"Usted me confunde. A veces siento que me quiere y a veces siento que no, y no sé como lo haces porque yo estoy queriéndote siempre"
Mario Benedetti
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Tengo que admitir que el tiempo pasó rápido, demasiado a decir verdad, mi nerviosismo crecía a la vez que mis sentimientos iban aumentando y todo gracias a otra razón pero provocada por la misma culpable, aquella propuesta tan mencionada que me sonaba tan irreal, tan fantasiosa, tan lejos de ser algo sólido que solo sentía ganas de escapar y esconderme, pero que a su vez cada día sentía la necesidad de aceptarla.
Se hizo costumbre en mi rutina diaria de escuela muchas cosas desde que Karina era parte notable en mi vida cotidiana, era un dolor de cabeza que por más que odiara me agradaba que estuviera presente, ya saben, cosas de masoquistas.
Ahora todas mis mañanas venían preparadas con un plan para evitarla a toda costa, me sentía vulnerable en su presencia, aunque la quisiera lejos sentía muy dentro de mi la necesidad de tenerla cerca, de saber dónde está o más sobre aquella chica. No comprendía la razón de mi interés puesto que no hace mucho se hizo notable en mi vida, pero sentía la necesidad de que ella estuviera en ella.
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Estaba entrando a la institución a eso de las 5:45 AM, hoy hacía mucho, demasiado, MUCHISIMO FRIO!! Sentía que en cualquier momento moriría congelada, ¿Desde cuándo en este lugar hacía tanto maldito frío? Juro que hoy dejaría este plano terrenal, y mi saco no es como si cubriera mucho el frío, a decir verdad me sentía igual con que sin él.
Subí las escaleras y me dirigí tímida a mi salón, siempre esperaba que entrara un grupo de estudiantes al aula para yo ingresar, ya que la fastidiosa de Karina se sentaba en el puesto justo al lado de la puerta, entonces sí o sí tenía que pasar por su lado, y ella claramente al verme sola pasando por ahí no desaprovechaba la oportunidad de hablarme, tocarme o simplemente hacerse notar, y más últimamente ya que se sentaba en el escritorio, quedando más cerca de la puerta y acortando el espacio para pasar. Pero hoy no conté con tal suerte, ya que por el frío supongo, todos estaban adentro del aula, hasta ella.
La verdad no estaba de humor para esperar a que llegara otra persona al rescate para yo poder entrar al salón y agarrar un poco de calor, entonces sin importar entré, y obviamente Karina no lo pasó por alto.
-Ayy, ¿A la señorita no le enseñaron a saludar?- Dijo aquello de forma burlona, por lo que me limité a mirarla algo feo y sentarme en mi respectivo pupitre intentando ignorarla, ya que no es como que no quisiera saludarla, es que NO ERA CAPAZ DE HABLARLE!! Si me compararan en ese instante con Luis XVI cuando conoció y se casó con María Antonieta juro que la única diferencia sería de que, al menos, si vamos a tener sexo si sabría que onda con eso y el qué se hace en el instante... Ah, y que no soy delfina de Francia obviously.
Pasaron las siguientes dos horas de clase con normalidad, por el frío no llegaron tantos compañeros, entonces la clase estuvo tranquila, excepto por el hecho de que una señorita tenía la mirada puesta desde que llegué en mí y no me deja concentrarme, y eso más sumado el frío que tenía sinceramente no comprendí ni se me quedo nada de la clase.
Sé que todos los días sentía un alivio al escuchar el timbre para el descanso, pero hoy ¡Lo detesté! afuera hace un frío espantoso y lastimosamente no podía quedarme dentro del salón de clases. Hoy tampoco había ido al colegio Vale, Emily estaba haciendo un trabajo que tenía atrasado de la universidad entonces hoy no podía interrumpirle, así que tomé la magnífica decisión de solo escuchar música en el segundo piso e intentar conservar el poco calor que aún conservaba. Aunque mis planes se vieron altamente interrumpidos cuando algo ¿Obstaculizó mi vista? (Juro que con lo miope que estaba hasta pensé que se me terminó de joder la vista) Me quité aquello que no me permitía ver bien y me di cuenta que era un saco que claramente sabía de quien era... y más viendo a su dueña detrás mío.
- Póntelo, te vi toda la clase temblando, este cubre bien el frío- Me miraba expectante esperando a que me pusiera su saco o quizá para sacarme conversación o al menos intentarlo, algo que he visto de ella es que hay que esperar lo inesperado. Yo sonreí sin darme cuenta, fué un lindo gesto de su parte y me pareció algo tierno de hecho, aunque el sentimiento amargo de que estuviera jugando conmigo me carcomía.
-Gracias... y a esto ¿Sígues de acosadora? , dije aquello mientras me ponía su saco, ¿Quien era yo para negarme a tal propuesta y efectiva manera de ya no tener calor?
-Quizás, ¿Y que has pensado sobre mi propuesta?- Se acercó un poco acortando la distancia (Valgase la redundancia) cosa la cual me hizo sentir re nerviosa, tenía miedo de que solo fuera un juego y la mensilla esa era repite y repite la tal "propuesta" esa.
-No sé de qué me estás hablando- Dije aquello para intentar cambiar de tema y hacerme la desentendida, su presencia me ponía super nerviosa y no sabía que hacer o que decir, estaba muy asombrada de que al menos pudiera e una corta conversación.
Karina solo me miraba, fijamente. Y lo odié!! ¡Dios! Si ella supiera lo diminuta que me hace sentir juro que dejaría de hacerlo... o quizá lo haría más, no la conozco bien como para saberlo. Peeero para mi gran ayuda, sonó el timbre y apenas lo escuché entré corriendo al salón y me quedé en mi asiento, a metros de ella, con mi corazón sano y salvo de las fuertes palpitaciones.
Creo que a ella no le gustó tanto que sonara la campana tanto como a mí, empezó a montar cara (Como siempre lo hace) y sus amigas le hablaban y solo respondía lo puntual. Aún considero que juega conmigo y no me quiero arriesgar a hablarle; caí en cuenta que por mirarla mucho cruzamos miradas y me sonrió, juro que casi me muero. Giré rápidamente mi rostro e intenté concentrarme en otra cosa.
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El resto de la jornada continuó habitual, como siempre. Yo huía de cualquier contacto que tuviera con aquella rizada "fastidiosa" y ella, no se que se quedaría haciendo en mi ausencia, igualmente no me interesaba mucho. Aunque debo admitir que no me sentía incómoda estando con ella, no era grosera ni se sobrepasaba, y creo que se preocupa por mi ¡Me prestó su saco ahora que me acuerdo! Tendré que regresarselo... aunque quizá mañana lo haga.
Es difícil esta situación, quiero arriesgarme pero ¿Y si solo quiere jugar conmigo? ¿Y si por alguna razón se enteró de mi orientación sexual y solo quiere molestarme? ¿Humillarme? ¿O en realidad... le gusto? No lo sé, pero no me interesa; mis estudios van primero y enamorarse es una perdida de concentración... si, es eso..
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Quizás Si | Lesbian History
RomancePara Maybella un cambio en esos instantes de su vida era algo realmente desastroso, su vida estaba tomando un camino agradable como para que se lo arrebataran todo en un segundo. Estaba decidida en convertirse en una nueva ella e iniciar el nuevo ru...