Impronta Vampírica||Jakeward

Chapter Twenty - Seven

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— Tío Aro?

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Stefan Salvatore

Estaba demasiado confundido, por todo lo que veía, todavía estaban en el bosque. Su mente giraba entorno a todos, algunos eran vampiros  y los otros los demasiado más grandes de lo que el había visto.

Tenía un amigo que era como ellos pero no recordaba, el nombre.

Licántropos?

No.

Hijos de la luna.

No era otro.

Meta...Meta

Metamorfos.

Bingo!!.

Celebro mentalmente, y alguien emitió un pequeña sonrisita adorable. Eso llamo su atención y levantó la mirada, mirando a un chico  de pelo cobrizo, vestido con una camisa gris y un pantalón negro. Quién se le quedó mirando detrás de él lobo más grande, de color negro y después se cruzo de brazos. Se parecía a Nicklaus eso lo hizo sonreír.

Intentó moverse pero su cuerpo calló sin fuerza de golpe. Escucho a alguien gritar su nombre y todo se volvió negro.

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Despertó en una cama muy cómoda, con Caius a su lado y Marcus mirando en la ventana.

— Hola...

Ambos lo miraron y sonrieron.

— Hola Stefan/ Rojo — Saludaron ambos. — Como te sientes

— Me duele todo, Me cruzo un camión por encima — Me siento, y me recuesto en Caius.

— Uno muy grande, tenias cuatros disparos, acertados, uno en le hombro, pierna, brazo y espalda. Por suerte estas vivo. — dijo Caius preocupado, y empezó a halar su oreja — Te he dicho, que tengas cuidado, todo el tiempo y nunca me haces casó, Stefan Salvatore Vulturi, estarás encerrado un mes si vuelves a hacer eso.

Siguió jalando mi oreja mientras me regañaba, hasta que me soltó y me sobe la oreja.

— Auch, mi orejita — Señalé a Marcus — Dile algo Marcus.

Marcus, me miró y después a Caius y repitió eso. Y se fue de la habitación.

— Traidor — grité y Caius volvió a regañarme.

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— Lamento las molestias, que cause al llegar aquí, y muchas gracias señor Carlisle por curar mis heridas — Dijo viendo al hombre, cargando a su hijo.

Después de tres días en cama  pudo salir del cuarto. Y primero fue por sangre y ahora está aquí, agradeciéndole a quienes lo ayudaron, salvando su vida.

Miraba al hombre cuidar de su pequeño, bebé lo trajo un vago recuerdo de su hijo. Pero lo ignoró, no era momento de una escena.

— No es nada, Stefan — Le sonrió el hombre — Ahora puedes sostener Santiago por favor, debo preparar su leche y su baño

Stefan asintió, no te había dicho ambos estaban en la cocina, mientras todos estaban cazando en el bosque, y Carlisle estaba sólo. Tomó con delicadeza al pequeño Santiago, y lo sostuvo en los que Carlisle hacia las cosas con calma, cada tanto le daba una mirada como para ver si estaban bien.