Capítulo 2 - Distar.

21 3 0
                                    


— Hey, Maxwell, el señor Ciro quiere que vayamos a investigar a una red vecina, me comentó que están teniendo más ganancias que nosotros. El punto es que quiere que nos infiltremos a esa red, quiere información sobre los números, si es que sabes a qué se refiere. – El rubio habló con indiferencia. Había tomado una postura algo "amigable" con maxwell al pasar de los días.

Pensaba en ganarse la confianza del chico para su propia investigación con el FBI, el castaño era más joven que aquel oficial. Y aunque siempre se mantenía alerta de cualquier persona, no dejaba de lado su amabilidad. A pesar de ser alguien peligroso para la sociedad en general, fuera de su trabajo era una persona totalmente diferente, Aaron era en su mayoría diferente a Maxwell, cosa que solamente él sabía... por el momento.

Aquel chico de piel levemente tostada solamente le respondió con una sonrisa notoriamente forzada, no iba a mentir que estaba algo molesto desde su llegada, seguramente Ciro no lo hizo con la intención, pero parece que Dash había venido solo a robarle el puesto de ser mano derecha del jefe. Habían desplazado a Maxwell, aunque pensaba que era algo normal al ver las habilidades de él, tenía todo lo que no poseía, grandes habilidades que a él le quedaban muy lejos. Únicamente tenía la "habilidad" de la manipulación.

—Ciro no me ha dicho nada al respecto -. Habló mientras se cruzaba de brazos. El tono de su voz era algo seco.

Definitivamente seguía a la defensiva.

El más alto únicamente suspiró y acercó su mano al hombro del otro para apoyar su palma ahí.

—Maxwell, entiendo que estés molesto conmigo o incluso que no te agrade ni un poco... Si yo estuviera en tu lugar, estaría de la misma forma que tú, pero vamos...- Dirigió su mirada a él mientras ladeaba levemente su cabeza para después continuar hablando. —Ahora... Formo parte de esta familia, de TU familia, ¿No es así?-. Se detuvo un momento para reglarle una sonrisa sincera, su expresión era firme pero sin dejar de lado su empatía.

El peli castaño lo miró de vuelta unos pocos segundos para después bajar su mirada.

—Ciro me ha dicho que eres un chico con corazón noble, y no dudo en lo absoluto de eso...- buscó de nuevo aquellos ojos que hace poco los miraban, pero por el momento era casi imposible. Se quedó callado un momento para después continuar hablando. — ¿acaso no aceptarás a un miembro de tu familia?.

La expresión de Maxwell se ablandó y sus ojos emanaron una nítida tristeza, que solamente duró unos segundos, pues no bajaría la guardia mientras el rubio estuviera ahí. Al parecer esas palabras habían ablandado el corazón del castaño.

—Tienes razón, aunque eso no hará que ahora confíe plenamente en ti. No te confundas, seremos únicamente compañeros de trabajo y nada más, si te acepto en esta familia es por el señor Ciro, no por mí.

Terminó de hablar ahora con su mirada firme puesta sobre el otro.

Él solía ser alguien acogedor con cualquiera que se cruzara por su camino, muchas personas podrían describirlo como una persona amble y respetuosa. Esa era la única cosa que Aaron y Maxwell compartían.

«¿Qué haces aquí tan noche?» se oía un pequeño eco en el lugar, estaba por caer la noche, y un atardecer en tonos fuertes se asomaban por el lugar, los pasos aproximándose se hacían cada vez más audibles.

Ese niño parecía como un pequeño gato Callejero asustado.

«¿Estás perdido?» El hombre preguntó mientras se agachaba para quedar a nivel del más bajo. Lo saludó aun tomando distancia, no quería asustarlo, sin embargo el pequeño le regresó el saludo aun temeroso.

Pequeños sonidos de sollozos salían del niño.

«Hola, soy el señor Ciro, veo que estás perdido, pero yo quiero ayudarte. Un niño no debería estar solo a estas horas. Dime, ¿Cómo te llamas?»

«Aaron...» respondió mientras sus pequeñas manos trataban de limpiar las pocas lágrimas que aún se asomaban por sus ojos.

«Sabes... tu nombre es muy parecido al de mi hijo, incluso podría decir que son casi iguales, en especial ese cabello castaño quebrado» la mirada del hombre era enternecida, como si su mente y corazón vagaran en sus recuerdos.

«Mamá y papá dicen que soy una carga para ellos, así que me dejaron aquí» esa voz se oía tan inocente, como si no supiera la gravedad de sus palabras, que de hecho era así... no sabía la importancia de lo que había dicho.

El ceño del mayor se frunció casi inmediatamente de oírlo.

«Esa gente... no tiene derecho a llamarse padres.» Dijo mientras sus manos revolvían el cabello del niño.

Extendió su mano para tomarlo y caminar hacia su nuevo hogar. «Yo seré tu familia ahora, pero sería mejor si escogemos un nuevo nombre para ti»

Los dos caminaban de forma lenta mientras el sol se despedía mostrando así obscuros colores del anochecer. Los faroles eran lo único que alumbraba a esta nueva familia.

El agente había subestimado bastante a su principal objetivo. Según sus investigaciones él debía ser el blanco más fácil, siendo el más blando de todos.

Ganar su confianza no sería tan fácil como él pensaba y al parecer la investigación duraría más de lo previsto.

El más alto solamente suspiro.

— está bien Maxwell, solamente espero que algún día podamos ser amigos-. Habló rindiéndose, solo por eta vez.


...


Los jadeos de ambos hombres eran notablemente agitados, tomaban pequeñas pausas para tomar el aire que les faltaba

— Esas piernas largas te dan ventaja-. Hablaba entre jadeos tratando de recuperar el aliento.

— Te recuerdo que fuiste tú el que hizo que casi nos descubrieran.

Ambos estaban detrás de una pequeña colina escondida después de que su trabajo no saliera como esperaban.

— Ya te había dicho que no era necesario hacer eso... Después de todo es mi trabajo.- Se detuvo un momento para mirarlo un poco. — Además no creas que iba a dejar que ese tipo me tocara tan siquiera un pelo, sé defenderme-. Finalizo de hablar regalándole una sonrisa ingenua.

— Eres un estúpido, maxwell, si algo te pasa Ciro no me lo perdonará-. Le regreso la mirada, en cambio no aceptó esa sonrisa.

Ya habían pasado unos días de aquella plática algo pesada que esos dos habían tenido, al parecer Ciro los había puesto a trabajar juntos desde su llegada. Tuvieron varios desacuerdos en todo ese tiempo y se llevaban claramente mal aunque tenían ciertas cosas en común, sin embargo las palabras de maxwell "Aún no te has ganado en su totalidad mi confianza, seguimos siendo únicamente compañeros de trabajo" después de esas palabras, el chico extendió su brazo para estrechar la pálida mano del otro en señal de paz. Algo que por supuesto Dash aceptó.


Código 10-22Donde viven las historias. Descúbrelo ahora