Capitulo 8 - Alas.

12 1 0
                                    

El rubio quedó inerte al oír esas palabras, ¿Cómo se atrevía a cuestionar su sentir?, Aunque poniéndose en su lugar tenía razones más que suficientes.
— ¿Por qué no respondes, Dash?, Tengo razón, ¿No es así?

—Fue así en un principio, lo admito, pero, esa ya no es la realidad. Maxwell, estoy diciéndote todo esto por una razón. Estoy poniendo mi vida en juego por ti, ¿Y todavía te atreves a decir eso?

—No te lo pedí.

El castaño respondió casi de inmediato con su voz firme, y esto solamente fue respondido por un “¿Qué?” casi inaudible por el rubio.

—En ningún momento te lo pedí. . . No te estoy pidiendo que hagas algún acto heroico por mí, porque primeramente no fui yo quien te pidió infiltrarse aquí, ¿O si?, ¿Por qué no puedes simplemente actuar como en tus otras investigaciones?

—Ya lo sé, no digas esas cosas como si no lo supiera ya, pero deberías siquiera agradecer que a pesar de tus palabras tan crueles aún te quiero ayudar.

—¿Cruel yo?, ¿Se supone que el cruel soy yo?. . . De cualquier forma, no entiendo por qué quieres ayudarme.

El rubio daba pasos cortos tratando de acercarse nuevamente al castaño el cual parecía como un gato arisco, él únicamente quería volver a sentir el cálido tacto de sus manos.

—Porque. . . Quiero salvar a la persona que más quiero en esta vida.

Finalmente la mirada café se ablandó. Esas palabras encajaron perfectamente en él, sin embargo sus vivencias lo hicieron volver a cuestionarse si esas palabras eran reales o nuevamente eran simples palabras al viento. Ese chico podía creerlo, pero a costa de su vida y libertad.

—¿Cómo puedo estar seguro de que no me estás mintiendo otra vez?

—Maxwell, por favor, sólo confía en mí.

El más alto entrelazó sus manos con las enanas para después acercarlas a sus labios dejando un cálido beso en sus nudillos.

. . .

—¿Cómo pretendes llevar la redada a cabo si no piensas decirle nada a Keith?

—No lo necesitamos, es así de fácil.

—¿Así de fácil?, ¡¿lo nombra como el mejor agente de toda la maldita comisaría para después decir que no lo necesita?!

—No sé por qué haces tanto alboroto por él.

—¿Por qué?, Creo que es una regla básica darle su lugar a cada persona. . . ¿Qué haría usted en caso de que el oficial Keith fuera un familiar suyo?, ¿Lo seguiría tratando así de mal?, Usted lo único que ha hecho con ese hombre es usarlo para su beneficio, únicamente es el mejor agente cuando a usted le conviene.

Aquel pelirrojo apuntaba con vigor a su superior mientras trataba de controlar su enojo respirando pesadamente.

El otro simplemente lo miró solemne mientras se acercaba un poco para después hablar acentuado.

—Nadie es indispensable, Jack.

—Por dios director, usted no era así, ¿Qué fue lo que ha hecho que cambiara tanto?, se ha vuelto un viejo amargado.

—Jack, déjame decirte algo, para este trabajo no se necesita un corazón blando, aquí no queremos agentes con corazón de pollo, ¡porque luego suceden cosas como la que está pasando ahora!, ¡Keith está contra la espada y la pared por culpa de un niño estúpido!

El tono de su subía incontrolablemente, nuevamente estaba gritando y los oficiales que pasaban por fuera trataban de acercarse tratando de escuchar aún más de lo que estaría sucediendo.

—Y es por eso que debemos ayudarlo, ¿Qué pasó con la lealtad en el equipo?, ¿No se suponía que éramos todos un a familia?, usted más que nadie sabe que Keith es una persona la cual jamás nos traicionaría y daría su propia vida por ello, yo lo sé.

—No, no pienso salvar a Maxwell si es lo que estás tratando de decirme, ese niño nació siendo un criminal y morirá como tal, siendo un criminal.

El pelirrojo sólo miró a su superior con rabia, hervía de enojo con cada palabra que soltaba si jefe. Apretó sus puños con fuerza e impotencia decidiendo así salir de la oficina y comisaría.

. . .

Ambos chicos se habían quedado a conversar lo que quedaba del tiempo antes de su despedida, ambos se dijeron “Adiós” seguido de un cálido abrazo y seguir cada uno con su camino, el castaño iba al cuartel en donde Ciro seguramente lo estaría esperando ya y Dash se dirigió a su pequeño hogar donde su mascota estaría esperándolo con alguien más.

El rubio entró y dejó sus llaves yendo a su sala en donde junto a su mascota había una silueta familiar, no dio un paso más, quedando en la entrada admirando aquella silueta.

—¿Qué haces aquí? Ni siquiera te has quitado el uniforme–. Preguntó sin expresión en su rostro mientras se acercaba a ambos individuos.

—Vengo a decirte algo, pero prométeme que no le dirás nada al jefe, ni mucho menos a ese chico.

Si expresión cambió mientras escuchaba esas palabras, su ceño se frunció.

—Sabías que inevitablemente esto pasaría en cualquier momento, ¿Verdad?, pero el señor está preparado una redada para capturar a todos, hace poco hizo una junta con ciertos agentes para informarles del tema, aunque enfatizó en que no quería que tú estuvieras presente, ya que sabe tus intenciones de salvar al chico. Él desactivó los micrófonos en cuanto escuchó eso. . . Yo traté de convencerlo en que deberías formar parte de todo esto, ya que estás encargado de esa investigación y él no debe tomar decisiones sin consultarte.

—Pero es el director. . .

—¿Eh?–. Respondió desconcertado. Esa no era una respuesta que Keith diría en una situación así, ¿Por qué había cambiado tanto?, ¿Por qué ahora agachaba la cabeza?. — ¿Estás escuchando lo que acabas de decir?, el Keith que conozco jamás diría algo así–. El pelirrojo se acercó tomando el mentón de su compañero sólo para volver a reincorporar su rostro y este lo mirará de frente.

—Jack. . .– El rubio llevó sus ojos verdes a la mirada firme que estaba enfrente de él. Sonrió débilmente. — Eres un tonto si realmente creíste alguna de mis palabras, no me importa si ese viejo no quiere que vaya, es mi investigación y por ende debo estar presente.

—Realmente piensas salvarlo, ¿Verdad?

—Sí. . . Le prometí que iríamos al acuario juntos.

       
        
         
              
        
     Nota del autor:

No sé por dónde empezar, pero en este punto ya terminé los últimos dos capítulos y no puedo con mi alma, sólo puedo decir que estén preparados para el final y espero les guste tanto como a mí.

Gracias por seguir leyendo.

Código 10-22Donde viven las historias. Descúbrelo ahora