Capítulo 34 (parte 1).

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Por los solitarios pasillos caminaba la Lady mientras se sobaba la cabeza intentando avivarse después de dormir, o más bien para apaciguar el dolor de cabeza que tenía.

- Rin: Solo a él se le ocurre pasar toda la noche sin dejarme descansar, no sé qué te está pasando Sesshomaru. Pero bueno, supongo que es porque casi no podemos estar juntos por tus trabajos de Lord; pero ni pienses que te dejaré salirte con las tuyas esta vez.

Se detuvo al estar en la entrada del dormitorio de su hija mayor, pues se le había hecho costumbre ir a saludarlas al empezar el día. Tocó la puerta y cuando escuchó un "pase" deslizó la puerta adentrándose en el cuarto.

- Rin: Buenos días Towa – dijo sonriente – ¿Cómo te sientes porque mañana...? – se detuvo al quedar en shock por lo que estaba mirando.

Mientras tanto los pasos en el pasillo fueron más rápidos hasta poder dar con la habitación de la que había provenido el grito que pudo escuchar a pesar de estar lejos.

- ???: ¡Madre! – dijo entrando al cuarto – ¿Qué pasó? – pero entonces pudo observar que la interrogada sostenía algo entre sus manos.

- Rin: S-setsuna... no podrás creer... - entonces se movió para verla de frente – ¡mira lo que hizo tu hermana! Su hermoso, reluciente, ondulado y abundante cabello arruinado de un día para otro – dijo mostrándole las hebras de cabello plateado que tenía entre sus manos.

- Setsuna: ¿Pero ¿qué...? – volvió a ver a su hermana - ¡¿Qué hiciste Towa?!

- Towa: Perdónenme por favor, pero es que yo...

- Rin: No hables y escúchame – se acercó a la peliplata, pero no con la misma actitud de siempre, más bien daba miedo con solo mirarla a los ojos – ¿durante todos estos meses no pudiste elegir otro momento para cortarte la mayoría de tu cabello? Ah, dime que no tengo todo el día.

- Towa: Es que... no quería hacerlo antes de la ceremonia, pero no pude soportar más tener el cabello largo – pero sintió un respingo al sentir que la jalaban de la oreja - ¡Ayayay! ¡Perdón, por favor, madre, pero me duele!

- Rin: Debiste pensarlo antes de hacerlo – volteó a ver a su hija menor – Entonces ¿Qué haces ahí parada? Tenemos que ir por Moroha a la aldea. No me digas que se te olvidó.

- Setsuna: N-no, vamos – siguió a su madre hasta salir del cuarto.

Dejaron que Towa se cambiara de ropa antes de irse, y cuando estuvo lista se encaminaron al establo en total silencio. Esta vez no esperaron por Jaken y partieron montadas en el lomo de Ah-Un hasta su destino.

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- ???: Muchas gracias, madre – dijo mirando las telas que le ofreció la peliazulada.

- ???: Todo por mi pequeña – se acercó para abrazarla – ¿puedes creerlo Inuyasha? Nuestra Morohita va a oficializar su primer gran logro.

- Inuyasha: Khe, no veo porque hacer tanto escandalo solo por eso. Pero como siempre terminas saliéndote con las tuyas.

- Kagome: Sí lo hago ¿algún problema? – dijo volteando a verlo.

- Inuyasha: N-nada, no dije nada – caminó hasta salir de la cabaña.

- Kagome: Sabes, estoy orgullosa de ti – colocó una mano sobre la mejilla de la shinhanyo.

- Moroha: Gracias, yo...

- Kagome: Después de la ceremonia te daré un regalo que yo misma hice.

- Moroha: ¡Ay! ¡¿Qué es?!

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