XIV

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•Nuevos amigos y compromisos•
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Laughing Jack pasó horas metido en su caja, perdió la noción del tiempo, y cuando finalmente se animó a salir, ______ ya no estaba.

'¿Pues qué hora es?' Se preguntó, fijándose en el reloj que colgaba de una de las paredes. Marcaba las tres de la tarde, eso significaba que _______ estaba en el trabajo.

Como cualquier niño que se aburre fácilmente cuando no hay ningún tipo de supervisión adulta, Laughing Jack comenzó a rebuscar por toda la casa para encontrar algo con qué entretenerse. Al fijarse por la ventana, observó a un grupito de niños de entre cinco a fue años jugando en el parque, y en lugar de un deseo por asesinarlos, Laughing Jack sintió ternura, un deseo de salir y jugar con ellos hasta el cansancio. Esos no eran sus instintos pasados, los cuales ya habían quedado atrás, ahora solo pensaba con el corazón renovado que poseía desde que se entregó a ______.

Decidiéndose, el payaso colorido bajo hacia los niños que había observado. Se presentó frente a ellos en una nube blanca de destellos y estrellas, siempre teniendo en cuenta ser visible solo para los pequeños. Los niños observaron atónitos, el mayor de todos se cayó de su bicicleta por la impresión, pero todos compartían la misma expresión boquiabierta mientras contemplaban al payaso frente a ellos.

-¿Y tú quién eres?- cuestionó una niñita, abrazando fuertemente su osito de peluche.

-¡Mi nombre es Laughing Jack! ¿Quieren jugar un rato?

Los niños estuvieron más que encantados, y por las próximas dos horas, jugaron de todo lo posiblemente imaginable. Jugaron a las escondidas, a los soldaditos, a la casita, a las adivinanzas y muchas más cosas. Los niños no lo podían creer, y en esas dos horas, todos se encariñaron de aquel payaso, y no podían esperar para contarle a todo el mundo sobre la magia que habían experimentado aquella tarde.

Cuando dieron las cinco y media, el sonido de unos tacones caminando cerca del parque en el que jugaban los niños y Laughing Jack se hizo presente, pero estaban todos tan entretenidos que nadie pareció notarlo. ______ recostó su hombro contra un poste de luz y observó a su amigo con una dulce sonrisa en sus labios.

Adoraba ver esa sonrisa en su rostro, esa felicidad con la que huía de los niños que lo perseguían de acá para allá en un vaivén de risas y alegría. Ya era tarde, y los niños debían regresar a sus casas antes de que sus padres comenzaran a preocuparse, por lo que muy penosamente, ______ intervino.

-Ejem- se aclaró la garganta mientras se acercaba. El sonido llamó la atención de Laughing Jack, quien dejó de correr para mirarla con una gran sonrisa que lo duró mucho, pues los niños que los perseguían lo tumbaron al suelo.

-¡______!- el payaso se levantó del suelo y corrió hacia su amiga, abrazándola con mucha fuerza mientras daba vueltas en el aire.

-¡Jack! ¿Esa es tu novia?- cuestionó la niña que abrazaba su osito de peluche.

-Se parece mucho a la que nos describiste- concordó el niño de la bicicleta, que ahora tenía unos vendajes alrededor de sus rodillas que Jack se había encargado de colocar.

-¡Correcto! ¡Les presento a ______!- Jack anunció con mucho orgullo, mostrando a la mujer junto a él con manos de jazz, considerándola el mayor tesoro. ______ decidió dejar aquella conversación para después, sonriéndole a los niños y tomando una de las manos de su "novio".

-Lo siento mucho niños pero Jack ya tiene que ir a casa, y ustedes deberían hacer lo mismo, ya casi anochece- suspiró ______.

Los niños se unieron en un coro de quejas y decepción, no queriendo tener que dejar de jugar con su nuevo amigo mágico.

-¡No se preocupen, niños! ¡Mañana podemos volver a jugar!... ¿verdad, _______?- aseguró Laughing Jack, aunque por la manera en que miró a su amiga al hacerle aquella pregunta, era como si estuviera pidiéndole permiso. Los niños también la miraron suplicantes, haciendo ojos de perrito y sacando su labio inferior.

-Si, claro, pueden jugar mañana.

Entonces, Laughing Jack se despidió de sus amigos con un enorme abrazo grupal, alargando sus brazos para que todos cupieran sin problema, lanzándoles una avalancha de dulces y caramelos suficientes para alimentar a todos los niños del vecindario.

Luego de la tierna despedida, _______ caminó hacia el apartamento aún no soltando la mano de Jack, pero el rubor en sus mejillas evidenciaba lo que había en su mente.

-Así que... "¿novia?"- se atrevió a cuestionar luego de un rato de silencio. El payaso multicolor alzó sus cejas pelirrojas, viéndose confundido ante la pregunta.

-Pues eso somos, ¿o no?

-Yo... no lo sé- confesó ella, tartamudeando debido a la intensa mirada del payaso frente a ella -¿Si acaso sabes lo que es un noviazgo?

-¡Pues claro, me ofende la pregunta, soy prácticamente ocho veces mayor que tú! ¡Es... es...!- titubeó, sus dedos tamborileando en su barbilla -Cuando dos personas se juntan porque se quieren, pero todavía sin casarse... ¿cierto?

-Eh, sí, sí, más o menos- ahora _____ estaba más nerviosa que antes, y el calor en sus mejillas se expandió por todo su rostro y orejas -Aquí la pregunta es... ¿tú me quieres?

-Claro, tesoro, pensé que era obvio- rió Jack -Desde que me besaste quedó claro.

El rostro de ______ no podía estar más colorado, imitando el pelo de su imprudente amigo. Era cierto, ella lo había besado, pero aún le daba vergüenza recordarlo, más cuando había sido apenas un roce de labios antes de que Jack saliera corriendo a esconderse en su caja.

-Aún así, como no preguntaste, ¿cómo iba yo a saber?- ______ se cruzó de brazos en un momento de dignidad y orgullo.

-¿Hay que preguntar?- la interrogación pareció genuina. El pobre Laughing Jack tenía dos siglos de vida, y no había aprendido nada del romance. Se ruborizó al recibir un "sí" como respuesta, pero no era nada que no pudiera arreglar -Okey, ¿puedo ser tu novio?

______ meditó la pregunta, cuestionándose el más importante requisito para iniciar una relación con Laughing Jack. ¿Ella lo quería? No solo eso, ¿lo amaba? Le lanzó una mirada indecisa, encontrándose con unos ojos celestes llenos de esperanza, inocencia y dulzura. La pequeña sonrisa en sus labios rosados le conmovió el corazón y llevó un sonrojo a sus mejillas. Tuvo su respuesta finalmente, y sonrió complacida.

-Si, Jack- contestó, y no se arrepintió ni un poco al notar la alegría en el atractivo rostro del payaso, quien no tardó mucho en celebrar, llenando el lugar de globos sacados de la nada, confeti, y muchos, muchos dulces.

Un novio más dulce y tierno que Laughing Jack era imposible pedir, y todo estuvo bien por las próximas dos semanas, al menos hasta que una tarde normal ______ se sentara en su sofá a ver las noticias...

𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || ᒪᗩᑌGᕼIᑎG ᒍᗩᑕKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora