UNA MADRE DEFENDIENDO A SUS CACHORROS

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POV KATE

Kate seguía sentada en su habitación, mirando fijamente a la puerta. Había pasado un rato desde el beso con Yelena, pero las dudas la atormentaban. La arquera no podía quitarse de la cabeza la posibilidad de que su acción hubiera cruzado los límites

Después de unos minutos más, la puerta se abrió lentamente, revelando a la viuda negra de pie en el umbral. Sus ojos se encontraron con los de la morena, y en ese momento Kate pudo ver una mezcla de emociones en la mirada de la viuda, algo de sorpresa, confusión y una emoción que no fue capaz de identificar.

Yelena se sentó junto a Kate, manteniendo un silencio incómodo por un momento.

-No se que esperabas de todo esto..- Titubeó por un momento antes de continuar la rubia.-Pero no me hizo sentir incómoda-

Kate exhaló aliviada pero aún seguía insegura.

-Yo, Yelena, lo siento si fue demasiado... No se que sucedió, fue impulsivo por mi parte, perdóname-

Yelena, que no sabía cómo dirigir la conversación ya que no estaba acostumbrada a manejar este tipo de emociones, se calló y se quedó mirando embobada durante unos segundos a la morena, que está a su vez, se había olvidado unos segundos de la conversación, y comenzó a observar de nuevo el maldito cuadro.

-Pensaba que era una broma...- Inquirió Yelena con una sonrisa.

-No, ya te dije que me gustaba, me da tranquilidad verlo.- contestó la arquera casi en un susurro.

-¿necesitas tranquilidad Bishop?-Preguntó la viuda con el mismo tono.

-Ya no- Se giró de nuevo a mirar a la rubia sonriendo.

-¿A qué te refieres Kate?- Preguntó utilizando de nuevo su nombre, provocando que la morena tuviera un pequeño y placentero escalofrío.

-No sé cómo explicártelo... Antes de que pasara todo esto, de que tu hermana desapareciera, lo de la niña.. Yo estaba perdida, bueno bastante perdida- Rió la arquera.- Y de repente te conocí a tí y no sé cómo me dejaste entrar para conocerte, y yo.. No se Yel, las cenas a solas en mi piso, los desayunos en el complejo, los entrenamientos, las noches contigo viendo películas en tu habitación... Estar a solas contigo en tu habitación, es cómo si estuviera en otro mundo, tu habitación es mi mundo, un mundo dónde puedo ser yo sin miedo a nada, en tú habitación no pasan cosas malas. Estar aquí contigo es un refugio para mí.. Ya pueden estar todo los vengadores reunidos en el complejo, que yo siempre iré a buscar tu cuarto...-

Yelena no pudo evitar que se le cayera una lágrima al escucharla.

-Y joder, igual estoy loca, pero cada vez que me siento aquí en tu cama y hablamos de como te ha ido el día, o nos miramos de esta manera... me dejo fluir y no pienso en nada más..- Siguió con la verborrea la morena.

Más lágrimas derramadas en los ojos verdes de la viuda.

Kate al verla, la abrazó con cuidado y con mucho amor.

La viuda negra no dijo nada.

No podía.

La espía, se separó del escondite del cuello de Kate durante unos segundos y vió que la arquera también soltaba alguna lágrima con un puchero precioso y el labio hacia fuera. 

Yelena con seguridad se acercó y la beso como si nunca antes lo hubiera hecho, lento, hablando con sus labios, tomándose su tiempo...

La rubia le acarició la boca como si no hubiera delicadeza en el mundo, pues toda la tenía ella en aquel gesto de amor. 

LA PEQUEÑA GEMA DEL INFINITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora