𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || ᒪᗩᑌGᕼIᑎG ᒍᗩᑕK

I

•El caso•
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Algo grave pasaba en Londres, todo el mundo lo sabía. Las horripilantes noticias diarias de asesinatos indescriptibles a niños parecían no parar, sino más bien, multiplicarse con el tiempo. Los padres estaban llenos de miedo, ya no era seguro mandar a sus hijos al colegio o siquiera llevarlos a un parque.

¿Lo peor? No había ni un solo rastro del monstruo detrás de las muertes. Cada escena del crimen, por mucho que estuviera cubierta en sangre y cosas desagradables, nunca dejaba evidencia con la cual la policía pudiera tener siquiera una idea de quién se trataba. Ni un cabello, ni una uña, ni alguna huella, nada. Era como si Jack el Destripador hubiera regresado de la muerte, pero esta vez, desatando su ira contra los más pequeños.

Era un caos, y con un asesino de tal maldad en la ciudad, nadie nunca tenía paz.

A raíz de todo esto, el deseo de cazar a aquel despreciable ser se iba apoderando de una joven mujer que trabajaba en la estación de policía, y cada día le rogaba su jefe que le diera el caso para resolverlo.

-Ya te dije que no, _____- repetía el señor Watson por lo que parecía ser la milésima vez aquel día, sosteniendo una taza de café en su mano izquierda, y una dona en la derecha mientras huía de la mujer que iba tras el sin mostrar ánimos de rendirse.

-¡Por favor, señor Watson!- ella le rogaba, no importándole que tuviera que perseguirlo hasta su oficina -¡De verdad creo poder resolverlo!

-¿Y con qué experiencia?

-¡Pues precisamente! ¡Nunca podré tener experiencia si usted no me da un buen caso!- replicó ella, colocando sus manos fuertemente sobre el escritorio, detrás del cual ahora su jefe se sentaba con toda la tranquilidad -¡Llevo tres años aquí y hasta el momento lo más interesante que he hecho es hacer multas o servir cafés mientras ustedes hablan de resolver crímenes en una oficina!

-Entiendo que estás emocionada de tener un verdadero misterio por resolver y todo, ¿pero por qué este?- el señor Watson se reclinó en su silla con un suspiro y se llevó la dona a la boca, aún hablando mientras masticaba -No es un juego, es uno de los casos más serios y difíciles que hemos tenido en más de una década. No creas que tú podrás resolverlo solamente porque te has leído todos los libros de Sherlock Holmes.

-Si me lo permite, señor, me parece que estoy más que capacitada para investigar el caso. Por favor, deme una oportunidad.- suspiró _____ con agotamiento. De repente pensó en la ironía de que su jefe se llamara igual que el asistente de aquel reconocido detective de los libros, pero solo eso tenían en común, porque su jefe era el total opuesto del agradable John Watson.

El señor Watson abrió la boca nuevamente para protestar, pero el sonido del teléfono lo interrumpió. De mala gana puso el altavoz y rodó los ojos al escuchar la voz de su asistente, Gladys, una señora ya de la tercera edad que no se jubilaba simplemente para no pasar sus últimos días sola en su casa.

-Jefe, tiene una visita de el señor y la señora Richards- informó la mayor.

-Ahora no, Gladys.

-Se ven muy afligidos, señor, lo mejor es que hable con ellos un segundo.

-¡Dije que ahora no!- exclamó el jefe, rozándose las cienes -Señorita, puede irse ya.

-¡Pero señor!- protestó _____, al borde de las lágrimas.

Interrumpiéndolo de nuevo, la puerta se abrió justo cuando estaba por salirse de sus casillas. Una pareja joven entró a la oficina, el hombre sostenía a su esposa mientras ella sollozaba en su hombro muy desconsoladamente. Ambos estaban muy pálidos y las ojeras bajo sus ojos evidenciaban que no habían podido dormir en varios días.