eccedentesiast || severitus

Capítulo cinco | Pánico

Severus miró al niño en el suelo debajo de él. Potter respiraba entrecortadamente, su flaco pecho subía y bajaba con dureza.

El miserable mocoso tuvo la audacia de parecer enojado, como si Severus fuera el que pasó el toque de queda, rompiendo las reglas de la escuela como su amado padre, y no al revés.

El niño respiró profundamente y de manera audible, antes de volver a mirar al hombre frente a él.

-Sólo estaba saliendo a caminar, señor. Necesitaba aclarar mi cabeza.- murmuró, apretando los dientes mientras un sonrojo enojado se formaba en sus mejillas.

Ah, entonces el chico estaba tratando de encubrir su cita nocturna para causar problemas con esta patética muestra de lástima. Severus sintió que se le helaba la sangre mientras miraba la copia de James Potter.

-Hmm, y corrígeme si me equivoco, pero ¿tu pequeño séquito se esconde en algún lugar de las sombras? ¿Quizás para hacer tu trabajo sucio? Mientras das un paseo por el castillo, ¿tus secuaces están causando problemas?.- Severus se burló del chico.

Honestamente, si el niño pensaba seriamente que Severus era lo suficientemente tonto como para creer que simplemente estaba aclarando su mente con una caminata, a las 12:00 am, entonces el niño era realmente más estúpido de lo que el hombre le daba crédito.

-No, señor.- dijo el niño, respirando profundamente otra vez.- Mi séquito no existe. No he estado causando problemas, no importa lo que crea. Simplemente no podía dormir", dijo, mirando volver al suelo.

-¿Se te olvidó, Potter, que ya pasó el toque de queda? ¿Olvidaste las reglas básicas que el profesor Dumbledore les transmitió a todos los de primer año durante la fiesta? Las reglas de esta escuela no cambian porque el precioso Golden Boy ha llegado, y te haría bien recordarlo la próxima vez que decidas causar problemas.- dijo Severus, comenzando a perder la escasa paciencia que tenía cuando vio al chico por primera vez.

La absoluta insolencia, el descaro que tenía el chico al creer que era diferente. Que era especial, que las reglas no se aplican a él.

-Nunca dije que las reglas cambiarían, profesor, sé que no lo harían, no para mí.- dijo la última parte en voz baja.- ¡Y por favor dejarías de llamarme así! ¡Ni siquiera sé por qué soy realmente famoso!.- Dijo Potter, levantándose rápidamente, con los puños ahora apretados a los costados.

-Por favor, como si no hubieras escuchado la historia un millón de veces, Potter. Esta ridícula muestra de ignorancia no es necesaria y no va a funcionar conmigo.- dijo Severus, acercándose, mientras el chico abría mucho los ojos y tomaba un paso atrás.

-No, de verdad señor, no entiendo por qué todos me aman y me elogian. Yo era sólo un bebé, nada especial. Todavía no lo soy.- dijo, mirando hacia abajo para ocultar las lágrimas que se formaban en sus ojos.

El fallo.

Severus frunció el ceño, levantando las manos, evitando el estremecimiento del pequeño niño frente a él.

-¡Oh, deja de tener lástima, Potter! Yo, por mi parte, no tengo tiempo para eso, y nadie quiere escuchar ni lidiar con toda la actitud de "ay de mí" que has adoptado desde que asististe a esta escuela. La gente ha arriesgado su vida. Vive para ti, muchacho, y aún así, actúas como si no te importara. Ni siquiera puedes seguir las reglas simples que se inculcan en esta escuela para tu seguridad. Oh no, por supuesto, el precioso Potter nunca debería tener que seguir reglas. , porque es amado y adorado por millones, y no tiene que trabajar para conseguir nada en la vida.-

Severus detuvo el paseo que había comenzado antes de su despotrico, y agarró a Potter por un hombro delgado, con la otra mano apuntando a la cara del chico.