|20|

13 4 0
                                    

Capitulo veinte: Sueños lúcidos. 

Narra Audrey Aleskey.

Caminé durante mucho tiempo, ignorando las extrañas sensaciones de ser observada. Después de unos minutos, me encontré con una casita de colores rosa pastel, decorada con muchos corazones y un jardín lleno de zanahorias.

Mi corazón se llenó de alegría al ver al conejo blanco que tanto buscaba saliendo de la ventana y llamando a alguien con desesperación.

—¡Mariana!—gritaba el conejo mientras cerraba los ojos—, ¿Dónde estará? ¡Mariana!

—¿Mariana?—pregunté con curiosidad, acercándome a la entrada de la casa. En ese momento, el conejo blanco salió apresurado.

—¡Pero, Mariana, ¿qué estás haciendo aquí?—preguntó con rapidez mientras acomodaba sus lentes— Trae mis guantes.

—¡Pero si yo no soy Mariana...!

—¡PRONTO, ¿NO OYES?!—gritó, sobresaltándome—. ¡MUÉVETE!

—¡AY!—grité mientras entraba a la casa del conejo, murmurando entre dientes— Qué gritos...

Ahora solo falta que Yeontan me mande.

Caminé por la casa con curiosidad, revisando cada cajón de la sala antes de subir las escaleras.

—Si fuera un conejito, ¿dónde guardaría mis guantes?—me pregunté a mí misma mientras veía un pequeño jarrón lleno de galletas y lo tomaba sin pensarlo— Por las alas de Jin, tenía tanta hambre...

Continué mi búsqueda de los guantes, tarareando una canción, pero pronto comencé a sentir que volvía a crecer.

—Ay no, esto otra vez no—murmuré preocupada al tocar el techo de la casa con la cabeza.

Mientras tanto, el conejo blanco, impaciente, esperaba fuera de la casa.

—¡Oye, Mariana, se me hace tarde!—gritó mientras entraba apresuradamente en la casa y subía a su habitación—. ¡¿No entiendes, María...?! ¡AAAH!—exclamó, siendo arrastrado por mi pie izquierdo mientras yo crecía cada vez más

—¡AAAAH! —gritó al salir de la casa.

—¡SOCORRO, UN MONSTRUO, UN GIGANTE!—gritó mientras soplaba su trompeta con fuerza y corría hacia el bosque—. ¡AUXILIO!

—¡AYUDA!—grité, tratando de sacar mi enorme cabeza por el techo de la casa—. ¡Mi cabeza! —exclamé, tocando mi cabeza desde el exterior de la casa.

—¡Un monstruo, Namjoon y en mi casa, Namjoon!—escuché la voz del conejo.

—¿Namjoon?—colocando mi oreja en una de las paredes, escuché el diálogo.

—¡Mis muebles, mis paredes, MÍRALA!—gritó el conejo, llamando la atención del demonio, quien se sobresaltó al ver mi cuerpo sin cabeza.

—¡Por mis cuernos, tenías razón!—exclamó el demonio, soltando su pipa y colocándola en su bolsillo con tranquilidad— Es una situación alarmante, pero...

—P-pero, pero, ¿qué?—preguntó el conejo, empujando rápidamente al demonio— ¡Muévete, haz algo, Namjoon!

—Pero es muy sencillo de resolver; la podemos sacar por la chimenea —dijo el demonio, apoyándose en uno de mis pies— Yo propongo que...—pero un silbido sonó a lo lejos, distrayendo tanto al demonio como al conejo—. ¡Un lagartijo con escalera!

—¡Oh, V!—llamó el conejo— ¡V!

—¡Oh, hi, guys!—saludó V alzando su boina. La voz de V me resultó sorprendentemente familiar, así que como pude, busqué la ventana más cercana para observar al dueño de esa voz.

Guerra de tronos |BTS//STRAY KIDS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora