Adentrándose en los pasillos de su departamento en New York la voz del canto de Natasha la atraía hacia la habitación de su hijo. Ahí estaba la Rusa, cantándole una canción de cuna para que pudiese dormir. Sonrió con tristeza al ver la escena intentando contener sus lagrimas.
Se alejó del lugar y se dirijo hacia el balcón del departamento. La madrugada era fría, la época de invierno estaba a la vuelta de la esquina. Podía divisar los autos pasar desde donde se encontraba ella.
Encendió sus manos para volar hacia la calle cuando escucho la puerta del balcón deslizarse.
—Puedes irte por la puerta, ¿Lo sabes, no? — dijo Natasha seriamente.
—No quería hacer demasiado ruido, y necesito tomar aire. — Wanda respondió avergonzada de haber sido atrapada en ello.
—¿Qué pasó allí dentro?
—Pietro está teniendo pesadillas. — tragó en seco. — Creo que son por mi culpa.
Natasha frunció el ceño y se acercó a la bruja.
— ¿Por qué sería tu culpa? Pietro te adora.
Wanda sonrió con tristeza y miedo, cruzándose de brazos intentando ocultar sus manos de Natasha.
—Creo que tuvo la misma pesadilla que yo... Creo que fué cuando acaricié su frente.
La rusa miró hacia otro lado respirando profundamente.
—No creo que haya sido la misma pesadilla y tampoco creo que la hayas provocado tú, Wanda.
Wanda, no mas Ángel al parecer.
Al menos Natasha no la culpaba por ello, pero Wanda no podía dejar ir ese sentimiento de miedo con tan solo pensar en herir a su propio hijo.
Pero Wanda no respondió, aún dudaba de si misma.
—¿Quieres dar un paseo? Hay un par de cosas que no hemos hablado y creo que deberíamos. También hay algo en lo que he estado pensando y es hora de decírtelo y saber tu opinión. — Natasha propuso, esperando su reacción.
—¿Qué hay de Pietro? ¿Se quedará solo?
—Aún tiene dos horas para dormir antes de despertar para ir a clases. Además, estará bien. No existe un edificio más seguro en todo New York que este y tenemos guardias en la entrada. Es la ventaja de vivir con la persona que salvó al mundo. — Natasha bromeó ligeramente intentando sacar la tensión que Wanda tenía encima.
Wanda sonrió con timidez. Y eso a Natasha le entristecía. Cuando se reencontraron, conoció a una versión de Wanda más arriesgada y atrevida. Sabía que quizá era una versión de si misma creada para protegerse del dolor. Pero ahora no lograba descifrar esta versión con la que convivía.
—Supongo... — Wanda respondió en voz baja.
Era como tener devuelta a esa versión de Wanda que creyó haber dejado años atrás en aquél búnker.
Ambas se vistieron rápidamente de forma adecuada para salir con aquel frío dejando a un lado sus pijamas para dormir.
Al salir del edificio, aún estaba oscuro ya que era de madrugada. Pero había un leve tono azulado apareciendo a lo lejos mostrando la claridad que estaría pronto a salir.
Ambas mujeres caminaban en silencio por las calles de New York. Mirando por encima de sus hombros a las personas en la calle por precaución.
—¿A donde quieres ir? Estaba pensando en la playa y ver el amanecer. ¿Eso te gustaría? — Natasha preguntó cuidadosamente.
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Ángel caído. #3 | Wandanat
FanfictionTercera parte de la trilogía 'Angel e Inferno'. Leer las dos primeras partes para entender todo el contexto.