Instinto (Darkstony)

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Los golpes resonaron en el lugar seguidos de los gritos eufóricos, luego el sonido sordo del cuerpo caer en la lona, el arbitro hizo la cuenta regresiva para después anunciar al campeón.

— Otra victoria más, para el luchador mas rudo del mundo, ¡¡¡Eeel Capitán Hydra!!! ¿Alguien mas quiere enfrentarlo?

Cuatro hombres subieron a la lona, la gente gritó emocionada mirando al campeón, quien mantenía esa mirada fría y su cuerpo sin ningun rasguño aun minutos despues de la pelea, por el contrario de aquellos hombres quienes ya tenían varios golpes.

— Es una bestia. —Mencionó un omega de cabello castaño, quién estaba entre el público.

— Y sexi. —Dijo una pelirroja.

— Creí que eras alfa.

— ¿Y? ¿Solo por eso no lo voy a adular? Incluso Clint no lo niega.

— Cierto. —Contestó el otro alfa.— El capitán Hydra es todo un semental.

— Bien, sigan admirando a su semental, yo me voy, este lugar apesta a testosterona. —El castaño se dio la vuelta y caminó hacia la salida.

El lugar estaba abarrotado, el omega castaño trataba de pasar entre la multitud la mayoría eran alfas algo que lo hacía sentir incómodo, cuando ya estaba por llegar a la puerta suspiró aliviado pero para su mala suerte chocó con un hombre gordo y grande, provocando que este se tirara la cerveza encima.

— ¿Qué te pasa mocoso? Me debes una cerveza.

— Estoy seguro que te hice un favor, una cerveza mas y explotas. —Dijo el castaño con burla.

— ¿Que dijiste?

— ¿La grasa te impide escuchar? —Preguntó divertido, pero luego recibió un empujón y cayó sentado.— No me toques mastodonte.

— Te daré una lección omega.

El castaño intentó levantarse pero aquel hombre se le tiró encima, le dio un golpe para que se alejara pero fue inútil, empezó a forcejear y luego sintió como sus manos fueron tomadas y algunas risas, dos mas se acercaron, los demás presentes estaban concentrados en la pelea que se daba en la lona, el castaño empezó a sentirse desesperado y asustado, escuchó el sonido de su camisa desgarrarse su boca fue cubierta, aunque igual nadie lo escucharía, sus gritos se perderían entre los golpes y la bulla de la multitud, aquellos hombres lo veían como si fueran bestias salvajes a punto de devorar a su presa, su instinto le indicaba que debía pedir ayuda, odiaba eso, ¿porque los omegas tenian que ser los debiles?

— Bonito reloj... —Dijo uno de esos alfas asquerosos quitandole el reloj que le había obsequiado su padre, hace tres meses que cumplió los 18.

— Hay que sacarlo de aquí...

El pánico lo invadió al escuchar aquello empezó a patalear intentando golpearlos, sintió un fuerte golpe en su estómago que le impidió respirar bien, cerró los ojos pero segundos después lo soltaron y luego unos brazos lo envolvieron.

— Tony...

— Nat... —El castaño abrazó a su amiga, recuperando el aliento.

— Nat hay que irnos. —Pronunció Clint un poco asustado.

— ¿Qué pasó...? —Hasta ese momento Tony se dio cuenta del desastre, alfas peleando entre sí, el sonido de botellas romperse y luego vio a los tres hombres que lo habían sujetado en el suelo llenos de sangre, un par de ojos carmesí se posaron en él, Natasha se colocó enfrente.

— Nat no creo que sea bueno enfrentarse a él. —Pronunció Clint mientras aquel alfa rubio se acercaba.— Además no creo que quiera hacerle daño a Tony, él lo salvó.

El castaño abrió los ojos con sorpresa, volteó a ver a la lona, ahí estaban tirados los otros combatientes no estaba seguro si estaban vivos, el campeón siguió acercándose, pero a diferencia de los otros su mirada no le causaba miedo al contrario, su instinto le indicaba correr a sus brazos.

— Tony. —Nat trató de impedir que Tony se acercara al alfa pero Clint se lo impidió y la jaló hacia él, en eso se escucharon las sirenas indicando que la policía se acercaba, todos empezaron a correr.— ¡Tony!

Tony no sabe ni como terminó en aquella situación, iba en una camioneta negra, al lado de aquel hombre que hace unos minutos golpeaba a un grupo de alfas de una forma violenta y salvaje.

— Esto es tuyo. —Mencionó el rubio dandole el reloj.

— Gra-gracias... —Respondió Tony.— Por todo...

— ¿Qué hacía un niño como tú en un lugar como ese?

— No soy un niño. —Contestó el castaño frunciendo el ceño, el contrario solo se rió.— ¿Y tú disfrutas golpear a la gente? —El rubio solo levantó los hombros.— Eres un salvaje... todos los alfas lo son... —Dijo lo último en voz baja.

— Es culpa de ustedes.

— ¿Disculpa?

— Los omegas con su coquetería y sus aromas, nos hacen despertar nuestros instintos mas primitivos.

— ¿Perdón? No es nuestra culpa que sean unos orangutanes sin cerebro. —Dijo en un tono ofendido, pero el contrario soltó una carcajada.

— Se nota que eres un niño mimado.

— ¡Qué no soy un niño!

— Demuestralo... —Mencionó viendo fijamente al menor, muchos pensamientos pecaminosos pasaron por su mente y es que desde que vio al omega entre el público empezó crearse un sin número de fantasías, alentandolo a terminar rápido con aquella pelea, siempre le gustaba disfrutar del dolor lentamente de sus contrincantes, pero al ver aquel lindo chico quiso terminar rápido para pasar un buen rato.

— Bien si eso quieres. —Nadie reta a Tony Stark, el castaño sonrió y se acercó al mayor, pero la camioneta paró, enfrente habia un auto rojo deportivo el cual Tony reconoció.— Papá...

El castaño bajó de la camioneta la cual fue rodeada por varios hombres armados, aún asi el Capitán se bajó.

— ¿Algún problema? —Preguntó el rubio viendo a un hombre elegante que bajó del auto rojo.

— ¿Cómo te atreves a secuestrar a mi hijo?

— Papá él no me secuestró...

— Tu rastreador se activó Anthony.

— ¿Mi qué? —Preguntó frunciendo el seño, el hombre mayor solo rio nervioso.

— Le puse un rastreador a tu reloj. —Dijo volteando a ver hacia otro lado.

— ¡Papá!

— ¿Qué? Vámonos a casa.

— Bien. —Contestó a regañadientes, pero luego sonrió y volvió hacia el rubio y le dio un beso en la mejilla.— Gracias por salvarme y espero volver a verte. —Mencionó y le escribió su número en su mano.

— Creí que no te agradaban los salvajes.

— Si alguien se vuelve salvaje para protegerme por supuesto que si. —Mencionó guiñandole un ojo.

El rubio sonrió y lo vio alejarse ignorando la mirada amenazante del otro alfa, al que Tony tuvo que llevar del brazo, una vez se fueron ellos los hombres armados también, subiendo a otros autos.

— Es la primera vez, que te veo perder el control por un omega. —Dijo un alfa de cabello largo.

— No es cualquier omega Buck... es mi omega.

El rubio volvió al auto y encendió un cigarrillo, era la primera vez que su instinto despertaba por un omega y había sido una experiencia fascinante, incluso se sentía mas fuerte, ese chiquillo sería su nueva motivación.

OmegacemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora