#2-Mateo

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Salgo de la oficina de mi hermano y me voy al hospital, en una hora tengo una paciente.

Intento arreglar las cosas con él siempre que puedo. Intento entender ese odio en su corazón que le hizo ser así.
Celos, envidia, la verdad no se, de pequeños nuestros padres siempre nos trataron por igual.

Mi mente se va a un recuerdo de la infancia.

—Este es Pat—digo y le enseño a Lucas un pez que me regalaron.

—Pat es una mierda—rueda los ojos.

—Es el pez más lindo que existe—digo mirando con admiración al pez que tengo en la pecera.

—Es un insignificante pez y no es lindo— Lucas sigue mirándome como si fuera un bicho raro.

—Tú eres tonto—¡claro que mi pez es lindo.

—¿Sabes lo que le suceden a las cosas lindas?—pregunta caminando hacia donde estoy sentado sosteniendo la pecera.

—¿Que le suceden?.

—Se acaban— dice y mete su mano en la pequeña pecera, yo lo miro sin entender que hace, cuando tiene el pez en sus manos lo saca y lo aprieta hasta dejarlo sin vida.

Tiro la pecera al piso y empezó a llorar, Lucas solo se ríe.

Mis padres al sentir mi llano salen corriendo al exterior.

—¿Que sucedió?

Entre lloros le explico a mis padres lo que Lucas acaba de hacer, este se mantiene en el lugar donde estaba y nos mira a todos sin ninguna expresión en su rostro.

Mi mente vuelve a la realidad. Estoy sentado en mi consultorio esperando a mi paciente.

Les atiendo con paciencia, soy pediatra, estos son padres primerizos así que tiene muchas dudas, los ayudo con todas sus inquietudes.

Cuando termino mi celular vibra en mi bolsillo.

—Hola mamá—mi madre es la mejor madre del mundo, siempre ha estado ahí para nosotros, no es justo que Lucas se comporte como un auténtico cabrón con ella.

—Hola cariño, ¿bajarás a almorzar conmigo?—mi madre está en una salas más abajo quedándose como acompañante de mi tía que está ingresada.

—Por supuesto, en diez minutos paso por ti para ir a la cafetería.

Una vez estamos en la cafetería del hospital mi madre me cuenta todo lo que le ha dicho el doctor sobre Anna, yo ya estoy enterado de todo lo que me dice pero la dejo hablar.

—Hoy fui a ver a Lucas—le informo, se revuelve en su asiento, mi madre me pide que deje a Lucas lejos de nosotros pero yo me niego, se cuanta ilusión le haría que Lucas cambiara y se comportara como un buen hijo, su felicidad sería completa—no lo vi bien, estaba algo ido.

—Seguro se está volviendo a meter sus porquerías—Desde que Lucas volvió del internado al que mis padres lo mandaron cada vez que tenía la oportunidad fumaba porros de María , mi madre jamás se lo perdonó.

—No mamá, no es eso, parece que tiene algún problema con la empresa, me dijo que estaba atendiendo unos asuntos delicados, que estaba muy ocupado, que si tenía un tiempo libre se pasaría por el hospital.

Mi madre asiente, no sé si me cree.

—Tú padre se quedará esta noche para yo descansar algo—asiento con la cabeza, mis padres son lo mejor de este mundo, son uno seres muy bondadosos.

—Entonces te llevo yo a casa.

Me sumerjo toda la tarde atendiendo pacientes y cuando estoy a punto de pasar por mi madre para ir a casa llega una urgencia al hospital así que le hago saber que va a tener que pedirse un  taxi.

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