Capítulo 3

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El viaje en carretera había sido acogedor. Era primera vez que Wanda viajaba con Pietro y se sentía bien ser una madre por completo. Veía al niño cantando todas las canciones infantiles que Natasha reproducía en la radio y podía sentir que estaba encajando en la familia que ellos tuvieron durante tantos años y ella se perdió.

Finalmente la energía del niño se agotó y se quedó dormido en la parte de atrás del auto. Wanda, desde el asiento del copiloto lo miraba como si de una joya de tratase, y acariciaba sus pequeñas piernas con cariño.

—Creo que se está pareciendo a ti. — Wanda murmuró.

Natasha se burló.

—Ese niño no tiene nada de mí, quizá solo el cabello.

Wanda entrecerró los ojos para analizarlo.

—Es una mezcla extraña de ambas. — Wanda concluyó. —Pero sus labios están comenzando a parecerse a los tuyos.

—Estas loca, ese niño es tu reencarnación viva. Solo mira su nariz.

Wanda negó.

—Imposible, tiene la tuya.

—Como digas Wanda, pero tú y yo sabemos que hasta tiene aquel detalle en el pie. — Natasha se burló con satisfacción.

Wanda abrió su boca con enojo, golpeando a la rusa en el brazo.

—¡Oye! — Wanda susurró para que Pietro no despertará.

Natasha la miró indignada.

—¡Auch! ¿Yo que culpa tengo de que haya heredado tu pie raro? — se quejó, ganándose otro golpe por parte de Wanda. —¡Hey!

Y así continuó el viaje, entre risas y malas bromas por parte de ambas mujeres.

~*~

El sol se estaba ocultando para cuando llegaron a la granja de Clint. La familia los estaba esperando en la puerta de la casa mientras ellas dejaban el auto

—¿Podrías cargar a Pietro mientras desempaco?— Natasha le susurró a Wanda con un pequeño guiño antes de dejarla e ir hacia el maletero.

Natasha sabía el miedo que ella tenía de hacerle daño a su hijo, también sabía lo difícil que se le estaba haciendo ser madre de un niño de cinco años sin preparación previa. Así que la lanzaba a estar situaciones para que fuese tomando confianza con él.

Wanda asintió débilmente y abrió la puerta trasera del auto encontrándose a su pequeño hijo profundamente dormido. Ella sonrió ante la vista.

—Vamos pequeño. — susurró, sacándole el cinturón de seguridad y llevándoselo a los brazos.

Pietro recargó su cabeza sobre su hombro completamente adormilado. Su pecho se hundió ante el toque, sintiendo unas enormes ganas de llorar. Obligándose a tragarse el nudo que se comenzó a formar en su garganta.

Era como si estuviese teniendo algún tipo de depresión postparto retrasada. Porque en realidad, nunca se le permitió ser una madre. Y cuando pudo serlo, todo se le fué arrebatado.

No podria tener jamás el amor que Pietro le tenía a Natasha y ella lo sabía. Pero al menos quería que él sintiera y supiera que ella si lo amaba de aquella forma.

Lo aferró a su cuerpo y caminó hacia la familia con una sonrisa forzada en su rostro.

—¡Hola!— todos se acercaron a saludar.

—Está dormido. — Natasha susurró señalando a Pietro y a Wanda con su cabeza mientras cargaba el equipaje.

—Dejame te ayudo con eso.—Clint respondió de la misma forma para no despertar al pequeño. Yendo a ayudar a Natasha a sacar el equipaje del auto.

—Sigueme Wanda, te enseñaré donde pondrán dormir. —dijo Laura llamándola hacia adentro.

Wanda asintió, siguiendo a la mujer hacia la casa.

Era pequeña, un lugar agradable pero con las habitaciones necesarias para la familia.

—Estabamos pensando en que todos los niños durmieran en la misma habitación, ya sabes, como una de esas pijamadas que hacen ellos. — dijo Laura, abriendo la puerta de una de las habitaciones aparentemente más grandes de la casa. —Habrán películas, y muchos dulces.

Wanda sonrió.

—¿Habrá sitcoms? — preguntó, dejando a Pietro cuidadosamente sobre una de las camas.—Me gustaría que viera las comedias que veía cuando era niña... Siempre las veía con mi hermano.

—Por supuesto que sí, Wanda. — Laura la miró cariñosamente, mientras se acercaba a acariciar su brazo. —Ahora ven, les hicimos de cenar. Deben estar hambrientas.

—No realmente, tengo muchas náuseas por el viaje. — Wanda rió con nerviosismo.

—Oh, ven cariño. Será solo un poco.

A Wanda no le quedó más remedio Que acceder y seguir devuelta a Laura hacia el comedor. Allí las esperaban Clint y los niños, al parecer Natasha se encontraba en la habitación dejando sus cosas.

—Quise cocinar algo delicioso pero Clint dijo que sería demasiado así que solo es pizza. — Laura se lamentó, tomando asiento en la mesa.

—La pizza es deliciosa. — Natasha alcanzó a diferir, llegando a la mesa para tomar asiento.

Wanda se limitó a imitar a los demás y se sentó junto a ellos.

—Concuerdo con eso. — Nathaniel intervino haciendo que todos rieran.

—Adelante coman toda la pizza que quieran. —Laura los invito.

Todos comenzaron a tomar sus pedazos de pizza y ponerlos en sus platos. Los niños la comían entre risas pero Wanda sólo veía la pizza con una mirada perdida.

Natasha notó la disociación momentánea de Wanda. Tomó su mano para intentar volverla a la realidad. Wanda simplemente se giró a mirarla ganándose esa mirada de "todo está bien" por parte de Natasha.

Así que Wanda imitó su acción y tomó una rebanada de pizza y comenzó a comerla lentamente. Natasha le sonrió y apretó su mano para que recordara que estaba ahí y que debía alimentarse.

—¿Cómo estuvo el viaje? —Lila les preguntó.

—Muy bien, Pietro estuvo jugando y cantando durante una hora y luego cayó rendido. — Natasha bromeó.

Wanda pudo reír un poco al recordarlo.

—¿Pueden creer que Wanda dice que Pietro se parece a mí?

Clint escupió la comida graciosamente haciéndolos reír a los que estaban en la mesa.

—Tiene literalmente tu cara, Wanda. —dijo Lila entrerisas.

—Si, recuerdo que cuando no estabas. Natasha te veía mucho en Pietro. — añadió Clint.

Natasha dejó caer un cuchillo sobre su plato al escucharlo.

—Lo siento. — murmuró.

Wanda fingió una sonrisa.

—Supongo que si se parece un poco a mi. — fué lo único que logró responder llevándose la pizza a su boca para morder un trozo.

Laura le dió una patada a Clint por debajo de la mesa. Y Natasha le dio una mirada de muerte.

—La pizza esta deliciosa mamá. —Nathaniel se apresuró a hablar para sacarlos a todos del momento incómodo.

—Gracias cariño.

Wanda suspiró.

Iba a ser un largo viaje.

Ángel caído. #3 | Wandanat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora