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Aether cree que llorar es algo muy privado y personal, por aquello nunca ha llorado en público, por más triste y patético se sintiera.
La primera vez que Xiao vio llorar a Aether fue luego de que este tuviese una pesadilla. Los pongo en contexto, estaban durmiendo juntos en una habitación de la posada, Aether tuvo una pesadilla en relación a su hermana, se despertó llorando, trato de no hacer mucho ruido, pero el adeptus tiene un sueño muy ligero, él también se despertó y encontró a su novio llorando.
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Ahí estaba otra vez, en ese oscuro lugar, ese horrible lugar, no era la primera vez que estaba ahí, realmente, no era ni la tercera vez que estaba ahí, ¿cuántas veces ya? ¿Ocho, diez, doce? No recordaba muy bien.
Sentía como el inestable suelo se movía a cada paso que daba, hasta que llegó un momento en el que Aether no podía siquiera moverse.
Y la vio, a su hermana, con esa mirada fría y distante, muy diferente a la Lumine que recordaba. Ella le miraba ser consumido por el piso y esa extraña oscuridad que venía con el, no parecía tener ni la más mínima intención de ayudarle.
La chica camino hasta quedar a pocos centímetros de su gemelo, cuando ella caminaba el piso bajo sus pies se estabilizaba, pero Aether era consumido más rápido.
-Realmente me decepcionas, Aether-escuchar a su hermana hablarle así le hacía querer llorar, pero eso no era el final -. Ponerte del lado de este mundo y sus habitantes te han hecho ignorante, ellos nunca se han preocupado por tí, aún así los ayudas siempre, ellos nunca se van a preocupar por ti, no como yo lo hago, ni siquiera esa niña voladora, o el adeptus de Liyue, te estan mintiendo, ella solo te utiliza, lo único que le importa de ti son tus moras y lo que pueda comprar con ellas, y el adeptus... ¿Que decir de él?-su mirada fría se transformó en una llena de burla, viendo a su hermano tan indefenso y vulnerable, creyendo cada palabra que dice -. Él no te ama, nunca te amó, seguramente está contigo por pena, o porque alguien superior a él se lo pidió, ya que toda su vida se ha dedicado a servir órdenes, y no le importaría dañar a alguien para hacerlas cumplir.
