Creyendo en tener la posibilidad de escapar, de vivir otra vez, de empezar todo de cero; pero como a todos, aparece aquello a lo que llamamos "Destino", siempre presente para cambiar nuestro camino y jugar con el.
Aquí se relatará la historia de N...
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Nath
"—Tomar mucho café te va dejar alucinando jovencito, recuerda mis palabras."
Abuela, estoy empezando a entender tus palabras...
Mi mente no deja de recordar lo sucedido horas atrás en aquel callejón buscando entender cómo puede existir tanta coincidencia, que el mismo animal de mis sueños aparezca frente a mis narices no puede ser posible ¿No? Sino hubiese recordado la supuesta pesadilla, fácilmente hubiera creído de que se trataba de un animal como otro salido de aquel bosque que casi rodea al pueblo entero.
Pero un lobo común no podría hablar ¿Verdad? ¿VERDAD?
Comienzo a creer que la falta de sueño y descanso están acabando conmigo, me encuentro en uno de los lugares más remotos del mundo porque buscaba un cambio tranquilo y pacífico, y no al punto de entrar en una crisis nerviosa.
Ya uno no puede estar tranquilo.
Bienvenido a la realidad.
La realidad dejó de ser tal luego de presenciar algo imposible.
Pero tú lo dijiste antes, solo fue tu imaginación consecuente del enfrentamiento con los bravucones.
¿Entonces por qué me cuesta asumirlo?
—Aquí está su orden—Helen, la recepcionista y también dueña del lugar, me sacó de mis pensamientos o de la charla que tenía conmigo mismo.
—Muchas gracias, Helen —agradeció Naty mientras la mencionada nos servía nuestros pedidos para luego irse.
Mi ojos estaban fijos en la taza de café delante mío, es increíble lo que una bebida de textura oscura y de amargo sabor podía generar en las personas. Mis movimientos parecía lentos al servir dos cucharadas de azúcar al café, atento a como la misma desaparecía en aquella oscuridad.
Interesante.
—Ya suelta la bomba—dice Naty repentinamente, la miro confundido por su pregunta.
—¿Qué?
—Que digas lo que te está preocupando. No lo niegues, porque te conozco de nacimiento—dice firmemente—. Si es que quieres, como el extraño moretón de la cara que te hiciste "accidente".
