02 | Nuevas amistades

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Los días transcurrieron con normalidad volviéndose una rutina repetitiva y algo aburrida algunos días, el único cambio eran las clases que habían todos los días, pero era todo igual, nada interesante pasaba, o bueno, eso creía.

Esa mirada... Esa tan ¿Estresante? No se cómo llamarla, pero seguía puesta en mi cada día que pasaba, me ponía nerviosa sentir esa atención exagerada sobre mi sin saber de dónde provenía, o mejor dicho, de quién provenía.

Durante todas estas semanas Emily no detuvo su contacto conmigo, al principio creí que al tener su función como representante de grupo tenía ese trato para hacerme sentir bienvenida en el nuevo grupo, pero mientras transcurrian las semanas me di cuenta que eso iba más allá de un simple acto de cortesía, era más bien la búsqueda de una *Amistad*.

- ¡May! - Gritó Emily desde su asiento, cosa que me parecía algo exagerada viendo que literalmente estaba al lado mío. - ¿Tienes planes para hoy? - Ahí va, una de sus preguntas las cuales inician una travesura divertida con esta chica.

- Mmm déjame pienso en mi agenda de hoy... Creo que si estoy libre ¿A qué se debe la pregunta? - Estaba algo confundida, la pelirroja no era una persona de preguntar esas cosas, quien sabe que estaría pasando por esa mente chiflada.

- Genial! Hoy vamos a tener una tarde de besties, y no te estoy preguntando, te estoy avisando. Te espero a las 4:00 PM en mi casa, si no llegas le diré a tú mi mamá que me partiste el corazón - Si, ahí estaban sus maliciosas intenciones, era de esperarse que tuviera un plan bajo la manga. ¿Además que se adueñaba de mi propia madre me avisaba que tenía que ir a su tarde de amigas? Su personalidad no me paraba de sorprender.

- Tal vez llegue, tal vez no, todo es un enigma - Solté aquello de manera burlona y sus pucheros no fueron de esperarse, claramente iría, al fin y al cabo su compañía empezaba a agradarme cada vez más, a tal punto de hacer todos los talleres en grupo juntas y pelear con los profesores por milésimas de puntos para la nota máxima, aunque del 100% de las veces, el 99.9% fracasamos.

12:00 medio día

Por fin, ese maravilloso sonido, ese timbre tan amado por mis oídos y todo mi ser, ese que me deja más sorda cada día pero que no me canso de escuchar, el que me saca de este colegio y me deja ir a mi tan adorada cama en mi casa.

La jornada escolar por fin culminaba y claramente me predispuse a guardar todos mis artículos escolares para salir de ese caluroso salón que daba claustrofobia algunas veces, ese blanco y caluroso lugar al cual casi ni entraba aire fresco, por fin salía de allí.

Mientras caminaba por los pasillos escuché de lejos mi nombre, era pronunciado por una voz ¿Adulta? Si, eso parece. Me giré hacia donde provenía aquella voz y era de una maestra, para especificar mi maestra de Lengua Castellana, esa tan amada mujer que rondaba entre los 40 y 50 años de edad. Cabe recalcar que sus clases son de las que más amo, por lo tanto le agarre un cariño especial aún teniendo pocos meses en el nuevo curso.

- Maybella, justo la jovencita que tanto andaba buscando - Dijo la profe con su característica sonrisa llena de ternura y amabilidad que reflejaba en su rostro.

- ¿Me estaba buscando profe? ¿Sucedió algo? - Tenía curiosidad, por algo en lo cual me caracterizo es en esa gran curiosidad y ganas de saber el por qué de todo, era una gran cualidad que resaltaba en mi personalidad.

- Verás, va a haber una obra de teatro en la institución, se trata de interpretar unos personajes de la literatura, me gustaría saber si puedes hacer parte de ello, claramente tendrías un reconocimiento en calificaciones. - No sonaba nada mal a decir verdad, ¿Pero yo actuar? Si algo he aprendido en mi vida es que para fingir o tomar un papel de algo que no soy, no se me da para nada bien. Aunque podría ¿Intentarlo?

- Suena bien la verdad, aunque mis dotes artísticos en la rama de la actuación no son tan buenos - Dije con total sinceridad, si necesitaba una actuación 5/5 no soy la indicada para ese papel, aunque sonara tentador.

- No te preocupes por eso - Dijo aún con su sonrisa en los labios. - Solo tienes que caminar por todo el salón y hacer una actuación final con otro compañero mientras yo narro la historia. Mañana será la prueba de vestuario, allá daré los detalles y te presentaré a tu compañero - ¿¡Compañero!!? ¿Acaso quiere que actúe con alguien más?

- Okey, mañana iré entonces - Hello Dios, soy yo de nuevo. Ojalá no resulte ser tan vergonzoso como lo estaba imaginando en aquel instante, la sola idea de imaginarme actuando con alguien más me generaba repudio y curiosidad a la vez, que puedo decir, soy una persona solitaria y autosuficiente, hacer equipo no es lo mío, por algo las relaciones amorosas me parecen algo tedioso, pensar en compartir mi carga me parecía debilidad y Maybella era de todo menos débil.

Seguí mi rumbo hacia la salida de ese lugar checando mi celular buscando la canción perfecta para llegar a casa. Claramente no me iría de ese lugar sin escuchar una sola canción de cualquiera de mis artistas favoritos, eso sí que no.

Al llegar a casa después de ese largo trayecto de ocho, quizás nueve minutos desde el colegio hasta mi hogar, dulce y cálido ( Muy cálido) hogar, esas paredes blancas con tonos anaranjados en su interior producto de la decoración de mi querida madre, con sus miles de imágenes religiosas y uno que otro rastro de algún desorden de las locuras artísticas de mi hermana pequeña, si, esa era mi casa.

Al revisar mi celular noté que Emily había cancelado los planes por un ensayo de danza imprevisto, no podía agradecer más eso puesto que estaba algo cansada por el día de hoy, y tendría que prepararme para el siguiente, mi curiosidad volaba pensando en quien sería ese ser con el cual compartiría mi humillación pública ante al rededor de 1.000 estudiantes, o tal vez mi forma de hacerme notar entre todos, pero eso solo lo descubriría mañana.








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