~Capítulo 17~ "Chica de las Pantuflas"

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Estaba acostada de espaldas mirando el "interesante" techo de mi habitación.
Estaba tan cansada que pensé que, caería en un profundo sueño al acostarme; pero era todo lo contrario.
La ráfaga de pensamientos que venían a mi mente, hacía imposible poder dormir.
Aquello que ocurrió era un tema con el que, no solo yo, sino todos, éramos muy sensibles, por lo causó gran consternación.

Di vueltas y vueltas en la cama, pero no parecía estar cómoda en ninguna posición. Por suerte las lagrimas ya habían cesado y estaba un poco más compuesta.
Las visiones de lo ocurrido con Ben bombardeaban mi cabeza, haciéndome sentir aun peor.
Esto realmente no iba a mejorar jamas.
Ben tenía un odio intenso alojado en su corazón por mi, y parecía crecer cada día mas. Tenía cierta razón, me decía una parte de mi subconsciente, pero la otra me decía a gritos que no; que yo no tuve la culpa de nada.

Me sentía tan sola en algunos momentos.
Es cierto que había mucha gente rodeándome y gente que me quería, pero aun así, me sentía sola.
Mi padre tenía tantas responsabilidades como el Alfa de la comunidad que no podía dedicarme tanto tiempo, y no lo culpo.
Estaba Kati, quien aunque siempre estaba ahí para apoyarme, era la que se encargaba de cuidar la casa, así que no podía molestar mucho.

Kenji se llevaba bien conmigo, pero no eramos tan bueno amigos, y ni hablar de Shantal.
Tenía a Mei y a Dan, es cierto, pero como rayos les iba a explicar mi situación cuando no saben realmente que soy, ni el drama en el que vivo.
Que les iba a decir?
Como les iba a contar?

Así que en resumen, estaba sola.

Tapé mi cara con la almohada tras gruñir de desesperación.
Necesitaba dejar de pensar en todo esto porque eventualmente me volvería loca.
Debía resignarme con el hecho de que yo nunca podré llevarme bien con Benjamin, que me odiaría hasta la muerte, y por lo tanto, lo único que debía hacer, era entumecer el dolor a cada vez que él me insultaba o lastimaba.

Era muy fácil de decir, mas se que hacerlo sería mas complicado de lo que aparentaba.
Yo quería darme a respetar.
No pretendía que él me quisiera ni que me aceptara, pero sí que me respetara al menos. Debía ganarme su respeto, y no solo el suyo, sino el de todos en la comunidad.
Y solo había una manera de lograr eso.
No sería fácil, ni tampoco placentero, pero era la única opción...

Me harté de dar vueltas en la cama y me levanté bruscamente, lanzado la almohada de lado.
Me puse los zapatos y caminé el baño.
Se me había olvidado con todo el drama que estaba algo sucia y sudada después de la misión. Así que me quite la ropa y me di una buena y larga ducha.

Tras salir y secarme, me vestí con lo mas cómodo que encontré. Una blusa con mangas cortas y un pantalón un poco ancho.
Pero en especial, me puse mi par de pantuflas rosadas en forma de conejito.
Se que sonaba algo infantil, pero siempre me las ponía, o cuando estaba enferma, o cuando estaba triste y deprimida, y hoy encajaba lo segundo.
Era una costumbre que tenía desde hace mucho y por alguna razón, ver a aquellos conejitos sonrientes en mis pies, me hacía sonreír tambien.

Me acerqué a la ventana de mi habitación, la cual tenía vista de una parte de la comunidad. Una brisa calida y agradable me recibió en cuanto me asomé.
Desde aquí veía el taller de mantenimiento y se me ocurrió que tal vez podría ir a ver si mi bicicleta estaba arreglada para ir a dar una vuelta y olvidarme de los problemas.

Lancé un suspiro, como de costumbre, y salí de mi habitación.
Caminé rápidamente por el pasillo, esperando no encontrarme con nadie. Bajé las escaleras de igual forma y gracias al Cielo no había nadie en la sala.

-Kayla! A donde vas?- escuché la voz de Kati preguntar desde la cocina, frenando mi paso un poco. Pero decidí no detenerme.

-A dar una vuelta!- contesté mientras abría la puerta y salía sin esperar respuesta de su parte.

Mickayla© {Sin Editar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora