Jujutsu Kaisen -o͟n͟e͟ s͟h͟o͟t͟s͟ (+18)

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Ser la hermana mocosa de Gojo. Siempre burlándose de Nanami por no tener novia. Quejándose constantemente en sus oídos por las cosas más tontas. Eres tan molesto como tu hermano mayor y Nanami solo puede tolerar hasta cierto punto.

Especialmente cuando además decides ser grosero. Querer captar una actitud con todos porque algo no salió como querías.

Esa es exactamente la razón por la que Nanami te tenía de rodillas tomando su polla, su mano en tu cabello moviendo bruscamente tu cabeza a lo largo de su gruesa longitud. "¿Es esto lo que necesitabas para callarte?"

"Necesitaba que te trataran como la estúpida puta que eres. Maldita perra molesta. Maldijo, sus ojos oscuros por la ira mientras te hacía profundizar más en él. Fuertes chistes llenaron la habitación vacía mientras Nanami te follaba la cara.

Lágrimas llenas de rímel corrían por tu rostro mientras luchabas por respirar. Tus uñas se clavan en los muslos del hombre musculoso. Podías sentir la punta de su polla golpeando el fondo de tu garganta con cada movimiento de sus caderas. Su ritmo es rápido y duro, con pelotas pesadas golpeando tu barbilla repetidamente.

La cabeza de Nanami cayó hacia atrás, una serie de maldiciones salieron de su boca antes de tirar de ti por el cabello. Inclinándose sobre su escritorio antes de empujar tu coño empapado sin previo aviso.

Dejaste escapar suaves gritos mientras él abría tu coño, estirándote casi dolorosamente. Nanami gimió fuertemente cuando lo apretaste. Sus largos dedos se clavaron en tus mejillas mientras tus gemidos aumentaban de volumen. "Cierra la puta boca." él gruñó. Quitándose la corbata con un movimiento rápido antes de metérsela en la boca balbuceante.

"Sólo cállate y tómalo. Ya me cansé de tu actitud malcriada".

Las caderas de Nanami chocaron contra las tuyas de manera inhumana, tus tetas se frotaban contra el duro escritorio de madera mientras tu cuerpo se sacudía con cada embestida. Se sintió tan bien ponerte de nuevo en tu lugar. Estaba tan jodidamente cansado de escuchar tu voz quejumbrosa.

Nanami esto. Nanami eso. Quiero esto. Quiero eso. Siempre portándote como un puto bebé cuando no te salías con la tuya. Estaba harto de eso.

Nanami agarró tus dos muñecas con moretones, sosteniéndolas detrás de tu espalda mientras su otra mano encontraba su lugar en tu cabello nuevamente. Levantándote, Nanami te sostuvo contra su pecho, la polla llegó aún más profundamente que antes mientras follaba tu cuerpo más corto.

Te sentías tan pequeña contra él, con la cabeza apoyada en su amplio pecho mientras tus sollozos eran amortiguados por la tela amarilla y negra. Al obligarte a abrir los ojos llorosos, pudiste ver la pura rabia en el rostro del hombre. Sus cejas se fruncieron, sus ojos entrecerrados te miraron fijamente y sus labios se apretaron en una mueca.

Le dio la máxima satisfacción verte tan estúpido sobre su polla. "Tal vez este fue tu puto objetivo todo el tiempo. Para que te arruine con mi polla y te joda la actitud. Él gruñó.

"Mierda. Maldito mocoso. Mírate, ¿dónde está esa perra molesta ahora, eh? Él se rió oscuramente. "Tengo que seguir follándote así para mantener a raya tu tonta boca de puta".

Dejaste escapar un grito ahogado, su corbata se empapó con tus lágrimas y escupiste mientras la baba corría por los lados de tu boca. Las rodillas temblaron debajo de ti y tus ojos se pusieron en blanco mientras el hombre te follaba más cerca del orgasmo.

"Mírame, joder". él gruñó, "Mírame mientras te rompo el coño por mi polla". Exigió, su voz áspera y profunda. Gemiste, con los ojos vidriosos mirándolo a través de las pestañas mojadas hasta que te encontraste con sus ojos marrones.

Tu coño se apretó increíblemente más fuerte, tu resbaladizo corriendo por tus muslos mientras él follaba hasta la última célula cerebral de tu cabeza. Hasta que tu mente quedó grabada con nada más que él, su nombre y su monstruo de polla.

Podías sentir sus venas rozando tu mancha gomosa cuando tu cuerpo comenzó a temblar. Gemidos ahogados e incoherentes de su nombre se derraman directamente en la tela entre tus labios.

"Debería haber sabido antes que esto es lo que necesitaba una puta como tú. Es todo para lo que eres jodidamente bueno, ¿eh, cariño? Tu cabeza asintió con la cabeza. Sonidos obscenamente fuertes llenando la habitación mientras él empujaba descuidadamente tu coño empapado.
Una sonrisa apareció en el rostro del hombre. "Tal vez debería parar ahora y dejarte necesitado de mi polla por el resto del día". Te quejaste en protesta, tus lágrimas listas para duplicar su cantidad. Nanami solo sonrió más ampliamente, "Te enseño una verdadera lección".

La boca de Nanami colgaba levemente en breves gemidos, sus abdominales se tensaban detrás de ti. "Joder, adelante puta. Venir. Hazme un maldito lío.

Tu cuerpo tembló incontrolablemente, tus gemidos y gritos no fueron escuchados mientras chorreabas. El líquido transparente brotó sobre los muslos del hombre y el suelo de baldosas. "Joder, eres una puta tan sucia". escupió, con los dientes apretados mientras contemplaba retirarse. "Voy a llenarte con todo mi semen. Alguien como tú seguramente estará tomando la píldora de todos modos".

Nanami se quedó quieto dentro de ti, su profundo gemido sonó en tu oído cuando sentiste cuerdas calientes de esperma cubriendo tus paredes. "Ahí vamos, carajo". Suspiró, permaneciendo enterrado en tu cálido coño durante unos minutos más antes de salir.

Al ver tu rostro desordenado y manchado de lágrimas, los ojos de Nanami se abrieron como platos. ¿Fue demasiado lejos? Mierda. Sacando la corbata que goteaba de tu boca, abrió la boca para preguntarte si estabas bien. En lugar de eso, te sorprendiste cuando lo abrazaste con fuerza, mirándolo con una amplia sonrisa. Realmente eras una puta, ¿eh?

Te reíste, "Quería eso por tanto tiempo. Ojalá lo hubieras hecho antes". hiciste un puchero. Y Nanami simplemente parpadeó sorprendida cuando acariciaste su pecho. Realmente eras la hermana de Satoru.