04 - Resolvamos esto de una vez por todas

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Jungo: Es hora de al fin arreglar nuestras diferencias, ¡con nuestro último enfrentamiento!

Zekasan: Que sepas que he estado entrenando estos bíceps durante más de 25 años solo para este día.

BY: No has vivido tanto tiempo.

Ambos colocan encima de la mesa unas estatuas de cerámica con forma de dragón bípedo. Ambas eran monocromáticas en verde y rojo respectivamente, además de poseer pocos detalles.

Mikhael: Este... ¿Qué están haciendo esos dos?

Ruisu: Es una competencia en la que llevan desde años.

Mikhael: ¿Y de qué va?

Jungo: Hm. —Enciende el ventilador en dirección a la estatua enemiga, pero esta ni se inmuta. —Hm, así que te has hecho más fuerte.

Zekasan: Obviamente, llevo 35 años entrenando estos bíceps solo para este día.

BY: ¿No eran 25?

Zekasan: ¡Toma esto! —Le lanza un trocito de papel con una pequeña elástica al dragón enemigo, pero no le hace nada. —¡Tú tampoco lo haces nada mal, pero vas a caer, Jungo!

Jungo: ¿Y quién lo decidió?

Ruisu: Se trata de ver quién hace caer al dragón del otro.

Mikhael: Ah... ¿Qué?

Jungo: Ahora verás. —Usa un abanico con toda la potencia de su brazo, pero la estatua roja no cae. —¿No estarás usando chicle?

Zekasan: —Levanta su estatua y muestra la parte de abajo. —Ni que me llamaran Jungo.

Jungo: —Muestra su dragón también. —Jeje... —Una gota de sudor baja por su rostro. —Así que estás así de fuerte.

Zekasan: Recuerda que nuestro honor está en juego, Junguito.

Jungo: Y el tiempo de tu turno también.

BY: Ya pasaron los 30 segundos reglamentarios. Le toca de nuevo a Jungo.

Zekasan: ¡Rayos, era una distracción!

Jungo: Obvio. Sé que tú nunca usarías chicle, mi gran rival. (¡Dos turnos seguidos! ¡No debo desperdiciar esta oportunidad!). —Saca unos cheetos del bolsillo de su chaqueta y empieza a comérselos, tras terminar arroja la bolsa hacia el dragón rival, el cual no se mueve en absoluto.

Ruisu: Fue una buena jugada.

Mikhael: Sí... ¿Qué?

Zekasan: ¡Diablos! (Este Jungo lo está dando todo, ¡lo justo es que yo también lo haga!). —Mastica un trozo de papel, y con una pajulla dispara bolitas a su rival, el cual no resulta afectado.

Jungo: Tsk. (Este infeliz... Me está remontando). ¿Acaso no estabas jugando en serio desde el inicio? ¿Tan poco honor tienes?

Zekasan: Una cosa es contenerse y otra calentar, Junguito. ¿Qué tal si te rindes ahora que estoy en mi prime?

Jungo: Hm. Ni muerto. —Toma una pistola de confeti y la dispara a su oponente, el cual no es afectado de ninguna manera.

Zekasan: ¡¡¿Quéeeeee?!! ¡Amigo, eso es...!

Jungo: No cuentes los pollos antes de que nazcan, mi rojo amigo.

Zekasan: (¡Tendré que tomar medidas más drásticas si quiero mantenerme en la cima!). —Sube un pie a la mesa y empieza a bajarse la cremallera.

Jungo: ¡Hey, alto! En el tercer torneo acordamos que ya no se podía usar la propulsión a chorro.

Zekasan: ¡Rayos, lo había olvidado!

BY: Tarjeta amarilla.

Mikhael: ¿O sea que en el primer y segundo torneo sí se podía?

Ruisu: Fue baneada por romper el meta.

Mikhael: Ah... ¿Qué?

BY: El siguiente turno será el último. Se acepta contraataque.

Jungo: Hm. / Zekasan: Je je...

Mikhael: ¿Y ahora qué pasará?

Ruisu: Una verdadera batalla entre hombres, Mikhael.

Mikhael: Vaya.. No, en serio, no entiendo nada.

Jungo: ¡¡Yaaaaah!!

Zekasan: ¡¡Puuuum!!

Ambos lanzan una servilleta echa bola a sus rivales, pero no se mueven.

BY: Terminó el torneo. Resultado: empate. —Agita una bandera a cuadros.

Jungo: Ufff. Amigo, esta vez te luciste.

Zekasan: ¿De qué hablas? ¡Un turno más y me ganabas!

Jungo: No lo creo, pero aún así, en el siguiente te ganaré en el primer turno.

Zekasan: ¡Y yo en el turno 0!

Ambos juntan sus manos y hacen una reverencia mostrando respeto a su rival.

Ruisu: ¡Eso fue genial! ¿No lo crees, Mikha?

Mikhael: Ah, sí. (¿Qué?).

El Café de BY - Historias Cortas de Dragones ErrantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora