Capítulo 4

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Desperté sola en una habitación desconocida. Miré a un lado recordando todo lo que pasó anoche y me mordí el labio. No había nadie.

Bajé a la cocina y me llegó un olor a café. Entré y me encontré a Nicholas con solo un pantalón y sin camiseta. Yo me puse muy roja y me senté junto a los demás.

-Luego me tienes que contar todo- me decía Jennifer con una sonrisa pícara

Yo no podía quitar la miraba de esa espalda, estaba precioso. En cuanto se giró aparte la vista a otro lado.

El sirvió los desayunos y se sentó a mi lado. Todo estaba muy tranquilo, la verdad que no me esperaba que me lo fuera a pasar tan bien.

De repente siento una mano acariciar mi muslo, pero por desgracia, solo fueron caricias y no fue más allá. Sentía la mirada de Nicholas en mi, me ponía muy nerviosa, tanto que casi temblaba, y creo que lo noto, porque dio una leve carcajada.

-Quiénes fueron los guarros que follaron ayer por la noche?- preguntaba uno de los chicos

-Yo creo que fueron estos dos- decía Daniel señalandonos

Yo me puse muy roja en cuanto escuché las carcajadas de todos. Terminé mi desayuno y fui al salón. Nicholas vino en cuanto me senté.

-Eh, lo de ayer no significó nada, que te quede claro, yo no soy de esos que se follan a una y ya se casan, no me van esas movidas del amor- me decía muy seriamente, en ese momento sentía como mi corazón se hacía pedazos pensando una y otra vez que para el esa noche no había significado nada.

-No te preocupes, no eres mi tipo, me van más los chicos maduros- le dije yo enfadada.

Cogí mis cosas y me fui andando a mi casa, no quería estar con nadie, solo quería estar sola, sin Jennifer, sin Nicholas, sin nadie.

Llegué a mi casa y me fui a mi habitación. En cuanto cerré la puerta solté todas esas lágrimas acumuladas, y en ese momento solo me venían a la cabeza las palabras que Nicholas me había dicho.

Yo como una tonta me estaba enganchando, y me lo habían advertido, y el, en cambio solo me veía como una puta como las demás.

Me eché en mi cama y me dormí, no sé cuánto dormí, solo sé que me arrepentía de todo.

El sonido de mi móvil me despertó.

7 llamadas perdidas de +34 67*******

Llamé a Jennifer y al instante me lo cogió.

-Tía, dónde estás? Me ha dicho Nicholas que te has ido caminando sola

-Tranquila, estoy en mi casa, solo quería estar un poco sola, no me encuentro bien

-Ahora voy para allí y me lo cuentas todo- me dijo ella sin darme tiempo a responder porque ya había colgado.

A los minutos escuché el timbre y bajé s abrir. Cuando vi a mi amiga me tiré llorando a sus brazos y ella me correspondió.

Subimos a mi habitación y le conté todo.

-Silvi, Nicholas es un cabrón, no te merece, es un cabrón que se tira a medio instituto solo para decir a cuantas se ha follao, aléjate de él, o vas a terminar mal, es por tu bien- me decía ella intentando animarme

-Esque no puedo, estoy enamorada de él locamente, desde hace más de 3 meses, no sé que hacer, él solo me ve como un juguete con el que puede jugar cuando le apetezca.

-Aléjate de él, es lo único que puedes hacer- me decía ella abriendo mi armario

Cogió un vestido azul y me lo dio.

-Vamonos por ahí, hay que disfrutar y conocer personas.

Nos arreglamos y bajamos, avisé a mis padre de que no me quedaría a dormir. Salimos de casa y nos fuimos en su coche hasta la discoteca más cercana. Cuando ya estábamos allí pedimos algo y nos sentamos.

Había pasado un rato y yo estaba bailando con un chico bastante guapo y agradable. En un momento sentí como alguien le pegaba, y cuando me giré estaba él mirando al chico con odio.

Nicholas.

Le empujé enfadada y le pedí disculpas al chico.

Nicholas se fue enfadado a su mesa y vi como él y una chica se basaban. Yo los ignoré y seguí bailando con aquel chico. Me acerqué a él y él junto nuestros labios. En ese momento solo podía pensar en que él era Nicholas.

Estuve un buen rato con aquel chico y me senté con mi amiga, ella había decidido invitar a los demás. Incluyendo a Nichola, claro.

Nicholas estaba muy pegado con esa chica, la verdad que era bastante guapa. Ojos azules, pelo rubio, bastantes curvas y parecía maja.

En cambio yo también era rubia y de ojos azules, pero no tan guapa como ella, y seguramente ella era mucho más agradable que yo.

En un momento sentí como un líquido recorría desde mi pecho hasta mi barriga. No sé cómo, pero la chica me había tirado la copa encima, y se estaba riendo.

Le di una mirada asesina y me fui al baño a limpiarme. Escuché cómo la puerta del baño se abría y vi a mi amiga.

-Joder, Iara es insoportable, es una pija y una barrio bajera. Nadie la aguanta, solo Nicholas, y sólo la quiere porque tiene buen cuerpo.

-Da igual, si te digo la verdad, que hagan lo que quieran, yo ya he encontrado a uno mejor.

Salí de aquel baño y me fui con Faustino, el chico con el que estaba bailando.

Estuvimos un buen rato hablando y le pasé mi Instagram.

De repente escuché como Iara le gritaba a Nicholas, al parecer el le había dicho que ella solo era una chica guapa, nada más, y que se estaba enamorando de una chica.

Y otra vez, como no, sentí mi corazón romperse ya que Nicholas estaba enamorado, y yo no podía cambiarlo.

Me senté y Faustino se fue ya que mañana tenía que madrugar. El era guapo, era moreno, alto y maduro, no como Nicholas, que todavía es un niño.

Sentí una mirada asesina y cuando fui a darme cuenta Nicholas era el que me estaba mirando.

¿Y ahora qué le pasa?

Mi Bandido CatalánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora