Capítulo 32.

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- ¿??: ¿Tenemos que ir? – dijo mientras jugaba con el cabello de su padre.

- ¿??: Claro que sí, o sino tu madre nos mataría si se entera.

- ¿??: Pero podríamos escapar para que no nos alcance – mientras le agarraba las orejas.

- ¿??: Es imposible.

- ¿??: Vamos, ¿no es que eres Inuyasha? ¿Descendiente del clan Taisho, los Inugami Daiyokais más fuertes? – dijo con burla.

- Inuyasha: ¡Ya cállate Moroha! ¡Tú misma sabes que Kagome es inevitable y mucho menos cuando dice ABAJO!

- Moroha: ¡¿Pero por qué?! ¡Ay sí! ¡Por tu comportamiento inmaduro tuvieron que ponerte este collar! – bajó de un salto de los hombros del hanyo - ¡Quien llegue de último al palacio comerá chile de almuerzo!

- Inuyasha: ¡Oye! ¡Eso no se vale! – dijo emprendiendo su carrera detrás de la shinhanyo.

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Las gemelas estaban en un campo de flores que estaba cerca del palacio, pasaban el tiempo recolectando flores que preparaban para personas en específico.

- Setsuna: Ya terminé hermana.

- Towa: Te quedó precioso Setsuna, ¿Qué tal el mío? – dijo poniéndose la diadema de flores.

- Setsuna: Esta bien, vamos a dárselos – se levantó y esperó a su hermana.

- Towa: Sí, y aunque no les gusten tendrán que aceptarlos – así las dos caminaron de regreso al palacio.

Primeramente, querían darle su regalo a Rin antes de enfrentarse con el "hielo viviente" de su padre, ahora que lo menciona la primera que le dijo así fue Moroha.

Al llegar hasta su madre preguntaron sobre el paradero de Sesshomaru, el cual dijo que se encontraba en su despacho en estos momentos; no querían tardar mucho porque después tendrían entrenamiento, así que fueron corriendo hacia el lugar indicado.

- Towa: Papá – dijo tocando la puerta – ¿Podemos entrar?

- Setsuna: Es mejor que... – calló al ver que la puerta era deslizada mostrando la imponente figura de su padre – Sesshomaru.

No recibieron respuesta, pero la castaña fue la que tuvo la valentía de sostenerle de su mano sin hacer contacto visual con él.

- Towa: H-hola, papá – dijo acercándose – verás... Setsuna y yo te trajimos unas cosas. Pero si quieres que te las demos, primero agáchate y cierra los ojos.

Las dos se sorprendieron de que lentamente su padre obedeció y estaba frente de ellas, no dudaron más y le colocaron sus regalos aprovechando la oportunidad.

- Setsuna: Abre los ojos.

- Towa: Esperamos que te gusten – seguidamente las dos niñas salieron corriendo con mucha prisa.

Sesshomaru se mantuvo agachado por un momento pensando lo ocurrido, admitía que el olor de las flores era agradable, pero no podía comparársele al de su esposa e hijas.

- ¿??: Lord Sesshomaru – se escuchó afuera de la habitación – ya pronto llegarán el príncipe Inuyasha con su hija – los pasos se alejaban de su despacho, con que solamente vino a decir eso.

Con solo recordar eso lo enojó un poco, no quería que el insolente e inmaduro de su "hermano" fuera el encargado de entrenar a sus hijas; pero no podía negarle su decisión de querer ayudar al entrenamiento de las princesas ni tampoco destituirlo de los privilegios que conllevaba ser el hijo menor de Inu no Taisho como anterior Lord. Demonios... simplemente desesperante.

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