Chiara miraba a su alrededor, algunos de sus compis estaban sentados en la otra mesa, también había gente aún preparándose el desayuno y quien ni si quiera había aparecido todavía por ahí.
En su mesa estaban Martin, Paul y Bea ya desayunando, en la otra Salma, Denna y Álvaro. Lucas, Omar, Juanjo, Suzete y Naiara seguían eligiendo su desayuno mientras que el resto aún estaban en la habitación o los baños.
Ella era una persona a la que le costaba hacer amigos e integrarse en grupos grandes, siempre había sido así. En el poco tiempo que conocía a sus compañeros, con quien mayor afinidad tenía era con Martin. Con Álvaro, Naiara y Paul también se llevaba bien. El resto le parecía gente muy maja pero no sabía bien como leer lo que opinaban de ella los demás. Creía que a Juanjo y Salma no les caía muy bien pero tampoco había tenido mucho trato con ellos. Denna parecía dulce y se sentía cómoda a su lado. Pero si había alguien es esa casa que a Chiara le ponía nerviosa era Violeta. La chica era imponente, tanto físicamente como por su talento. Pero es que, además, se le veía que tenía una personalidad fuerte, las ideas claras y la mente bien amueblada.
Chiara aún sentía que era muy infantil en algunos aspectos y que aún arrastraba muchas inseguridades de su adolescencia por eso Violeta le imponía tanto, porque la chica irradiaba confianza. A la vez, no lo podía negar, se sentía atraida por ella pero veía imposible que algo pasará porque Violeta tenía novia, lo que le dolía un poco a la balear porque por una parte sabía que a la chica le gustaban las mujeres pero no estaba soltera.
Precisamente la granadina entró en el comedor, se puso su desayuno y se sentó con Denna y Salma, con quien se notaba que se llevaba muy bien.
A lo largo de la mañana interactuaron un par de veces, nada del otro mundo pero suficiente para poner a Chiara un poco nerviosa. En los castings no habían hablado mucho pero todas sus interacciones había hecho sentirse a la morena como en una peli estadounidense en la que la nerd se pilla de la chica popular. No conocía aún a Violeta lo suficiente como para saber si la chica estaba cómoda en ese rol o simplemente su personalidad atraia inevitablemente a la gente, lo quisiera ella o no.
A la hora del reparto de temas la de Menorca tenía sentimientos encontrados. Le emocionaba la idea de compartir semana con Violeta y así tener una excusa para estar cerca de ella y conocerle mejor. Pero por otra parte prefería que su primera semana en la academia fuese más tranquila y con alguien con quien ya se sintiera a gusto para poder centratrse en la canción.
Al final fue lo segundo, y le tocaría trabajar con Paul en un tema que le gustaba mucho como era el encuentro de Amaia.
- ¿Que tal vuestro tema? ¿lo conocíais? - pregunto Chiara a Denna y Violeta en la merienda.
-Es guay, como con mucha energía, yo no lo había escuchando antes- le respondió primero Denna.
-Muy sexual, pinta que tendremos coreo fuerte- añadió Violeta. - ¿Tú que tal Kiki? El encuentro es un temazo.
En las últimas semanas varios de sus compañeros le habían empezado a llamar Kiki, a ella le gustaba más su nombre pero sus compis lo hacían de forma cariñosa y ya hasta se había aocstumbrado a responder al apodo.
- Contenta, la canción me encanta y me hace ilusión trabajar con Paul.
Cada interación con Violeta le hacía ganar un poco de confianza a Chiara porque la pelirroja siempre le contestaba muy amable y cercana. A ella le preocupaba ser pesada, rara o que el resto del grupo no le entendiese porque era algo que ya le había pasado antes en su vida. Por eso valoraba tanto cuando conectaba con alguien como lo hacía con Martin.
