saciar mi mente con las respuestas que necesitaba.

—No Troy, no quiero alejarme de ti, pero tampoco quiero aburrirte— confiesa— somos solo tres personas y temo que al ver mi rostro todo el tiempo, te aburras o algo así— murmuro.

«¿Cómo le explicó que quiero ver su rostro todo el tiempo? ¿Cómo le explicó que su presencia es todo lo que necesito? «¿Cómo le explicó que en tan solo días se volvió la dueña de mi maldito mundo?»

—¿Aburrirme con una mujer que me llamó princeso apenas me conoció?— reí— eso no va pasar nunca.

Ella se sentó sobre mi regazo, tomó mi rostro entre sus manos dejando un suave beso en mis labios. La calidez de sus manos en mi rostro, el aroma de su piel, me hacía sentir a salvó, me hacía sentir que podía con todo.  Serena tiene la capacidad de volverme indefenso, débil pero tambien hacerme el hombre más fuerte de esta tierra con tal de progerla. Ella me hace sentir emociones que nunca antes había sentido.

—Me da miedo— admitió.

«¿Yo le doy miedo? ¿O a qué teme?»

—¿A qué temes?— quite un cabello de su rostro— dime, quiero arrancarte todos los miedos— murmuré mientras con mi pulgar acarciaba su rostro con suavidad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

BORN TO DIE [TROY OTTO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora