Creyendo en tener la posibilidad de escapar, de vivir otra vez, de empezar todo de cero; pero como a todos, aparece aquello a lo que llamamos "Destino", siempre presente para cambiar nuestro camino y jugar con el.
Aquí se relatará la historia de N...
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Nath
Tomé una gran bocanada de aire cuando abrí los ojos, me encontraba en un bosque realmente inmenso y el silencio reinaba con total facilidad a pesar de ser un habitad para diversos animales. Miles de arboles me rodeaban sin importar a donde mire, la falta de hojas y las grietas que se vislumbraban en sus troncos daban un aspecto totalmente seco generando escalofríos en mi cuerpo por la imagen espectral del lugar.
Comencé a caminar a un destino indefinido mientras observaba los detalles que me impresionaban como el sorprendente tamaño de los árboles de éste lugar que aparentaban no tener fin o que se perdían en el cielo. Mis pies desnudos, no había notado hasta el momento, me transmitían la sensación de la tierra húmeda y como se ablandaba a cada paso que daba, terminando por ser de alguna forma relajante caminar al igual que sentía en el aire el rocío de una pronta tormenta.
Si no fuese porque es un sueño, juraría que estaría caminando en bosque real.
En algún momento, siento la fuerte impresión de no estar solo provocando una cierta incomodes en mi nuca, me pongo en alerta de inmediato a lo aumentaba el ritmo a uno más acelerado del que iba y por más que avanzara la idea de que me seguían no me dejaba tranquilo. El sonido que simulaban ser pisadas a mis espaldas fue lo que me impulsó a encarar lo que sea que me acechaba entre los árboles y justo en ese instante el sonido paró dando paso a una pequeña corriente de aire dando de lleno a mi cara, como si el viento hubiese estado jugando conmigo.
Incluso en mis sueños la imaginación se divierte conmigo.
Al momento que decidí retomar la caminata, inmediatamente caí de culo del susto cuando al girar vi una figura acechándome a tan solo unos metros de mi, se trataba de un maldito lobo.
Era más grande a uno corriente -hasta me pasaba por una cabeza-, poseía un pelaje de color negro al igual que la noche misma, sin embargo lo que más me llamo la atención de toda su oscura figura fueron sus ojos que parecían brillar de un tono ámbar aunque parecían ser dorados eran realmente bonitos. No pude evitar admirarlos por un buen tiempo y de alguna manera creí ver varios sentimientos reflejarse en aquellas monedas e incluso cuando el animal comenzó a acercarse y yo anclándome en el piso sin poder moverme, no le quite los ojos de encima.
La intensidad que transmitían provocaron un leve revoltijo en mi vientre que fácilmente ignoré.
El hocico del animal se acercó bastante, olfateando todo mi rostro llegando a la curva del cuello causando que ría por las cosquillas que me provocaba. Sip, soy de cuello sensible. Al parecer, mi reacción logra llamar su atención debido a que se me queda observando detenidamente mientras que yo quería cubrirme la cara al sentirme tan expuesto ante aquellas gemas.
