Sergio y Max se reencuentran después de años en una situación inesperada. Tras ser penalizado, Checo extiende su visita en Mónaco. Esto causa que sus encuentros con Max se vuelvan mucho más recurrentes y cómodo para los dos. Los dos deciden comenzar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El domingo por la mañana solo se encargo de limpiar el departamento por segunda vez en la mañana. Estaba inquieto, nervioso pensando en cada una de las cosas que su amigo Charles se encargo de dejarle claro. El poco viaja en auto que quedaba medito, recordó su vida con Sergio durante la universidad, el como este fue un gran apoyo emocional y económico.
Al llegar al departamento invito a su amigo por una taza de té, acostumbrado Charles aceptó, pues sentarse a hablar era algo cotidiano entre ellos como profesores, sobre todo durante la mañana en la escuela.
—Charles, tú nunca has sabido como conocía Sergio ¿Verdad? —pregunto curioso.
—No —le dio un sorbo a su té. —Se como se volvieron pareja pero nunca como se conocieron. En estos siete años siendo amigos nunca a sido tema de conversación, otras cosas de Checo si pero eso no —insinuó divertido sacando risas a Max.
—Si bueno... —jugó intranquilo con la cuchara de té sobre la mesa. —Lo conocí durante los primeros días el primer semestre de la universidad.
—¿Enserio? —Leclerc parecía sorprendido. Conocía y creía en el amor a primera vista, pero no esperaba estar frente suyo.
—Si, teníamos calculo el mismo día, así que nos topamos varias veces en aquello días —sonrió con nostalgia. —Yo solo llevaba dos semanas en España y entendí muy poco el español, si que sabrás tu con lo que luchaba a diario. El poco dinero que tenia en ese momento se estaba acabando y solo deseaba poder encontrar un trabajo pronto —.
—Tampoco tenias familia a la cual pedirle dinero —recordó Charles.
—Además —estuvo de acuerdo con el monegasco. —Un día mientras estaba en clases yo contaba los últimos euros que me quedaban ese día para comer. Estaba tan triste y con rabia por la situación que me puse a llorar en el mismo salón —se cubrió el rostro avergonzado, los recuerdos estaban vivos en su mente. >Llame la atención de varios en el salón pero, solo uno se atrevió a acercarse y preguntar que pasaba. Checo y su perfecto inglés me salvaron el día ese día. Le conté mi situación, ya sabes no, me escape de mi casa por X motivo, conseguí una beca y me vine a España. Él entendió mi desesperación por conseguir un empleo y se propuso a ayudarme.
—Vaya... realmente me tienes sorprendido —Charles estaba anonadado. —ahora me pregunto porque nunca hablamos sobre esto —.
—No lo se, tal vez quise ser egoísta y guardarlo solo para mi —.
—¿Y luego que paso? La historia un sigue , no me ocultes nada —declaró Leclerc poniéndose cómodo.
Max sonrío encantado.
—De hecho, lo que viene es mi parte favorita, fue lo que me hizo... encariñarme de Sergio Pérez —una boba risa salio de sus labios. —A los días checo consiguió un empleo para mi en el restaurante de su tío. Realmente estaba agradecido con él pero no pude tomar el trabajo —negó triste.
