IV. Enfrentamiento

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Sanji había apagado las velas hace un buen rato, se había acostado en el diván y fingió dormir cuando Carrot entró para asegurarse de que lo estaba, luego prestó especial atención a cada sonido, a los pasos de Carrot mientras bajabas las escaleras, luego más ruidos, una puerta abriéndose y cerrándose, pasos y la voz distorsionada de Carrot, de nuevo una puerta se abrió

Sanji salió del diván y abrió la puerta de su habitación con sumo cuidado, se asomó desde el segundo piso y vio como Carrot abandonaba la residencia

Bueno, por lo menos ya no tendría que noquearla, entró a su habitación y se quitó todas las molestas capas de de ropa, hasta quedar en solo una tela interior, acompañada del pantalón, eso le daría movilidad en caso de que tuviera que correr o luchar con alguien

Tomó una de las capas del Hanfu y rompió la tela para hacer pequeños pedazos que amarró a sus manos para protegerlos, si iba a intentar escalar el muro debía protegerse bien, también ató su cabello para que no lo molestase y con todo listo, volvió a salir de la habitación, por lo que estimaba Carrot no volvería en un buen tiempo o hasta la siguiente mañana, era perfecto

Con lentitud y haciendo el menor ruido posible bajo las escaleras, la maldita madera chillaba con cada paso, pero estaba seguro que sería imposible que alguien le escuchara desde las afueras, todo estaba oscuro y apenas podía ver, pero eso podría jugar a su favor si afuera estaba igual de oscuro, podría ocultarse lo suficiente para pasar desapercibido

Con agilidad camino hasta la puerta pero antes de poder acercarse y abrirla para por fin poner en marcha su plan de huida, un escalofrío le atravesó, los cabellos de su nuca se erizaron y por naturaleza se dio la vuelta, en medio de la oscuridad dos ojos brillantes le veían, de pronto recordó los cuentos que narraban demonios que visitaban en la noche a sus presas y luego las llevaban al infierno

Sanji trago grueso, eso era un problema, no distinguía absolutamente nada de la figura lo único que podía visualizar eran esos ojos fieros que seguían cada uno de sus movimientos, el rubio respiro pero no halló ningún aroma

Quien estaba allí, era un beta o un alfa que escondía muy bien su aroma, prefirió pensar lo primero

-Así que fue enviado a vigilarme- El silencio fue lo que le respondió, por lo que podía notar quien sea que estuviera allí no se movía, Sanji dio un paso atrás para estar más cerca de la puerta, los ojos casi como si fueran capaces de verlo en medio de la oscuridad siguieron el movimiento, Sanji evitaría la confrontación pues no sabia si podía ganar en la pelea, podría estar en desventaja y eso no le agradaba

De pronto el silencio fue ensordecedor y con un solo movimiento el rubio se giro para abrir la puerta, pronto captó en sonido de una espada ser desenfundada y cuando la puerta se abrió un poco, el sonido ensordecedor de la espada viajando por el aire inundó la sala, la puerta se cerró debido al impulso de la espada que se enterró en la madera, en un parpadeo había sido lanzada, el rubio giró su rostro y pudo ver el reflejo del filo del arma saludándole un poco mas y estaría enterrada en su cabeza, volvió a darse la vuelta y tomó una posición de ataque

-No me subestime malnacido - murmuró mientras miraba al desconocido, los ojos que brillaban en la oscuridad seguían fijos en su figura, si Sanji quería irse, debía noquear a su guardián

Y ya que el otro no tomó la iniciativa, Sanji se lanzó al ataque, intentando darle algún golpe aun en la oscuridad, siguió su intuición pero al parecer su oponente también era bueno, pues bloqueo cada golpe con rapidez, impidiendo a Sanji lograr su objetivo

Sin embargo el rubio no se rindió, tomo un poco de distancia y rápidamente barrio el suelo con su pierna tomando desprevenido al desconocido quien cayó, en ese momento Sanji corrió de vuelta a la puerta con la intención de tomar la espada clavada en la madera, pero un férreo agarre en su tobillo se lo impido, el rubio perdió el equilibrio y cayó, ahora los dos estaban en el suelo, Sanji comenzó a patear lo que parecía ser el rostro de su oponente para que lo liberara y aunque encesto un golpe el agarre no dio torcedura, en su lugar fue arrastrado hasta el desconocido quien tomando ventaja se subió encima del omega con la intención de inmovilizarlo, sin embargo Sanji golpeó a puño cerrado en lo que calculo era el estómago de su enemigo

Haru -𝑍𝑜𝑠𝑎𝑛-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora