La noche comenzaba a aparecer junto a la tristeza de algunas nubes color gris. La lluvia no era esperada por nadie y menos para los guardias reales que seguían buscando a los demonios que debían matar.
Shion, Ran y Nahoya llegaron cuando las gotas eran pequeñas y en poca cantidad. Antes de nada, tuvieron que presentarse a su rey, inclinándose y bajando la cabeza.
— Lo lamentamos, Majestad, tuvimos que volver antes de tiempo al encontraron con un..–
— Plebeyo.. — Izana no dejó ni que Shion terminara su explicación, veía de reojo y con asco al de cabellos melocotón ya que no le hacia gracia que dejaran a parte la misión por un chico de clase baja que fue expulsado de otro Reino.
— Majestad, teníamos que traerlo o los demonios lo hubieran matado.. Tal vez con algo de entrenamiento nos puede ayudar a acabar con ellos — Dijo Ran elevando la mirada e intentando calmar a su superior.
El joven de cabellos melocotón se quedó apartado a un lado, estaba bastante confundido por el asunto y solo escuchaba lo que hablaban los demás. Por otra parte, tanto Kakucho como Izana lo estaban examinando de arriba a abajo, sin duda era extraño, y más notando aquellos ojos cerrados que solo mostraban misterio.
— ¿De quién fue la idea traerlo? — Preguntó el albino aún con un semblante serio.
— Fue mi idea, su Majestad, no pude resistirme al verlo así de herido y desorientado — Afirmó Ran, obviamente tenía miedo de lo que le podía llegar a pasar, sabía cómo era su rey cuando se enojaba y por dentro solo rezaba para no ser ejecutado tras esa "desobediencia".
— Bien, Ran, tu te harás cargo de él, quiero que lo entrenes, que nos sirva de algo.. — El rey solo mostraba algo de molestia en su tono, mientras miraba al guardia de cabello trenzado.
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Su rey le ordenó llevar a aquel nuevo muchacho a cambiarse de ropas y a sanar de manera más eficaz las heridas que tenía, algo a lo que Ran obviamente no podía negarse, quería poder ayudar correctamente a ese chico de tierna sonrisa. Lo dirigió a su habitación y dejó que se sentara en su cama mientras este buscaba algunas prendas junto a una toalla.
— Bueno, después de bañarte te pondrás la ropa interior, me llamarás, te curaré las heridas y te pondrás la ropa que ya te preparé ¿si? — El de trenzas mostraba una sonrisa mientras miraba al más bajo, que también mostraba una.
— Claro, está bien — Dijo antes de levantarse y, después de agarrar la toalla que se le estaba dando, miró a su contrario algo confuso — ¿Por qué el rey se molestó tanto?
Al escuchar esa pregunta, el Haitani no supo cómo responder, ni él sabía qué había pasado con su superior, solo se limitó a encogerse de hombros y revolverle el cabello al más bajo.
— Es un misterio, no le des importancia — Volvió a mostrar una sonrisa y luego señaló con el dedo hacia la puerta — Ahora vete a bañar, recuerda hacerlo con cuidado o las heridas pueden empeorar.
El joven de cabello rizado solo asintió con la cabeza para luego retirarse. Mientras Ran esperaba, tomó un libro que hablaba sobre los antiguos demonios y sus leyendas, tenía que estar bien informado y, aunque fuera un libro de 20 centímetros de largo y 7 de ancho, tenía que leerlo completo por obligación y protección al Reino.
Sin duda la leyenda que más lo impactaba y llamaba su atención era la leyenda del Ángel Demoníaco, una figura pequeña e inocente, llena de belleza y encanto todo a su alrededor y hace que cualquiera quede hipnotizado por la dulzura, podía ser llamado como un Ángel si no fuera porque todo era una mentira, usaba aquellos encantos para engañar a los ilusos, se hacía ver como un humano pero sus poderes eran lo que Satán más podía admirar de sus creaciones: sus ojos malditos, brillaban como el fuego del infierno, lograba hacer que cualquiera cayera debilitado; las marcas demoníacas, mostraban grande resistencia ante cualquier ataque y crecían al ver el sufrimiento humano; una risa de locura, mandaba a cualquiera a enloquecer, al punto de poder hacer que acabaran con su vida; eran más fuertes y más rápidos que cualquier otro demonio, podían ganar a un humano con tan solo chasquear y tranquilamente podrían ganarle a Satán si no fuera porque es su creador, quien también puede eliminarlos. Una manera fácil de poder distinguirlos: No tenían sentimientos.
Ran amaba ver las fotos que habían en los libros, aquellos demonios eran increíbles, sabía que eran de los enemigos pero, vamos, no se puede negar que ese tipo de demonio era realmente fascinante. Estaba perdido en su lectura hasta que escuchó a alguien entrando, elevó la mirada y, oh Dios, no se esperaba que el de cabellos melocotón tuviera tantas heridas.. Y tan graves.
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— Es simplemente increíble, ¿en qué clase de problemas te habrás metido para acabar así? — El trenzado se quejaba, estaba exhausto de tanto por le vendas.
— No me lo preguntes, recibí tantos golpes en la cabeza que ni lo recuerdo — Respondió el menor, que aún mostraba su sonrisa. Este giró un poco su cabeza "mirando" hacia la ventana, notó que el resto de caballeros ya había llegado — Tus compañeros, están aquí.
— ¿Cómo lo sabes? — El mayor lo miró confuso, terminando se vendar la última zona del brazo ajeno.
— Pues porque están allí, se ve en la.. Oh.. — Volvió a girar su cabeza para mirar al chico trenzado — Lo preguntabas por los ojos cerrados ¿verdad?
– Sí..
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El caballero no estaba acostumbrado a compartir su cama, de vez en cuando con su hermano cuando se les pasaba la hora y se quedaban dormidos juntos, pero esta vez era diferente, era con un extraño, un extraño lindo, pero extraño, sin duda era algo incómodo y eso era lo que lo hacía raro, la incomodidad nonlo dejaba dormir ¿a Ran Haitani? ¿Le estaba costando dormir? Algo malo pasaba.
— Te noto tenso.. ¿Qué te sucede? — La voz suave y tranquila de Nahoya se pudo escuchar, Ran lo volteó a mirar y solo suspiro.
— No sé, es raro, te conosco desde hace menos de un día y.. Bueno, es complicado para mi estar durmiendo contigo..
— Ni que fuéramos a follar como para que pienses así — Dijo en un tono burlón para luego solo reír con suavidad, intentaba no hacer mucho ruido.
— Vaya, no me esperaba escuchar a alguien tan tierno diciendo barbaridades como esas — El Haitani solo rió para después mirarlo directamente — ¿Quién eres, Nahoya?
— Soy el que te va a dormir de un puñetazo como no te calles — Dijo aún mostrando una sonrisa infantil para después relajar más su cuerpo — Mañana podemos hablar todo lo que quieras, hoy estoy cansado y, seguramente, tu también.
— Ya.. Tienes razón, pequeño, buenas noches.
— Buenas noches.
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Voy a intentar actualizar más seguido, es que si no actualizo rápido me quedo sin ideas, pero los estudios tampoco me ayudan en la misión :‹
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ᕦ⃝⚔️A Tra꙰vés De꙰ Lo Maldi꙰to﹏⃟⛓️᭄
Fanfiction⋆┈┈。゚❃ུ۪ ❀ུ۪ ❁ུ۪ ❃ུ۪ ❀ུ۪ ゚。┈┈⋆ -ˋˏ [Siempre | habrán | diferencias] ˎˊ- ┆ ┆ ┆*ೃ♡ᵎ ✦⌇ ʷᵉˡᶜᵒᵐᵉ ᵗᵒ ↴ ┆ ┆ *ೃ ┆ *₊°。 🤍⃤ ︶꒦꒷♡꒷꒦︶ ⚔️ⵌ . AU medieval y de fantasía. ↓ ♥ · Shipp Ranley, si no te gusta, evita leerlo. ♡ 🔮➻ †. Muchas de las co...