capítulo tres

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Qué se sentiría querer cumplir tus sueños pero hay algo que te lo impide y ese algo es una enfermedad mortal.

Cuando eres joven quieres divertirte quieres seguir a fiestas quieres saber qué se siente la resaca quieres beber quieres disfrutar quieres tener sexo alocado, quieres tener novios, quieres ser infiel, quieres hacer de todo,... pero no se puede.

Ese es el caso, a mí nadie me impidió eso, yo hacía todas esas cosas hasta que a los 17 años cuando me desmayé estando ebria me encontraron una enfermedad, esa enfermedad estaba rondando por mi cuerpo desde hace 3 años, y esa enfermedad casi se acababa, no quedaba más, y adivinen qué era..., era nada y nada menos que el famoso cáncer, pero en este caso, terminal.

Me sentí muy mal al saber que estaba  en mis últimos días de vida pasaron los años meses días semanas y nada todavía no me moría pero las de caídas eran más frecuentes el dolor aumentaba cada vez más y la soledad estaba siempre conmigo.

Créanme cuando yo me enteré de eso no le presté atención yo quería seguir disfrutando pues era joven y y quería saber que se sentiría la vida sin tener que preocuparme por nada ni por el dinero y ni por mi familia Pero no se pudo.

Mi historia yo la hice en un libro escribí escribí y escribí hasta que la terminé aunque nunca tuve un final fijo porque no era un final era el comienzo de una nueva historia.

Pasado
Me despierto sintiendo un dolor en la cabeza todavía recuerdo que hice noche fue muy emocionante bebí y bebí sin que me importara el tiempo y bailé sin pensar en el mañana.

Como siempre la generación de ahora es muy eléctrica incluyéndome claro no se puede decir que no porque yo a mis 16 años ya no era virgen Pero él por qué eso fue muy interesante de verdad no es la gran cosa aunque yo no sabía no estaba consciente fue una noche que bebí mucho y perdí la noción del tiempo un chico me encontré en la terraza y me llevó a la cama no fue una violación ni nada de eso porque yo sí estaba consciente otra cosa es que estaba demasiado mareada por eso es que lo recuerdo no fue la gran cosa pero Ajá la primera vez es la primera vez nadie lo puede negar.

Me quedó sentada en la cama un largo tiempo aturdida intentando recordar lo que pasó anoche aunque nada momentos borrosos me pasaban por la cabeza pero no los podía identificar bien hasta que me llegó el recuerdo de estar bailando en una fiesta arriba de la mesa y que me hayan sacado gritando y pataleando porque lo había arruinado todo desde hace tiempo que no hago esas cosas pero debe ser que bebí mucho y no sabía lo que hacía yo cuando veo mucho parezco un simio se los puedo asegurar.

Después decido pararme de la cama y voy directo al cuarto de baño entro y lo que me devuelve la mirada desde el espejo es una chica sin coherencia ni conciencia alguna con el maquillaje corrido.
Escudriñó el reflejo desde el espejo y me meto a la ducha, acaricio mi cabeza dolorida y ahí es donde me doy cuanto de la gran marca roja que tengo en el brazo derecho, chillo asustada y la examinó para distinguir que es.

Y ahí también me doy cuenta de un pedazito de vidrio que tengo clavado en el brazo hinchado.
Lo quito con sumo cuidado y limpio la herida con Gaza.
Salgo del baño y encuentro una mamá muy enojada sentada en el borde de la cama enseñando el teléfono en mi dirección con un vídeo que todavía no se reproduce.

Visualizo bien de qué se trata y ahi lo descubro, soy yo peleando con una chica de cabellos explotados y con una botella de vidrio en la mano.
Mi mamá me lanza una mirada de que coño hiciste y yo doy unos pasos atrás.
Ay mamita estoy en problemas.

viviendo un sueño Where stories live. Discover now